Capítulo 28

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-No has tardado nada en reconocerme –su voz sonaba ronca y áspera- eres muy inteligente, debe ser por eso que pillaste a Jamie, le gustan las mujeres inteligentes.

-¿Dó-dónde están las niñas?

-Bueno, había dos niñas muy monas en el jardín –una risa que destilaba puro veneno brotaba con sus palabras- pero si te refieres a mí hija, está justo aquí.

-¿Y la otra...?

-¿Te refieres a tú hija?

Mi estómago pareció contraerse, impidiéndome respirar.

-Es una monada ¿A que sí lo eres? Es muy risueña, no como su padre ¿Verdad? Porque se parece mucho a él.

-Por favor, por favor Amelia, no le hagas daño –escuché su carcajada del otro lado de la línea y apreté el móvil con fuerza -¡No le hagas daño por favor! ¡Por favor! Oh Dios mío... mi bebé...

La llamada se había cortado pero yo sentí que me volvía loca, Jamie y Sam me miraban con los rostros pálidos y los de producción se habían reunido alrededor.

-¡Tiene a las niñas! –El móvil resbaló de mis manos pero nadie lo notó –Tiene a las niñas...

-Joder, vamos –Sam se puso en marcha, pero yo seguí congelada allí.

Jamie me miró con los ojos como platos, pero logró moverse antes que yo para acercarme y yo me aferré a su costado, nos dimos prisa y salimos de los estudios donde Sam ya nos esperaba dentro de una camioneta mientras llamaba a la policía, tardamos diez minutos en llegar a la casa donde varios autos patrullas ya estaban afuera y se movían por el lugar, bajamos corriendo pero nos detuvieron en la puerta.

-¿Son los del reporte?

-¿Dónde están las niñas? –Jamie miró al oficial- ¿La atraparon?

-Mis compañeros están tomando el reporte a las víctimas que hay dentro –nos informó- al parecer una mujer entró por el jardín trasero con un arma y se llevó a dos niñas pequeñas.

-Dios mío –mis manos se cerraron como puños en la camisa de Jamie- las tiene, ¡ella las tiene!

-Ya nos estamos movilizando para dar con ellas, tengo al resto de las unidades buscándola ya que no pudo haber ido muy lejos en tan poco tiempo, menos si iba andando.

-¿Llegó andando?

-Eso dicen –el oficial miró a Sam- ¿Es usted la esposa de Aaron?

-¿Él está bien?

-La mujer le disparó cuando salía –Sam palideció- por suerte tuvo bastante mala puntería y la bala solo rozó su brazo, lo están atendiendo adentro.

Sam corrió hacia la puerta sin preguntar más, aquello se había vuelto un completo infierno, el oficial nos sugirió entrar y esperar a ver si Amelia volvía a hablar por teléfono ya que se trataba de un secuestro, pero como Jamie no podía estarse quieto comenzó a pasearse de un lado a otro.

-No puedo quedarme aquí –me miró- creo que podríamos ir a casa de su madre y a otros lugares que frecuentaba para buscarla.

-Buena idea –el oficial llamó a unos hombres que estaban con él –vayan con él junto con dos unidades más.

Jamie se arrodilló delante de mí y tomó mi rostro entre sus manos para que lo mirara, pude ver el pánico que había en los suyos logrando que me estremeciera, abrí la boca para decirle algo pero solo salió un horrible sollozo y me dejé caer en sus brazos llorando y aferrándome a él con fuerza.

-Cálmate cariño, te prometo que las recuperaremos.

-Mis niñas Jamie –mi voz salía rota- ¡Mis niñas! Por favor tráelas de regreso.

-Te lo prometo –me miró- te juro que las traeré de nuevo, ¿confías en mí?

-Con mi vida –asentí- por favor, tráeme a nuestras hijas.

Pude ver la decisión en sus ojos que comenzaban a cristalizarse, se puso de pie y se marchó con los policías, yo me quedé allí sentada en la salita de nuestra ala sin saber qué hacer, el oficial se marchó diciéndome que iría a asegurarse que todos tuvieran el reporte.

No quería pensar en cómo estarían las niñas porque eso haría que verdaderamente me volviera loca, así que me centraría en que estaban bien y que pronto volverían, no había forma de que Amelia escapara ahora, se había echado la soga al cuello ella sola.

Me puse de pie para ir con Sam y ver a Aaron, un paramédico lo había vendado y su hermana, aunque asustada aun, estaba bien, las dos pequeña también ya estaban tranquilas pero un par de policías seguían tomando reporte, cuando Aaron reparó en mi presencia me miró con bastante pena en los ojos.

-Lo siento, lo siento muchísimo –estaba pálido- todos estábamos jugando en el jardín y no vi cuando entró, antes de darme cuenta había tomado a Pipper de su sillita y Dulcie había corrido a ella, intenté quitárselas pero entonces sacó el arma y no quería ponerlas en riesgo.

-Está bien –logré esbozar una pequeñísima sonrisa- hiciste lo correcto.

-No lo parece –gruñó mirándose la pierna- mira como he salido.

-¿Cómo estás? –Sam se acercó a mí y me abrazó con fuerza, pero no pude reaccionar- Van a encontrarlas, lo sé.

-Yo también –suspiré- iré cambiarme, no duden en avisarme cualquier noticia, por favor.

-De acuerdo.

Corrí a cambiarme el vestuario y justo cuando me metía un vestido de algodón por la cabeza mi móvil sonó, en la pantalla había un número local y contesté con las manos temblorosas.

-¿Amelia?

-¿Tenías que hacer tu escándalo, no es así? –Resopló- Mierda, no puedes hacer nada sin llamar la atención.

-Por favor Amelia, dime lo que quieres, lo que sea, te lo daré –intenté controlarme para no llorar- solo, por favor, devuélveme...

-Te devolveré a tu hija, si es lo que quieres –sonaba furiosa- pero harás lo que te pida, ¿de acuerdo?

-Lo que sea, por favor...

-Cierra la boca, joder, primero, desastre de la policía, las patrullas suenan por todos lados.

-Lo haré.

-Y ven sola.

-¿A do-dónde?

-A mi casa, claro –rió- al departamento donde vivía con Jamie.

-No sé dónde...

-¡Pues investígalo, joder! –Gritó- ¡Tienes media hora para llegar aquí sola!

Colgó, me apresuré a meterme los zapatos y salí donde estaba Sam y los oficiales.

-No puedo quedarme de brazos cruzados –dije- necesito salir, iré a dar una vuelta por el vecindario.

-La acompañarán los oficiales...

-¡No! Iré sola –alcé el móvil- llevo esto y si me llaman volveré de inmediato, solo una vuelta.

-De acuerdo –dijo el oficial- pues igual tendré a los policías dando vueltas por allí.

-Está bien.

Salí sin decirles más, me apresuré a girar por la calle y miré hasta dar con un taxi y subí, le dije que comenzara a andar mientras buscaba en el móvil información sobre el lugar donde Jamie vivía, le mostré al conductor la fotografía que encontré de ellos afuera y me sonrió.

-Es cerca –dijo.

-Pues lléveme allí.

-

¡EL CAPÍTULO QUE VIENE ES EL FINAL! ;)


I'm yours |Jamie y Dakota| IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora