Capítulo 16

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Narra Teressa:

He sido realmente cobarde en los últimos días. He logrado evitar a Holmes exitosamente en varias ocasiones, pero dudo que lo pueda seguir haciendo por más tiempo, ya que esta mañana después de bañarme en el hotel en el que me estoy quedando encontré un sobre color negro e inmediatamente supe lo que era.

Trato de calmar mi respiración cuando estoy en Baker Street, bajo del taxi pagándole y camino hasta la puerta del edificio. Tomo aire y trato de poner mi cara de despreocupación. Abro la puerta y comienzo a subir las escaleras; con cada paso que doy mi corazón se acelera diez veces más rápido, escucho las voces de Holmes y de otro hombre.

Sin pensarlo más de dos veces me adentro a la estancia con una sonrisa en la cara. Holmes y un hombre de porte elegante y bastante alto se encuentra en la estancia, ambos parecían estar en medio de una argumentación pero guardan silencio en cuanto me ven. Los ojos de Holmes se vuelven más tempestuosos y puedo notar como sus facciones se endurecen por unos segundos.

-Buenos días señores -digo con un tono de voz alegre.

- ¿Dónde estabas? -pregunta Holmes secamente.

-Arreglando unos asuntos -respondo encogiéndome de hombros, me quito la chaqueta bajo el escrutinio del hombre.

- ¿Qué asuntos? -pregunta Holmes, ruedo los ojos pero no contesto. El hombre me mira atentamente hasta que se decide a hablar.

-Temo que Sherlock no nos ha presentado, mi nombre es Mycroft -dice el hombre estirando su mano para saludarme.

-Un gusto señor Holmes -parece sorprendido por unos momentos-. Teressa Queen.

-Teressa, es un hermoso nombre para una hermosa dama -dice coqueto, entrecerré los ojos al saber lo que tramaba cuando de reojo observó a Holmes, que se encontraba enfurruñado en el sillón, matando con la mirada a su hermano.

-Me hace sonrojar -digo en broma. Mycroft me sonríe abiertamente.

-Bueno, ya es tiempo de que te marches -interrumpe Holmes parándose de su lugar-. Eres un hombre muy importante, seguro que tendrás miles de cosas por hacer.

-En realidad hoy estoy libre -dice Mycroft mirándome con una sonrisa traviesa que le devuelvo.

-No, no lo creo -dice Holmes empujando a su hermano a la salida. Mycroft solo ríe dejándose arrastrar.

- ¡Fue un gusto conocerla señorita Queen! Espero con ansias volverla a ver -dijo el mayor de los Holmes antes de que su hermano le cerrara la puerta en la cara.

Holmes se da vuelta y me mira acusadoramente esperando una respuesta, le sonrío pero camino hasta la cocina para buscar algo de comer. Mientras estoy hurgando en la alacena o en el refrigerador.

-Por Dios Holmes, me voy durante dos días y remplazas la comida por ojos en vinagre, eso es asqueroso -menciono dándome por rendida al ver que no hay nada de comer.

- ¿Dónde has estado? -me pregunta Holmes de nuevo.

-En muchas partes, en ninguna -respondo simplemente para después murmurar-. Caray, que hambre tengo.

Holmes se da vuelta y camina a la sala recogiendo mi chaqueta y su saco. Lo sigo sin entender. Me tiende mi chaqueta y me la pongo observando cómo se pone la suya.

-Tengo algo que mostrarte -digo.

-Puede esperar, por ahora, vamos a comer -dice saliendo del edificio sin esperar respuesta. Suelto un suspiro y me preparo para seguirlo.



Dos horas después estoy completamente satisfecha, comí como jamás había comido, hasta pedí postre, dos veces. Holmes solo se dedicó a observarme comer, y aunque yo estaba consciente de sus miradas decidí no opinar nada. Si tengo que admitirlo la verdad es que estoy realmente asustada por lo que vaya a decir, sé que está enojado, y una parte de mi espera que también un poco preocupado.

- ¿Qué era lo que me querías mostrar? -pregunta finalmente cuando acabo de comer mi segundo pastel.

Me limpio la boca y discretamente de mi chaqueta le muestro el sobre, su cara cambia por completo. Holmes se levanta y se dirige a pagar para podernos ir, yo lo espero fuera, él sale y comienza a caminar para detener un taxi. Suspiro cuando abre la puerta y me indica con un gesto lleno de impaciencia que suba al coche. Ruedo los ojos, y para martirizarlo un poco, me tomo mi tiempo para subir al auto; cuando finalmente estoy dentro le doy una sonrisa divertida mientras que él me fulmina con la mirada y le dice al chofer la dirección. No pasa más de media hora cuando finalmente llegamos al departamento, Holmes me apresura para bajar y paga el taxi. Su impaciencia me resulta extremadamente divertida.

Finalmente llegamos a la sala donde tomo asiento en el sillón del Doctor, Holmes se quita su saco y se sienta frente a mí.

-Muéstramela -me dice con impaciencia. Saco el sobre negro y se lo paso, él no pierde tiempo y con rapidez lo abre. No tarda ni 30 segundos en terminar de leerla-. ¿Te hicieron daño? ¿Cuándo la encontraste? ¿En dónde estabas?

- ¿Para qué preguntas si ya sabes la respuesta? -le interrogo.

-Porque quiero oírla de ti -dice con sinceridad. Mi corazón da un pequeño salto al escucharlo decir eso. Suelto un suspiro.

-Estoy bien. Estaba en un hotel, después de salir de bañarme me lo encontré justo sobre la cama, me tomé el tiempo para examinarlo, pero es igual que el anterior: cero huellas. Después de eso vine inmediatamente hacia aquí.

- ¿Por qué te fuiste? -me pregunta de pronto.

- ¿Eso tiene alguna relevancia para el caso? -pregunto intentando evitar la pregunta.

-Lo tiene para mí -su respuesta me deja helada.

- ¿Estás drogado? -le pregunto de sopetón, él niega confundido-. ¿Entonces quién eres y qué hiciste con Sherlock Holmes? Él jamás diría algo así en su sano juicio.

Ahora es Holmes quien rueda los ojos.

-Me interesa Tessa, esperaba despertar contigo a mi lado -dice la última parte en voz baja.

Entrecierro los ojos con desconfianza.

- ¿Por qué?

Veo cómo Holmes inhala tomando aire.

-Porque me gustas.



Sherlock Holmes: El misterio del Nombre -Pausada hasta Junio 2020-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora