18: Tu mirada

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18: Tu mirada

Los Ángeles, California

Rachel Berry, 18 años

Lucy Quinn Fabray, 19 años

Vero y Frannie llevaban años de relación, si bien habían tenido un momento de quiebre en la misma durante el tiempo que Frannie tuvo que dejar el país, las cosas habían resultado bien para ellas cuando decidieron volver a intentarlo.

-Solo te pido que me apoyes en esta decisión nada más

-Te estoy apoyando de verdad.

-¿Estas segura?

-Hemos pasado por mucho, quiero esto, lo quiero contigo

-Te amo - sonrió y abrazo a su chica - te amo demasiado.

-Es mi encanto natural - se rió.

Vero había decidido estudiar psicología pero para ello tendría que mudarse a Los Ángeles, nuevamente debían separarse pero Frannie no iba a permitir que la distancia se interpusiera entre ellas así que tomo una decisión dejarlo todo y comenzar una nueva vida junto a la persona que más amaba.

-Puedo preguntar ¿Por qué elegiste esa carrera? - decía Frannie.

-Creo que hay mucha gente que necesita ayuda, mucha gente pierde su norte y no sabe cómo volver al camino adecuado, creo que entender la mente humana es algo que muy pocos lo logran hacer.

-Vas a ser la mejor estoy muy segura.

-Eso espero - se acercó a besarla - gracias por apoyarme.

-Siempre lo haré.

La mirada de una persona puede decir muchas cosas si bien dicen los ojos son el espejo del alma y es que si fuéramos mas perceptivos nos daríamos cuenta de muchas cosas con tan solo mirar a los ojos a una persona. Rachel toda su vida había tenido en claro algo muy importante ser positiva, su padre le había enseñado que no importaba lo difícil que fuera una situación siempre debía buscar el lado bueno y así lo hacía, para ella no había manera de pensar en lo malo, no había la tristeza ni nada por el estilo y así vivía muy feliz, esa manera de ver las cosas la hacía inmensamente feliz.

Quinn era más realista no soñaba demasiado pero desde que había conocido a Rachel se había permitido en imaginar en un futuro en el que ambas compartían metas, si eso era muy lindo y la hacía sonreír pero normalmente no le gustaba pensar sobre el futuro su experiencia durante los años le había enseñado que las cosas tienden a arruinarse por lo que prefirió vivir el presente enfocarse en lo que le deparaba el día a día, y así ella también era inmensamente feliz.

Desde que la morena se había presentado en el departamento de la rubia, Quinn supo que las cosa no iban a ser sencillas, tener a la morena a cada momento a su lado iba a ser complicado, no quería arruinar todo, quería comenzar desde cero, quería que las cosas resultaran pero no estaba siendo así, las ganas de besarla podían más que su razón.

Quinn se encontraba en su habitación terminado los deberes de aquel día cuando escucho la puerta abrirse, Rachel finalmente había llegado así que fue a hablar con ella, la morena entro sin saludar y fue directamente hacia la cocina en donde comenzó a tomar un poco de agua, inmediatamente la rubia le quito el vaso de las manos y la encaro.

-Tuve que pasar todo el día con una bufanda horrible, muriendo de calor todo por tu culpa.

-No te escuche quejarte mientras te lo hacía - sonrió - admítelo lo disfrutaste.

-Eres insoportable.

-No lo soy - se reía - además me encanta que sepan que tienes a alguien.

-Pues no, yo no tengo a nadie -trato de alejarse de la morena, pero ella la sostuvo del brazo.

Turning Points (Faberry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora