Capítulo 11

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Maratón 2 de 3


Narra Teressa:

Cuando William cerró la puerta con seguro se giró hacia mí con una sonrisa, sonreí y por cada paso que él daba hacia mí, yo me alejaba dos, hasta que mis piernas se toparon con la cama y caí hacia atrás. Él se quitó la saco y lo aventó para después subirse encima de mí. Los besos y caricias no se hicieron esperar por su parte y yo le correspondí; mi vestido desapareció y su ropa también. Mientras él me besaba el cuello, estiré mi mano y tomé el pequeño objeto que buscaba, antes de que se diera cuenta, la jeringa ya estaba clavada en su cuello y el líquido ya estaba corriendo en su torrente sanguíneo. William se alejó de mí tocándose el cuello, cayó de la cama arrastrándose hacia la puerta. Me levanto y camino hasta él, me coloco sobre él impidiéndole moverse.

— ¿Qué... me has... dado? -pregunta William tratando de zafarse, le sonrío.

—Pentotal -digo-. No te aburriré con clases de Química, así que en resumidas cuentas es una droga que también es conocida como suero de la verdad -acerco mi cara a la suya hasta que se encuentran a milímetros-. Quiero respuestas y tú me las darás.

—Podríamos haberlo hecho de la manera fácil -susurra.

—Oh cariño, esta es la manera fácil -digo riendo. Cuando sus pupilas comienzan a dilatarse sé que la droga ya está haciendo efecto, así que me levanto y con mucho esfuerzo logro levantarlo y sentarlo en una silla. De mi saco tomo mi celular y lo pongo en la grabadora.

— ¿Cuál es tu nombre? -le pregunto.

—William Harrison -susurra.

— ¿Reconoces el nombre de Mathew Young? –le pregunto, él cierra la boca tratando de callarse, pero finalmente habla.

—Trabaja para mí -dice.

— ¿Qué fue lo último que le ordenaste que hiciera? –le pregunto.

— Tenía que traer un cargamento de diamantes del extranjero, pero él jamás volvió con los diamantes –dice.

— ¿Lo buscaste?

—Sí, pero no logramos encontrar nada de él, según mis fuentes comenzó a trabajar para otra persona.

— ¿Para quién? –pregunto.

—No lo sé, mis contactos vieron a una mujer pero no supieron identificar.

Me siento y sé que dice la verdad, porque el hombre rudo que me atacó también mencionó algo acerca de una mujer. La información es poca, pero de algo me servirá.

—Gracias por la información –digo con una sonrisa.

— ¿Crees que saldrás viva de aquí? –pregunta riendo.

—Sí, la verdad si –digo levantándome–. Young está en Scotland Yard, está detenido por agresión, haré que lo dejen salir mañana y será todo tuyo.

Me visto rápidamente mientras William me observa fijamente confundido.

—Realmente eres guapa, es una lástima que ya te vayas –dice, le doy una sonrisa.

—Tu y yo no somos tan distintos, William, siempre conseguimos lo que queremos –le digo mientras guardo mis cosas.

— ¿Y qué es lo que quieres? –me pregunta.

—Vivir –respondo.

—Me agradas, a pesar de que me hayas drogado, así que te ofrezco un trato –me dice.

—Soy toda oídos –respondo.

Cuando salgo del bar está por amanecer, me abrigo bien con el saco y comienzo a caminar siendo consciente de que dos personas me siguen. Cuando estoy segura de que nadie más nos sigue, me detengo y le hago la seña a un taxi. Holmes y el doctor llegan a mi lado y antes de que puedan preguntar algo les señalo el taxi, ambos se adentran en el taxi y yo entro al último.

—Baker Street 221B –es todo lo que digo durante el camino.

El frio y el cansancio hacen mella en todo mi cuerpo. Me recargo en la ventanilla viendo Londres pasar. Una pequeña sonrisa aparece en mi rostro cuando recuerdo a William, tengo que admitir que es uno de los hombres más inteligentes que he conocido. De reojo miro a Holmes, que está con la vista fija en el frente. Ninguno de los tres habla durante el camino de regreso.

Cuando por fin llegamos a Baker Street, bajamos del taxi y entramos al edificio. Holmes y el Doc toman sus respectivos lugares y me miran esperando una explicación. No me gusta dar explicaciones.

—Mathew Young –digo finalmente-. Es el hombre que me atacó en el callejón, anteriormente era un contrabandista de diamantes que trabajaba para William Harrison, el hombre del bar.

— ¿Por qué lo fuiste a ver? –pregunta Holmes.

—Mathew dijo algo cuando me acorraló en un callejón, dijo que una mujer se había presentado en su departamento y le había ofrecido una gran cantidad de dinero por matarme. Así que fui a averiguar que sabía Harrison, me confirmó que sus fuentes le dijeron que trabajaba para una mujer.

—No entiendo –me interrumpe Holmes-. ¿Por qué te mandaría matar si se supone que sigue Mary? Lo más lógico sería que hubiera mandado matar a Mary.

—Tengo la ligera sospecha de que su juego ha cambiado –digo-. Quien quiera que sea sabe que Mary no está sola, los tiene a ustedes, y con eso el juego se elevó a otro nivel. Ahora Mary es el verdadero reto, yo solo soy un estorbo a comparación de ella, por lo que considero que se limitará a eliminarme rápidamente para poder concentrarse por completo al mayor desafío.

—No los mata en desorden, los mata por grado de dificultad –murmura Holmes-. Inicia con el eslabón más débil hasta llegar al que representaría un verdadero reto.

Camino hasta llegar a la ventana y dejo que mi mirada vague por el paisaje. Fue un error haber venido. Mary no me necesita, los tiene a ellos para protegerla, no debí de haber venido, sino estuviera aquí quizás hubieran resuelto todo esto y yo quedaría a salvo. Suelto un suspiro. Quizás si soy lo suficientemente rápida y sigilosa pueda salir del país, podría ir a Moscú o a India. Quizás si desaparezco vuelva a centrar su atención en Mary y Holmes y el Doctor puedan encontrar al culpable y detenerlo.

Podría irme, claro que sí, pero creo que no podría vivir con eso, sabiendo que la volví a dejar. Paso mis manos por mi cara repetidas veces, necesito una dosis de nicotina, o por lo menos de cafeína. Me doy vuelta y trato de hablar pero la puerta se abre de par en par dejando ver a una figura muy conocida.

—Tú –susurra Mary Watson mirándome.

—Yo –contesto dando una sonrisa.

Lo siguiente que sé, es que Mary me dispara.


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Chan chan chan chan

Hola mis lectores. Al fin apareció Mary!!!!!!

Pd: Mary en multimedia

Sherlock Holmes: El misterio del Nombre -Pausada hasta Junio 2020-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora