Entro corriendo a la tienda y no puedo dejar de sonreír, estoy demasiado feliz.
-Encontré una salida. -Digo con una gran sonrisa en mi rostro.
-¿En serio? ¿Saldremos hoy de aquí? -Dice Daniela asombrada.
-¡Lo haremos!
-¡Si! ¡Saldremos de aqui! -Chilla Natalia mientras da pequeños saltos.
-Bueno, es hora de irnos. -Digo tomando la mochila y colgándola en mi hombro.
Ayudo a Daniela a levantarse de el suelo y ella toma mi brazo para apoyarse a la hora de caminar.
Tomo a Natalia de la mano y los tres comenzamos a caminar.
-¿A donde iremos cuando salgamos de aqui? -Pregunta Natalia.
-No lo sé. ¿Que sugieren ustedes?
-Yo digo que tenemos que ir primero a la casa que nos quede más cerca. -Sugiere Daniela.
-Estoy de acuerdo. -Respondo. -La mía esta muy cerca de aquí, podemos ir a ella.
-Perfecto, entonces allí.
Luego de unos minutos llegamos a la gran pared, el agujero no es muy grande, pero con esfuerzo creo que podremos pasar los tres, uno por uno.
-Haremos lo siguiente, primero pasará Daniela, luego Nati y por último yo, ¿esta bien?
-Esta bien. -Responden ambas en unísono.
Ayudo a Daniela a pasar por el pequeño hueco, tardamos unos minutos debido a su pie pero al fin lo logramos.
Luego va Nati la cual prácticamente pasa sin ayuda.
Yo comienzo a pasar, pero cuando tengo medio cuerpo afuera me quedo trancado.
Daniela y Nati me comienzan a jalar hasta que finalmente salgo.
Siento un dolor en mi cadera, al levantarme la camisa noto que tengo una pequeña cortada en mi abdomen, es algo mínimo, nada del otro mundo.
-¿Estas bien? -Me pregunta Daniela.
-Si, estoy bien, sólo es una pequeña cortada.
Alzo mi mirada y mi barbilla cae al suelo.
Edificios derrumbados, árboles en el piso, autos aplastados y calles llenas de grietas.
-Mi Dios... -Es lo único que logro decir.
Los tres guardamos silencio, sólo observamos en lo que se ha convertido nuestra ciudad.
-Deberiamos irnos... -Susurra Natalia.
-Si... Vámonos. -Digo tomando a Natalia de la mano y Daniela vuelve a tomar mi brazo.
Caminamos en silencio hasta mi casa.
Las calles están desoladas y vacías, las únicas personas que vemos están muerdas, muchas dentro de sus autos, otras aplastadas y otras simplemente tiradas en el suelo.
¿Qué estarían haciendo esas personas cuando todo ocurrió?
Quizás estaban yendo a sus casas para la cena, otros quizás estaban saliendo a alguna fiesta, unos a alguna iglesia, quien sabe...
El punto es que cada una de las personas se dirigían a un sitio, tenían planes, muchos de ellos felices, otros enojados, tristes, deprimidos...
Cada persona tiene una batalla en su mente, puedes ver a una persona sonriendo y quizás en su mente esta pensado en como acabar con su vida.
Otras que van como alma en pena pero en su mente quizás esta tratando de decidir que es mejor cenar, pizza o hamburguesa.
Es así...
La mente humana es un acertijo que sólo Dios sabe descifrar.