Narra Teressa:
—¿Te encuentras bien Holmes? ¿Te has golpeado la cabeza? -le pregunto a Holmes con fingida preocupación, por un momento veo confusión en sus ojos, él niega con la cabeza— ¿Seguro? Porque es la única razón lógica que veo a lo que estás diciendo.
Holmes rueda los ojos y se gira hacia el Doctor.
—Llama a Lestrade, dile que un hombre te atacó y lo tuviste que dejar noqueado, yo acompañaré a la señorita Queen a su hotel para que recoja sus pertenencias —dice Holmes. No espera a que ninguno diga nada y empieza a caminar, me quedo parada viendo como se aleja.
—¿Qué cosa le has dado? -pregunta el Doctor observando a Holmes caminar, los ojos del Doctor se encuentran con los míos y yo me encojo de hombros.
—¡Señorita Queen! ¡No tenemos todo el día! -grita Holmes desde la esquina.
—Será cabezota -murmuro caminando, el Doctor Watson se ríe, le ofrezco una pequeña sonrisa cuando paso junto a él.
Holmes está esperando a la vuelta de la esquina, cuando me ve se da vuelta y comienza a caminar, ruedo los ojos y apresuro el paso hasta estar a su altura. Casi me río al verlo observarme por el rabillo del ojo, sus mejillas cobran un poco de color al verse descubierto. A veces puede ser tierno.
—Luces espantosa -dice Holmes.
Y otras veces puede ser un idiota.
—Oh Holmes... mmm... es lo más dulce que me han dicho -digo tratando de hablar con normalidad, él me mira, sus ojos bajan a mi cuello y se tornan afilados. Se quita la bufanda y me la entrega.
—Póntela -dice-. No te verás tan patética -se da vuelta y le hace la seña a un taxi.
—Todo un caballero Holmes -murmuro con ironía. Me coloco la bufanda alrededor de mi cuello y me acerco al taxi.
Holmes me abre la puerta del taxi y me deslizo dentro seguida por él. Le doy la dirección de mi hotel al taxista y este se pone en marcha. Puedo sentir la mirada de Holmes sobre mi pero me dedico a observar por la ventana el, como siempre, nublado Londres. La bufanda emana su olor y me siento tentada a cerrar los ojos y hundir mi nariz en ella. Patética, simplemente patética Tess. Quisiera salir del taxi rodando, la proximidad con Holmes hace que mi corazón vaya más rápido y mis manos suden. Tomo aire cuando siento sus dedos rozar mi muñeca, levanto los ojos encontrando esos ojos tan cautivadores. Le sonrío dulcemente.
—¿Viendo mis reacciones físicas hacia usted, Señor Holmes? -pregunto observando su dedos tomando mi pulso, rápidamente aleja su mano.
—Así es señorita Queen y lamento informarle que usted está sufriendo un enamoramiento hacia a mi -dice Holmes, no puedo evitar reír, una risa verdadera.
—Por Dios Holmes -digo riendo.
—Tus reacciones son obvias: pulso acelerado, pupilas dilatadas, color en tus mejillas -dice un tanto ofendido.
—Se llama atracción, Holmes -digo riendo-. Estoy atraída a ti, sí, eres misterioso, me gusta el misterio, pero el enamoramiento es algo distinto. No busco tu afecto Holmes, ni tu cariño, eso es el enamoramiento, el cuál, no tengo.
Holmes me observa en silencio durante unos momentos tratando de descifrar si estoy mintiendo o no. Finalmente gira su cabeza y se dedica a observar por la ventana, ni siquiera trato de ocultar mi sonrisa.
—He dejado a Sherlock Holmes sin palabras -me rio y dejo caer mi cabeza hacia atrás-. Podría acostumbrarme a eso.
Sabiamente Holmes decide permanecer en silencio el resto del camino. Cuando llegamos a nuestro destino, Holmes paga al taxista y nos bajamos. El susodicho se para en la acera observando al hotel con el ceño fruncido.
—¿En serio te hospedas ahí? -pregunta con una mueca. Ruedo los ojos, lo esquivo y comienzo a caminar hasta el hotel.
Unos segundos después siento los pasos de Holmes detrás de mi. Evito el elevador como siempre y subo hasta mi planta. Saco las llaves de mi habitación y la abro. Por unos momentos me arrepiento de que Holmes haya venido conmigo, me giro y lo observo mirar todo: la cama perfectamente tendida, las maletas en el suelo bien cerradas, la ropa tirada en el baño, las cobijas y almohadas en el sillón y las cajas de películas del hotel. Tomo aire y me doy vuelta.
—Siéntase como en casa -digo sobre mi hombro. Me dedico a ordenar mis maletas, que solo son dos, por lo que termino de ordenarlas rápidamente.
—¿No duermes en la cama? -me pregunta Holmes, siento mi garganta secarse, pero sonrío.
—No, el sillón me ofrece tele, soy adicta a las películas -mentira-, por eso me quedo en el sillón -otra mentira-. Espero que tenga buena colección de películas Señor Holmes, o estaremos en graves problemas -digo en tono de broma.
—¿Cuál es tu película favorita? -suelta la pregunta tan de repente que me deja sorprendida.
—No tengo película favorita, me gustan casi todos loe géneros, aunque con las de misterio es un poco aburrido, ya que casi siempre sé como terminan -improviso, enojo mis hombros para darle un matiz más realista-. Estoy lista -digo señalando las maletas, él se acerca y toma la primera maleta.
Tomo la otra maleta y casi me río al ver como hace un poco de esfuerzo para mover la maleta.
—Tiene rueditas -murmuro con diversión contenida al pasar junto a él. Salgo de la habitación y observo como Holmes sale de la habitación con la maleta arrastrando.
Cierro la puerta y camino hasta las escaleras. Holmes vacila un poco pero termina por seguirme, con cuidado bajamos las escaleras sin decir nada. Al llegar a la planta de abajo camino hasta recepción a entregar mi llave.
—Es una lástima que te vayas lindura -dice el recepcionista mientras hace el papeleo, es guapo-. Quizás algún día decidas darte una vuelta por estos rumbos si te aburres, mi nombre es Carl.
—Gracias Carl, pero mi novia estará muy ocupada, pintaremos el cuarto para nuestro bebé -interrumpe la voz de Holmes, casi salto lejos cuando siento su brazo rodearme la cintura, miro a Holmes con la ceja levantada, pero él mira al chico con ojos matadores. El chico lo observa raro y luego me mira a mi y mi abdomen.
—Si, esto del embarazo no deja mucho tiempo -suelto una risita-. Muchas gracias Carl. Vamos cariño, el bebé quiere un bote gigante de helado de chocolate.
Tomo la mano de Holmes y con la otra la maleta y comienzo a caminar hacia afuera. Cuando estamos afuera miro a Holmes interrogante. Él luce nervioso.
—¿Novia? ¿En serio? -pregunto divertida.
—El chico no es el mismo que estaba cuando entramos, pero tenía la misma ropa del otro y su gafete -dice observando hacia adentro.
Miente, pero no digo nada.
—No creo que nos haya creído -digo mientras observo al chico darme una sonrisa coqueta, Holmes lo mata con la mirada-. Pero sé como hacer que nos crea.
—¿Cómo? -pregunta.
—Así -digo.
Y lo beso.
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Este capítulo me encantó, ¿Y quién no caray? SU PRIMER BESO
Sip, realmente me emocioné, pero tienen que decirme si les gusta o no, porque rompen mi corazón :'(
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Sherlock Holmes: El misterio del Nombre -Pausada hasta Junio 2020-
Fiksi Penggemar"Pero cometió un error. Todos lo cometen" Teressa Queen solo ha tenido algo muy claro en toda su vida, y es que solo debe cuidarse la espalda a sí misma, pero un mensaje puede cambiar la vida de muchos en diferentes formas. "... bajo las escaleras y...