Capítulo 5

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Fue tan tonto de mi parte quedarme paralizado.

La verdad es que no sabía que hacer o decir.

No esperaba que besase mi mejilla la verdad.

-¿Cuando vamos a comer? -Se queja Natalia

-Ya vamos a comer Nati, ya voy a destapar las latas de atún.

Hurgo en mi bolsillo y saco una navaja.

-¿Porque llevas una navaja en tu bolsillo? -Pregunta Daniela haciendo una mueca.

-Porque soy un asesino en serie.

-Nadie creería eso, tienes pinta de que no matas ni a una mosca.

-Eso es casi cierto, en lo que no tienes razón es que si soy capaz de matar a una mosca, bueno, sólo una vez logre matar una.

Ambos soltamos una carcajada ante mi estúpido comentario.

-Bueno, el punto es; ¿Porque llevas una navaja en tu bolsillo?

-No es mía, es de mi abuelo, la olvido en mi casa y luego de comer iba a pasar por su casa dejándosela.

-Ahm... ¿Y porque tu abuelo lleva una navaja a tu casa?

-¡Mi Dios mujer! -Exclamo. -¿Siempre eres tan curiosa?

-La mayoría de el tiempo. -Responde ella encogiéndose los hombros.

-Yo creo que eres curiosa de tiempo entero.

-Quizas.

-El punto es que mi abuelo siempre lleva una navaja con el, ¿la razón? no la sé, una vez le pregunte y me dijo que en algún momento la iba a necesitar, quien sabe, cosas de viejo.

-Bueno es cierto, los abuelos son así, la verdad esta navaja nos cayó como anillo al dedo.

-¡Diego por favor! ¡Abre la lata de atún! ¡Muero de hambre! -Se queja de nuevo Natalia.

-Lo siento pequeña, ya la abro.

Destapó unas cuantas latas de atún y los tres comemos, no sacia nuestra hambre por completo pero algo es algo.

Tenemos más latas de atún pero debemos guardar para mañana.

Tomo la bolsa de medicina y saco tres tapa bocas.

-Es mejor que nos pongamos esto, enfermarnos a causa del polvo es lo que menos necesitamos.

Le paso uno a Daniela, la cual se lo coloca al instante.

Me coloco el mio y ayudo a Nati a colocarse el de ella.

Me levanto y tomo toda la ropa que consigo en la tienda, agrando un poco nuestra "cama" para que podamos acostarnos los tres sin ningún problema.

Daniela y Natalia sólo me miran, miran todo lo que hago en completo silencio.

-Creo que ya esta mejor, ahora si cabemos los tres. -Digo orgulloso de mi trabajo.

-Diego deberías dormir un poco, haz hecho mucho por nosotras, yo me quedaré despierta haciendo guardia.
-Vale, gracias Daniela, descansaré un poco, cuando tengas sueño no dudes en despertarme.

-Esta bien.

Me acuesto y Nati al instante se acuesta a mi lado, coloca su cabeza en mi pecho y cierra los ojos.

Yo la abrazo y miro por un momento a Daniela, la cual esta de perfil, es una chica linda la verdad, tiene rasgos suaves y delicados.

Daniela al sentir mi mirada voltea a verme.

Me regala una pequeña sonrisa la cual se la devuelvo al instante.

Nos miramos por unos segundos antes de que ella vuelva mirar hacia el frente, yo cierro los ojos y no tardó en quedarme dormido.

Grande AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora