Comienzo a abrir los ojos y suelto un largo bostezo, parpadeo unas cuantas veces hasta tener una mejor visión.
Veo a Daniela jugando con una pequeña piedra de cemento mientras tararea una canción.
No logro escuchar del todo bien, pero lo poco que escucho me parece hermoso, canta como un ángel.
Quito poco a poco a Natalia de mi pecho y ella comienza a despertarse, le extiendo mi mano y ella la toma volviendo a dormir.
Me siento al lado de Daniela la cual ha dejado de tararear la canción.
Ella me mira por unos segundos y luego vuelve a mirar al frente.
Ninguno de los dos se anima a decir alguna palabra.
Simplemente disfrutamos del silencio.
Nuestra mirada esta dirigida a un sólo sitio pero enfocada en nada, ambos estamos hundidos en nuestros pensamientos.
-¿Qué cantabas? -Le pregunto en voz muy baja.
-Ah... Sólo una canción que mi madre me cantaba de pequeña.
Tardo unos segundos en volver a hablar, dejo que el silencio permanezca por unos segundos.
-Estas preocupada por ella, ¿cierto? Por tu madre.
Ella suspira y dirige su mirada al suelo, toma unos segundos antes de volver a mirar hacia el frente, suelta un suspiro y abre su boca para responder.
-No sabes cuanto... -Finalmente dice. -Siempre discutimos, ella dice que puedo dar más de mi y todo ese parloteo del cual a veces me canso, luego de que mi padre y ella se divorciaron ella se volvió malhumorada, se molesta por todo y por todo sufre, luego de su divorcio comenzamos a discutir y discutir, lo hacemos hasta por cosas tan tontas como quien de las dos dejó el plato sucio.
Volteo a verla pero ella sigue mirando al adelante. Limpia una pequeña lágrima que se le ha escapado antes de volver a hablar.
-Estábamos discutiendo por el hecho de que iba tarde a casa, fue tan tonto de mi parte continuar la discusión, hubiese dicho un "lo siento mamá, ya voy en camino" y todo se hubiese solucionado, pero no, fui una tonta orgullosa que no quiso dar su brazo a torcer... Ahora no se donde y como esta, quizás este muerta, quien sabe.
-¡No digas eso Daniela! ¡No pienses de manera negativa! -Replico.
-La extraño mucho, quiero saber de ella, quiero abrazarla, quiero...
Daniela no puede continuar hablando porque comienza a llorar, sus lágrimas comienzas a caer por sus mejillas y hunde su cabeza en sus piernas y las abraza.
Nunca me ha gustado ver a las chicas llorar, me siento terriblemente mal cuando veo a una haciéndolo.
Paso mi mano libre sobre sus hombros y la atraigo hacia mi, ella me abraza y acuesta su cabeza en mi pecho.
Yo la abrazo más fuerte y ella continúa llorando.
-Todo va a mejorar... Ya verás. -Digo descansando mi cabeza sobre la suya y acariciando su brazo.
Este es el momento más íntimo que he tenido en toda mi vida y puedo decir que estaría feliz de estar así toda la vida.