Capítulo 29 (Parte 2)

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Irrumpimos en casa de la madre de Amelia y la mujer, nos mira con horror.

-¿Dónde está mi hija, está bien?

-¿Por qué no dijiste que Amelia estaba aquí? –le pregunto, enfurecido.

Se delata sola y entre sollozos comienza a contarnos todo.

-Le dije que no lo hiciera, pero está enferma y dolida –me mira- Jamie, te lo juro, yo no quería que lo hiciera pero echo tanto de menos a mi nieta y solo quería recuperarla.

-Así que por eso se la ha llevado –siento que la furia me recorre todo el cuerpo- Pero no le bastó y sea llevado a las dos niñas.

-De verdad lo lamento, ella no sabe lo que hace.

-Claro que lo sabe Annette ¿dónde está?

-No lo sé Jamie, te lo juro –suspira- solo, por favor, no le hagan daño, ya está bastante mal.

-No lo haré si me dices donde está.

-Ella se... se estaba quedando en un hostal, cerca de aquí –me anota la dirección deprisa en un papel- es lo único que sé.

Los policías no pierden tiempo y salimos para allá de inmediato, el hostal está a diez minutos, es bastante pequeño y nos permiten pasar a la habitación de Amelia, solo hay una pequeña bolsa en la cama, vaciamos en contenido y veo con horror el Ipad de Dakota –lo reconozco por las pegatinas que lleva- además de ropa, unos frascos de píldoras y algo que nos deja a todos con los ojos abiertos: un estuche de un arma. Uno de los policías se acerca para abrirlo pero no hay nada, debe llevar aun el arma con ella.

-Es un revolver pequeño, pero posiblemente lo lleva cargado, ha dejado aquí el seguro del arma.

-Tenemos que dar rápido con ella –dice el otro- ¿Qué otro lugar conoce al que ella pueda ir?

Como si el cielo me diera una respuesta, mi móvil suena y lo reviso, un simple mensaje de Dakota me lo dice todo.

Está en tu departamento.

Salimos de allí a toda prisa, en el camino llaman a todas las unidades que están cercas y mientras veo las calles de Londres a toda prisa en el camino hago una oración en mi mente porque todo salga bien, le pido a mi madre que las cuide y proteja, que nos permita llegar antes de que algo malo pase y que Amelia no cometa ninguna tontería, hace falta media hora pero llegamos al edificio que ya está rodeado de autos policía, sin hacerle caso a nadie entro a toda prisa y ya que el elevador no está corro por las escaleras, estoy tan acostumbrado a ellas que subo casi sin darme cuenta a toda prisa hasta mi piso, al llegar veo que varios policías están allí pero no hay nadie.

-¡En el techo! –dice uno de ellos.

-¡Mierda!

Vuelvo a subir a toda prisa con el corazón casi saliéndose de mi pecho, cuando estoy a dos pisos de llegar escucho con horror el sonido de un arma disparándome y sin saber cómo aumento la velocidad y llego a la vez que un grupo de policías salen del elevador, mientras subimos la escaleras que nos llevan al techo escuchamos una detonación más pero finalmente salimos, escucho a las niñas llorando pero lo que veo cuando salgo me deja aterrado.

Allí esta ella, sosteniendo a nuestra hija en brazos con los ojos vidriosos arrodillada en el suelo, con el vestido cubriéndose de sangre, me mira un segundo y veo con horroe como comienza a caer de frente.

-¡Dakota! ¡Dakota, no!

Es mi voz la que grita, pero no la reconozco, un par de policías ya están a su lado llamando a los paramédicos y logro moverme para llegar a su lado, alguien le quita a Pipper de los brazos y yo llego para sostenerla antes de que se desplome, la acuno en mis brazos y la siento temblar.

-Jamie...

-¡Eres una idiota! ¿Cómo te atreves a hacer algo así?

-Las niñas –dice entre dientes- están bien.

-Lo sé amor, lo sé –me inclino a besar sus temblorosos labios- mierda cariño, aguanta un poco.

Uno de los policías me tiende un abrigo para que lo presione sobre la herida que no deja de emanar sangre, lo hago y ella grita, pero sigo sus indicaciones, le alzamos los pies y mientras los paramédicos llegan desplegando una camilla.

-Jamie, cariño, cuida de las niñas.

-No digas tonterías, por favor.

-Me duele mucho –gime- por favor, promételo.

-Lo prometo, y prometo que estarás bien –comienzan a acomodarle en la camilla pero no la suelto- aguanta un poco, por favor.

-Tengo mucho frio Jamie –ella tiembla y tirita- ¿y las niñas?

-Están bien, todo estará bien –le digo mientras vamos al elevador- eres muy valiente y muy estúpida.

-Ese lenguaje –logra decir- cuida a las niñas.

No dice más, pero no la suelto ni aun cuando vamos en la ambulancia, el camino al hospital me parece una eternidad y allí finalmente me separan de ella, me dejan en la sala de espera pero camino de un lado a otro por el pasillo, Sam aparece un rato después y me mira con horror, llevo la camisa llena de sangre.

-¿Cómo está? –Me mira con los ojos llenos de lágrimas- me han contado lo que pasó.

-Amelia le disparó –me dejo caer en una silla- justo debajo del pecho.

-Estará bien –Sam me da la mano- espero que no te moleste, pero le he pedido a sus padres que vengan, aunque no les he contado nada.

-Gracias Sam –suspiro- ¿Dónde están mis hijas?

-En casa, a salvo por fin –me mira con una mueca- ¿Te han dicho algo de Amelia?

-No, ni quiero saber nada.

Nos quedamos callados por un rato hasta que aparece un médico con traje de quirófano y las manos llenas de sangre.

-Ustedes vendrán por la señorita Johnson –sonríe- ya está fuera de peligro, la bala la atravesó, por suerte no tocó el pulmón pero le hemos tenido que extraer el bazo, ahora mismo la pasaremos a recuperación y después a una habitación.

-Gracias a Dios –me paso las manos por el cabello, siento todo mi cuerpo estremecerse de alivio- Gracias, gracias, gracias.

-¿Podemos verla?

-Lo harán ya que la pasemos a la habitación y por un rato, tiene que descansar –nos sonríe de nuevo- está bastante anestesiada y no creo que despierte hasta mañana.

El doctor se va dejándonos en la sala, Sam me abraza con fuerza lo cual me calma lo suficiente para volver a sentir que respiro con calma, ella se aleja para llamar a los demás y yo solo me quedo allí, quieto, agradeciendo en silencio por los favores recibidos hasta que Sam llega y se sienta a mi lado con una sonrisa.

-Tu sorpresa tendrá que esperar un poco más –me dice.

-Tendrá que esperar lo necesario para que ella este bien.

-

¡Falta una parte más y el epílogo!


I'm yours |Jamie y Dakota| IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora