-Me parece que ya está volviendo en sí, los dejaré unos minutos para ir por unas hojas de reporte.
-Gracias doctora.
Eso es lo que escucho cuando abro los ojos de nuevo, todo parece blanco y reluciente a mí alrededor, alzo una mano para retirarme el cabello del rostro y mis ojos comienzan a acostumbrarse de vuelva a toda la iluminación.
-¿Jamie?
-Estoy aquí –está a mi lado, su cara sigue pálida pero logra sonreírme- me has dado el susto de mi vida cariño, te juro que me has quitado años de vida.
-Lo siento.
-No, yo lo siento –suspira- no debí dejarte ver esa escena, pero la policía quería que comprobaras que aquello era una amenaza para las niñas.
-Lo es Jamie –mi cuerpo se siente de goma pero logro incorporarme con su ayuda, me doy cuenta que me han dejado en una camilla y estoy en lo que parece ser la enfermería del hospital.- Quiere lastimarlas ¡va a hacerles daño!
-Ellas están bien –pone sus manos en mis hombros y los frota suavemente- están a salvo en casa, con tu madre, Matt y Susana.
-Quiero ir con ellas –mis manos suben a su camisa, se ha quitado el saco y va arremangado hasta los codos- por favor vámonos.
-Lo haremos cariño, tu padre me ha llamado, nos está preparando un vuelo a Nueva York, me llamó para decirme que no tardará en venir a llevarnos al aeropuerto.
Mi estómago se siente revuelto pero la cabeza ha dejado de darme vueltas y siento que, con tal de estar con las niñas ahora, sería capaz de correr un maratón, intento incorporarme, pero Jamie me detiene.
-Esperemos a la doctora, no te esfuerces aun.
-Jamie, debo decirte algo... es muy urgente.
-Te escucho –él retira un mechón de mi cabello y lo pone tras mi oreja.
-Yo... no te lo había dicho, porque tenía miedo y luego todo cambió –me cubro el rostro con las manos- y no quise creer que llegara a ser verdad.
-No me asustes más Dakota, habla, por favor.
-Vale –suspiro y lo miro- aquella noche en Londres, el día de la premier, Amelia fue a amenazarme a mi habitación.
Sus hombros se tensan.
-Me advirtió que si me acercaba a ti, te haría daño donde más te dolía.
-Con Dulcie –dice él, asiento- Dios del cielo ¿por qué no me lo dijiste?
-¡Vaya! Señorita Johnson, que bien ver que está despierta –una mujer bajita y pelirroja con bata de médico se nos acerca llevando un estetoscopio en el cuello.- ¿Cómo se siente?
-Estoy bien y quiero irme a casa.
-Ya me lo imagino –ella se pone del otro lado de la camilla y me mira con audacia- nos ha sacado un buen susto, aunque debo decir que es lo más emocionante que me ha pasado por aquí en meses, así que déjeme hacerle un chequeo y la dejaré ir.
Ella me examina rutinariamente y después me hace un par de preguntas mientras toma notas.
-Lo más probable es que el desmayo fuera por alguna especie de shock –dice haciendo anotaciones- ¿Algún otro síntoma?
-Además del estómago revuelto y el mareo, fue todo.
-Ya veo –me mira con los ojos entrecerrados- ¿Hay forma de que esté embarazada?
-¡No! –Mis ojos se abren como platos y miro a Jamie que ha puesto una cara similar- No lo estoy.
-¿Puede estar segura de ello?
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I'm yours |Jamie y Dakota| II
Hayran KurguNuestro tiempo es corto, no hay necesidad de complicarse, eres libre, pero busca en tu corazón y verás que soy tuyo.