La lluvia del otoño ya empaña las risas del verano. Y entre las nubes de nostalgia todavía se cuelan algunos rayos del sol de septiembre.Alfombras de "lo que fue y ya no es" cubren de marrón, beis y amarillo las aceras mientras los arboles lloran por su perdida a las orillas de estas. El frío vuelve a su trabajo de jornada completa mal pagada. Y la gente va con tanta prisa por la calle que no se da cuenta de que el tiempo no espera a nadie.