Capítulo 9: "Kyle..."

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A partir de aquí será Nila quien narre la historia. -E

Los primeros días de clases eran de lo peor sabiendo que eras la chica nueva. Entrar al internado después de empezar las clases era como entrar con un cartel en la frente que dijese "Mírame" con plumón permanente.
Afortunadamente aún tenía una semana para acoplarme antes de empezar las clases con los demás estudiantes. Tenía que acomodar mis cosas en la habitación donde tendría que compartir oxígeno con otra persona. Resulta que aún no me confirmaron si mi compañero sería hombre o mujer. De cualquier forma, ambos están vivos.
La habitación es promedio, las paredes son blancas con detalles azules. Hay dos escritorios a lado de cada cama y un gran ropero en la pared. Algo cómodo, creo.
Cuando llego a la que será mi cama, escucho un pequeño estruendo en la puerta... Y ahí es cuando confirmo mis sospechas.
Mi compañero de habitación es un chico.

-Hey, lo lamento -dice el chico de cabello alborotado-. Mis maletas son algo grandes para esta puerta.

Lo miro horrorizada. Si este chico es de los típicos confianzudos iré a reclamar otra habitación con la persona más callada que haya en este edificio.

-Soy Kyle, Kyle Russel -dice con la que creo es la mejor de sus sonrisas.

-Nila.

-¿Sólo Nila? Valla, creí que todas las personas tenían apellido.

Pongo los ojos en blanco y me siento en la cama.

-Nila Hanson.

-Mucho gusto, Nila Hanson.

Pone sus maletas en su cama y comienza a sacar toda sin importarle el orden. Es una de las cosas que más me molesta de la gente. Incluso cuando yo no soy del todo ordenada. Me pregunta si prefiero los cajones o los ganchos, alzó dos dedos indicando la segunda opción.

-Hace algo de calor por aquí.

-Ni que lo digas -digo más para mí que para él.

No tuvo caso hacerme ilusiones con el clima de esta ciudad si era solo un grado menos caluroso que en Florida.

-Oí que en la cafetería hay una máquina de helados. ¿Me acompañas?

-Escucha, ¿Ricky? -muevo la mano en señal de que no interesa-. No me gustan las personas, y menos las que son tan alegres como tú.

-¿Eres emo o algo por el estilo?

-Déjame terminar. El punto aquí, es que no tienes que fingir querer hablar conmigo solo por compartir habitación -él asiente, confundido-. Será mejor que guardemos nuestras distancias.

-Muy bien, Nila Hanson. Creí que estaba siendo amable.

-La amabilidad aveces es falsa.

Él encoge los hombros y da media vuela para salir de la habitación, hasta que se me prende un foco.

-Espera un segundo, ¿eres nuevo?

-Sí, les pedí a mis padres hace unos meses venir a este internado.

-¿Y?

-Bueno, conseguí una beca -lo mire rara-. Lo sé, ¿quién quiere tener beca en un internado? Pero créeme, es mejor que estar siempre en casa con tus cuatro hermanos.

Casi me atraganto. ¿Qué fue lo que dijo?

-¿Cuatro hermanos? ¿Qué sucede con las familias de ahora?

-Dímelo a mí. -Ríe. Y sin dudarlo, su risa es linda.

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