JUNIOR
1 año después...
El cielo estaba despejado y era invierno, así que intuí que haría frio al otro día, mucho más intensamente que el día de hoy. Miré por la ventana, curioso, y allí estaba Antonio caminando lentamente hacia mi departamento, con todos sus papeles de fin de curso.
Antonio se había graduado por fin y estaba listo para comenzar la universidad. Me dijo que quería estudiar para chef y lo apoyé como cualquier novio haría. Escuché la cerradura abrirse y un calorcito familiar me invadió el pecho. Estaba usando su llave. La que le había dado.
Por supuesto que Antonio no se había mudado conmigo aquella vez que se lo había propuesto en la pastelería. Ese día había tomado mi mano y negó con la cabeza alegando que por fin podía estar tiempo con su padre y su hermana en un ámbito familiar que jamás había conocido y aún no quería abandonar eso. Por supuesto lo entendí, pero sin embargo le dije que se quedara con la llave para que pudiese entrar cuando él deseara sin avisar. Aun recordaba aquella sonrisa y aquellos ojos marrones un poco aguados, emocionado hasta los huesos, de mi pequeño niño.
Un tiempo después se había graduado junto con mi hermano y el pequeño rubio que ahora veíamos seguido por casa ya que le gustaba ir a molestar, aunque no era realmente una molestia.Antonio estaba tan feliz al haberse graduado que no pude evitar pasándome toda la velada como un padre orgulloso sacándole fotos cada dos por tres. Él siempre sonreía.
La pastelería se había vuelto su prioridad antes de ir a la universidad ya que decía que él mismo quería pagar sus estudios, así que trabajaba tiempo completo y yo me la pasaba allí la mayoría de las tarde, pidiendo batidos que no me gustaban y pastelitos (aunque estoy sí eran deliciosos) solamente para espiarlo. Me gustaba verlo trabajar, a veces en la cocina cubierto de harina hasta su cabello y otras veces en el mostrador, atendiendo a los clientes siempre con una preciosa sonrisa con hoyuelos en su rostro, y el delantal y el sombrerito de chef que tan tierno quedaba en él.
David y yo habíamos tenido una pequeña pelea algo fuerte cuando Camilo le propuso a mi hermano vivir con él y al no darle permiso me hizo un berrinche digno de un muchachito de quince años, aunque no distaba tanto de aquella edad. Finalmente el enojo se le fue disipando luego de intensas charlas, y aunque David y Camilo no viven juntos, lo dejo quedarse a dormir en su departamento todos los fines de semana.
También había tenido la osadía de demandar al padre y a la madre de Antonio por maltrato de menores, el juicio había sido muy duro, pero mi niño se mantuvo firme en su posición, recordando a cada momento cada daño hecho por el hijo de puta de su padrastro. Por supuesto luego de mover algunos hilos con mi dinero, al padrastro de Antonio le dieron al menos cinco años de encierro, aunque sospechaba que lo soltarían a los tres por buen comportamiento.
La madre de Antonio había corrido otra suerte, la pobre mujer no tenía realmente la culpa, pero había sido testigo directo y se había quedado en silencio, y debido a sus problemas con la droga y el alcoholismo la mandaron a un centro de rehabilitación. Antonio había pedido verla antes de que se la llevara y luego de una breve charla, la mujer le había pedido perdón a su hijo y me había pedido que lo cuidara como ella no lo había hecho. Antonio la abrazó y rompió en llanto. Sabía que quería a su madre, pero no sabía que no podía guardar ni un poquitito de rencor con nadie. Así era Antono, una dulzura.
Luego de seis meses de intensas suplicas de mi parte y sobornos de chocolate y sexo, Antonio aceptó vivir conmigo con mucha felicidad.
Levantarme a las mañanas era distinto desde entonces. Darme vuelta en mi cama tamaño King y estirar los brazos solo para darme el lujo de encontrar su cabello despeinados en mi mano y su sonrisa dulce, deseándome buenos días. Desayunábamos juntos y solíamos discutir sobre quien haría el almuerzo, pero nunca nos peleábamos de gravedad.
ESTÁS LEYENDO
Placer Culposo (Gay/Yaoi)©
General FictionAntonio es un niño de diecisiete años. Una vida difícil lo lleva a tomar decisiones erróneas con graves consecuencias. Junior es un tipo de veinticinco años que lleva la típica vida de casado, rutinaria y aburrida. De pronto todo el destino los cruz...