Pasan unos cuantos minutos antes de que Daniela deje de llorar.
A pesar de que lo dejó de hacer, no se separó de mi pecho, se quedó allí.
Minutos después incline mi rostro para ver sus ojos y los encontré cerrados.
Estaba completamente dormida, pude detallar cada parte de ella por un momento.
Su rostro es hermoso, ella de completo es hermosa.
Acaricie con mi pulgar su mejilla y jugué unos minutos con su cabello.
Si me hubiesen dicho "Vas a estar atrapado en un centro comercial con una chica apuesta y una niña mega inteligente" lo más seguro es que me hubiese reído de la persona que lo dijo.
Hubiese dicho algo como "Vez demasiada televisión" o "Tienes una gran imaginación"
Actualmente lo estoy viviendo y me cuesta crecer que verdaderamente me esta pasando esto.
Me pregunto donde estará mi madre en este momento...
Donde estará mi padre, mi abuela...
Que será de ellos...
El pensar en todo eso perturba un poco mis pensamientos.
Sólo quiero saber si están bien... Sólo quiero saber eso...
¿Como estarán las cosas allá afuera?
¿Cuantas personas abran muerto?
¿Mis amigos estarán bien?
¿Cuantos niños abran muerto?
Mi Dios... Son demasiadas preguntas.
Una pequeña piedra comienza a brincar, seguida de otra y otra.
Un momento...
Esto no puede estar pasando de nuevo.
Oh Dios mio...
¡Esta volviendo a pasar!
Despierto rápidamente a Daniela y a Natalia.
Me meto debajo de la mesa y jalo a las dos para que vengan conmigo.
Las abrazo fuertemente y cierro mis ojos, ambas se aferran a mi y yo sólo puedo decir "Diosito ayudarnos"
Esta vez es un poco diferente, no se escuchan personas gritando y el único sonido que se logra oír es el de las paredes cayéndose.
Luego de unos minutos todo comienza a cesar hasta llegar a la normalidad.
—¿Que pasó Diego? —Me pregunta Natalia, es su voz noto el miedo que siente.
—Volvió a temblar pequeña, eso sucedió. ¿Las dos están bien? ¿No están heridas? —Digo en un tono de preocupación mientras examino sus rostros.
—Estamos bien. —Dicen ambas en unísono.
—Necesitamos salir de aquí, cuanto antes sea posible. —Digo saliendo de la mesa. —Vamos a buscar una salida.
Tomo una mochila que encontré en la tienda y comienzo a guardar todas las cosas que hemos recolectado, medicinas, latas de atún, botellas de agua y por supuesto la navaja.
—Haremos lo siguiente, ustedes permanezcan aquí, yo iré a buscar una salida, cuando la en encuentre volveré por por ustedes.
—Pero Diego... —Se queja Nicole.
—Por favor pequeña, haz eso por mi.
—Bueno... —Dice soltando un suspiro de frustración.
—En caso de que vuelva a temblar vayan debajo de la mesa, no salgan hasta que estén seguras de que a terminado el temblor, yo volveré lo más rápido posible.
Me agacho y le doy un beso en la frente a Natalia.
—Eres una pequeña guerra, cuida de Daniela —Le digo y ella sonríe, le gusta sentirse importante.
Me levanto y le sonrío a Daniela.
—Cuidala mucho, no camines y cuida tu pie también, volveré lo más rápido posible. —Digo y le doy un beso en la frente a ella también, me volteo rápidamente para no ver su reacción, aunque estoy de que sonrió. —Ya vuelvo. —Digo antes de caminar fuera de la tienda.
Comienzo a caminar por todo el centro comercial y a golpear paredes, necesito salir de aquí.
Veo una pared al fondo con una gran grieta, le doy una patada y se agrieta más, a la tercera patada se derrumba y entra el sol.
¡Bingo!
¡Saldremos de aquí!
Corro hacia la tienda a buscar a Nicole y Daniela, no podrán creer que encontré una salida.
Diosito gracias...