-Cuarenta y uno-

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—Evan —dijo ella, luego sonrió. Por unos segundos se cruzó la confusión en sus ojos, pero fue tan poco tiempo que Rian pensó que se equivocaba.

—¿Liz? ¿Recuerdas? —preguntó el pelirrojo, esperanzado.

—¿Cómo no me iba a acordar de mi primo? ¡Tú eres el mejor! —exclamó y lo abrazó. La rubia se giró hacia el rubio y sonrió nuevamente—. ¿Y cómo no me iba a acordar de Jasón? Mi príncipe violeta -soltó una carcajada. Y Rain se enamoró de esa carcajada.

En un impulso, arrebató a la chica de los brazos de Evan y la atrajo a los suyos, besándola.

Sin importarle nada.

Liz, ¿aceptas esta flor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora