Capítulo 8

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No tenía intenciones de volver inmediatamente a la casa de Marly. Pero tampoco quería ir con Cassie y el resto y aceptar que estaba perdiendo el poco autocontrol que me restaba.

Así que caminé sola en el bosque, hasta que mis piernas ya no eran capaces de sentir el cansancio. Necesitaba ese tiempo sola para dejar que mi temperamento se enfriara.

Finalmente me acurruqué en un tronco en mitad de la noche esperando por el amanecer.

Regresé a casa de Marly el día siguiente después del medio día.

Ella me miró como queriendo preguntar algo, pero no lo hizo. Y yo no le dí ninguna explicación. No era esa clase de peronas....o de lobo.

Esa misma tarde Daniel y yo entrenamos en el mismo claro, pero esa vez no intercambiamos muchas palabras. Simplemente luchamos hasta que no pude más. Y no me importó, eso era lo que había hecho siempre cuando necesitaba pensar, entrenaba hasta quedar destrozada, hasta que todo doliera tanto que mi mente se quedara en blanco.

Los días fueron acumulándose hasta que se cumplió una semana desde que había llegado a la manada. Y no me había encontrado con Marcus, sabía que tarde o temprano pasaría, pero prefería no pensar en eso. En cambio pasaba las mañanas con Marly, aprendiendo todo lo que podía de la manada, intentaba recordar nombres, rutinas, y algunas cosas que pudieran ayudar después. Por las tardes pasaba bastante tiempo con Daniel entrenando, no hablábamos demasiado, y yo nunca le mostré mis verdaderas habilidades, pero ahora sabía que él también era bastante fuerte. Pero a diferencia de mí, el no perdía el control. El era como un mar templado, con olas que embelesan con su calma y su poder.

Yo era como un rio que cuando se desbordaba no había nada para contener su furia. No volvió o tocar el tema de mi antigua manada. Solo entrenábamos .

Me sorprendía lo bueno que era Daniel, y me pregunté si alguna vez él había estado en una batalla con otra manada. Quizá no. Me había demostrado que era buen cazador ¿Tenía Daniel un punto de débil? Tenía que tenerlo. Todos tenemos uno.

Pero cada vez que estábamos cerca el sentimiento de querer pelear con él se cambiaba por un cosa extraña en mi interior. Era como sentir la estática en la piel. Quería hablar con él. Conocerlo, saber que pensaba de mí. No me gustaba la compasión, y esperaba que fuera algo diferente.

Una noche mientras recuperábamos el aliento después de una carrera por el bosque lo vi quitarse su playera, no es que no hubiera visto algún hombre sin ropa, pero él ...Estaba increíblemente bueno.

Su cabello siempre desordenado, su respiración agitada, y sus ojos siempre verdes brillando. Su pecho sudado y bronceado.

Al final supe que él si había estado en una pelea. Una cicatriz larga cruzaba su hombro izquierdo. Mas que obvio que había sido infringida por las garras de otro lobo.

¿Había sido una batalla por territorio? ¿Entrenando con alguien? ¿Para reclamar una compañera?

No pudee evitar pensar si había tenido ya alguna amante. Definitivamente si.

¿Marly?

No sabía qué relación había entre ellos. Pero no sería raro que ella fuera su compañera, ella era bonita y además muy fuerte. Quizá la mejor hembra de su manada.

Yo solo había tenido un amante. Adán, pero ambos sabíamos que solo queríamos una cosa de una noche, así que a ninguno le importó seguir su vida como si nada hubiera pasado después de esa única noche.

En mi mundo el sexo es una necesidad, es natural.

Es solo sexo.

A veces Solo un medio. Una hembra va a buscar un macho fuerte que le ofrezca protección, o por comodidad. rara vez se enreda el corazón.

Pero nunca en mi vida lo había deseado con alguien especial. Pero esa noche deseé estar con Daniel.

Yo podía suponer fácilmente que debía ser un buen amante.

Y no había manera en el mundo de negar que me sentía atraída.

Pero sabía que no había peor manera de arruinarlo que sentir esa absurda necesidad de ser su compañera, aunque fuera solo por una noche.

Necesitaba hablar con Cassie, no para contarle mi repentina atracción por el hombre que ambas deseábamos matar.

Solo necesitaba que ella me recordara porque habíamos esperado tanto tiempo, y las razones por las que no podía no debía fallar.



OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora