Fate Stay Night : La Ultima Gran Guerra

Capitulo 2: Aires de Guerra

Acto 1: La Primera Invocación

Al fin había llegado su momento, toda una vida de preparaciones solo para culminar en un simple instante del tiempo. Su entrenamiento había sido intenso y a pesar de carecer de un maestro y un numero de circuitos mágicos que la respaldaran, Crina Balan se preparaba para el ritual, pues como estaba establecido en el reglamento del Heaven's Feel cada maestro participante debía invocar un sirviente para que lo acompañe a lo largo de la competencia. Pero estos sirvientes no eran simples familiares, pues un familiar siempre tiene capacidades menores a las del mago que los invoca, ellos eran espíritus heroicos llamados desde el mismísimo Salón de los héroes, que es el lugar donde las almas de cada entidad trascendente a lo largo de la historia y del tiempo toma como último refugio después de la vida.

A veces ni siquiera es necesario que el héroe haya existido realmente, su esencia espiritual termina en este lugar, debido a que realmente existió en el corazón de los que creen y cuentan su leyenda, es así que una infinidad de almas heroicas están en este sitio y una de ellas, solo una de entre todas ellas seria escogida como un legitimo sirviente cuyo destino seria acompañar a Crina en la batalla, pero la pregunta que aquejaba la mente de la niña era que saldría del circulo de invocación una vez terminara el ritual?, esta interrogante la carcomía, pero aun así estaba decidida a averiguarlo por sí misma.

Ella estaba sola en la casa, la situación era perfecta pues si sus padres no estaban no podrían detenerla, es mas ni siquiera se darían cuenta de lo que ella llevaría a cabo esa noche. Pensó que fue una suerte que esa noche ambos debieran trabajar hasta tarde y mientras tomaba su abrigo y su bolso salió de la casa rumbo al depósito que se encontraba en el fondo de su terreno. Su respiración se aceleraba y su pulso aumentaba a cada segundo, se sentía muy nerviosa y le temblaba el pulso mientras dibujaba el círculo de invocación.

Copio cada forma y trazo de uno sus libros, la hora se acercaba, pronto tendría que realizar el ritual, pero no estaba segura de poder hacerlo, no por tener miedo sino por el hecho de que este ritual requería de una gran concentración y un terrible esfuerzo. Aun los mejores magos tenían dificultades con él y muchos de ellos fracasaron en el pasado, pero ya había llegado muy lejos, ya no había vuelta atrás.

El reloj del cuarto señalaba las 12:00 de la noche, cuando concentro todo su prana en la difícil tarea, levanto sus manos en dirección al enorme círculo rojo del piso y de su boca comenzaron a recitarse los antiguos conjuros de invocación

-"Animo kiu strikoj en la ombroj respondas al mia nomita kaj prezentu't antau mia. Mi kunvokas Cin por servi kaj protekti car vi pruntas min via tre kaj vencis al miaj malamikoj plenigante liajn terurokorojn. Ili vidas al mia malbrua spirito kaj gi servas miajn dezirojn por akiri la venkon"

(Alma que vagas en las sombras responde a mi llamado y preséntate ante mí. Te convoco para servir y proteger para que me prestes tu fuerza y venzas a mis enemigos llenando sus corazones de terror. Ven a mi espíritu silencioso y sirve mis deseos para alcanzar la victoria)

Su cuerpo sufría una terrible presión y un dolor punzante recorría cada palmo de su ser, la sola mención de cada palabra de la formula de invocación le causaba malestar, cada letra se tornaba pesada y cada frase interminable. Por fin sus circuitos mágicos alcanzaron su límite, no podría soportarlo por más tiempo, si el ritual no terminaba pronto no solo fracasaría en traer un sirviente, sino que también perdería su vida.

Un sudor frío recorría su frente y su cuello, mientras que la intensa luz carmesí que emanaba el circulo le rozaba el rostro, faltaba poco, solo debía resistir un poco más. El círculo titilaba y la presencia de prana en la habitación era enorme. Toda esa energía mágica se acumulaba en torno al círculo y formaban lentamente un remolino imperceptible para la vista, casi lo lograba estaba cerca de alcanzar su meta, cuando su pierna izquierda flaqueo y tuvo que apoyar su rodilla en el suelo, aun así mantuvo sus manos elevadas, firmes en su tarea.