Poco a poco, la noche cayó sobre nuestros ojos mientras nos divertíamos en la playa. Paula y Anna estaban saliendo de darse el último chapuzón en el mar mientras todos los demás nos calentábamos en la fogata que los chicos habían hecho. Fede tocaba la guitarra mientras Azul y Laura cantaban alegremente. Todo era muy armonioso y, en cuanto a mí, agradecía profundamente el calor que me brindaba el fuego, ya que de lo contrario me hubiese muerto de hipotermia. Es increíble lo mucho que baja la temperatura por la noche en la playa.
-Dios, necesito mi abrigo -se quejó Anna, mientras venía corriendo a mi lado y sacaba de su bolso un suéter-. El agua está muy linda, pero el aire está tan helado que no te conviene salir nunca.
-Es mejor el clima más tarde, como de madrugada -opinó Theo-, en ese momento está más linda todavía.
-Sí, pero hace más frío afuera -dijo James mientras calentaba unos malvaviscos en el fuego-, ¿alguien quiere?
Me acerqué a él y tomé unos cuantos de la bolsa para luego insertarlos en un palo y calentarlos sin problemas. El sabor del malvavisco siempre me traía buenos recuerdos, riendo junto a mi hermana en una fogata familiar por su cara pegajosa. "Oh, pequeña Sara, ya te extraño hermanita". Sonreí inconscientemente y le di una mordida a mi malvavisco.
-¿Ves? Lo está haciendo de nuevo. -Oí como James susurraba entre risas. Podía sentir su mirada a mi lado.
-Ahá -coincidía Anna, también entre risas.
-Me alegro de saber que soy su fuente de risas -dije, con ironía.
-Nunca podríamos reírnos de tí, Sam -dijo James, provocando que Anna ponga una cara increíblemente seria y fingida que nos hizo reír a los tres-. Estaba comentando con Anna tu manía de sonreír en pensamientos.
-Y yo le estaba diciendo a James lo común que era, y que debería acostumbrarse.
-Deberías escucharla -dije mirando a James-, es mi mejor amiga, me conoce bastante bien.
-¿Y si me tomo el trabajo de conocerte yo mismo? Así puedo ver a lo que me enfrento.
De repente, Anna había desaparecido. Mis amigas y su maravillosa habilidad de desaparecer en los momentos justos. James se acercó más a mí. Estábamos todos sentados en la arena cerca de unas rocas rodeando a la fogata.
-Diría que tengas cuidado en lo que te metes. Soy bastante misteriosa –dije, enarcando una ceja, divertida. La verdad es que no me considero alguien difícil de conocer, es más, siento que hay muy pocas cosas acerca de mí que la gente que me quiere conocer debería saber.
-No lo dudé ni por un segundo.
Luego de que termináramos de comer los malvaviscos nos vimos enfrascados en una ronda de chistes malísimos que terminó siendo una ronda de leyendas urbanas que no asustaban en lo absoluto y provocaban más risas que los chistes.
De un momento a otro, Azul y Fede habían desaparecido entre la oscuridad que rodeaba la playa, Laura y Anna se había enfrascado en una conversación acerca de política con Mariano, Paula estaba echada a un lado de la fogata mirando las estrellas, Theo no sabía dónde estaba, ni me interesaba, y yo revisaba nerviosamente mi teléfono.
Sentí que alguien apoyaba su mano en mi cintura.
-¿Quieres ver algo mágico? –Susurró James en mi oído. Me estremecí por su suave tacto y me giré para verlo de frente. Asentí lentamente y él me tendió su mano, la cual tomé.
Nos alejamos de la fogata y nos internamos en la oscura playa que nos rodeaba. Caminábamos por el borde de la marea, la cual ya había subido bastante, mientras hablábamos de cosas sin importancia. Su mano se sentía cálida en la mía y yo me distraía por momentos jugando con nuestros dedos. Sus ojos verdes estaban fijos en el suelo y de vez en cuando me miraba para esperar a que conteste acerca de una pregunta particular. Yo trataba de controlar mis irrazonables nervios y contestar lo más tranquilamente posible, pero se me hacía muy difícil dado que él parecía sentirlos. Cada vez que sentía que me trababa en mis palabras o que mis pensamientos se iban de tema, él se volteaba y me miraba a los ojos, divertido.
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Un Verano Para Recordar
Teen FictionSamantha tiene 16 años y junto con sus amigas emprenderá el camino rumbo a sus vacaciones soñadas. Sin padres, en la playa, con una hermosa casa y en la edad de la pura diversión, el verano se presenta con grandes expectativas para este grupo de cin...