•VI•

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Dedicado a: JaquelineJin

-¿Qué te parece si hoy te enseño el pueblo?-soltó de la nada una pensativa pelinegra que comía onigiris sin mirar a su acompañante.-ya sabes, aún no conoces nada y pensé que cómo hace buen día querrías salir.-la chica seguía sin mirarlo, parecía que encontraba más interesante el relleno de su almuerzo que el chico a su lado.

El joven pelirrojo deja la sabrosa tortilla que esta apunto de meterse en la boca y la mira fijamente, debido a lo penetrante de su mirada ella no puede evitar corresponderlo. Siguen así y Mei empieza a notar un escozor en los ojos, no quiere perder ante la mirada del rojizo; si este pretende incomodarla, a ese juego pueden participar 2.

Sin poder evitarlo empieza a hacer pequeñas muecas con el fin de aliviar el picor, el silencio creado en la habitación se rompe ante la risa descontrolada de Sasori.

-¿De qué te ríes? ¿Y por qué me miras tanto? ¡Para!

Pese a que Sasori sabe que no parar de reír ocasionará un mayor enfado en Mei no puede parar. Obviamente la predicción de éste se hace realidad, de un momento a otro en toda la casa lo único que se escuchan son gritos enfurecidos y risas escándalosas.

*******

-¿Y bien?-por fin la paz volvió a la residencia, y menos mal, ya que ninguno de los presentes querían despertar a la dueña de la casa. Entonces sí que se oiría una sinfonía de gritos a todo pulmón; ni la cantante de ópera más reconocida tendría algo que hacer ante la anciana mujer.

-¿Y bien qué?-fingiendo no saber el chico la mira con picardía, la verdad es que hacerla rabiar se estaba convirtiendo en uno de sus entretenimientos. Adoraba ver cómo perdía los papeles.

Pero para desgracia de él, eso no fue lo que ocurrió esta vez. La chica enderezó la espalda y clavó su mirada en el joven.

-¿Quieres que te acompañe o no?

-Sabes que sí, si tú me ofreces un plan o meramente tu compañía sabes que voy a decir que sí de inmediato.

Aunque lo dijo de manera despreocupada eso no evitó que los colores subieran a la velocidad de la luz a las mejillas de Mei, quién apartó la vista de inmediato al ver el desconcierto con el que la miraba.

-Y-ya sabes, eres la única que conozco aquí, algo de compañía de vez en cuando no me va a matar.-soltando una risa nerviosa intenta arreglar lo último dicho.

-Bien.-sin ya los colores rojos característicos de la vergüenza, Mei se levanta de un salto derribando por un poco el desayuno semi-intacto de la mesa.-pues en marcha, nos vamos.

-¿Qué? ¿Ya? ¡Si aún ni desayuné!

-¡Fuera te invito a algo pero vamos! Date prisa.-la respuesta le llega desde el recibidor; desde su sitio, la ve reflejada en el espejo ajustándose la cinta que recoge su espesa cabellera. Una sonrisa vuela a sus labios.

-Voy....

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-No me acordaba de que por estas fechas había tantos puestos....

Mei paseó su mirada tranquilamente por todo el lugar. Había de todo, desde puesto con la comida más tradicional hasta donde se sorteaban premios y juguetes. Todo estaba marcado por un aire de nostalgia para ella, la última vez que había ido aún ni llegaba a la barra de pedidos de los puestos.

-Vamos, no te quedes parada. ¡Tengo mucha hambre!-con tono impaciente Sasori coge a la chica de la mano y la incita a seguir caminando.

Ninguno de los dos dice nada sobre el tacto de sus manos juntas, tampoco hacen algo por separarlas.

Firefly Lights//Sasori au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora