Acto 4: Nevada Roja
Un terrible escalofrió recorrió su cuerpo mientras caminaba presuroso por el largo y obscuro pasillo. Una mezcla de emociones se debatía en su alma, todas ellas deseosas por tomar el control de su ser. La ansiedad y el estrés llevaban la delantera seguidas por el miedo y la ira, esto dificultaba aún más su deseo por disimular sus temores. De entre todos los hombres él era el único que no tenía permitido dudar, una sola pizca de miedo en sus ojos sería suficiente para derribar la moral de las tropas que pronto guaria a la batalla. Por esa razón acudía apurado con las únicas personas que podrían darle paz a su atormentada alma, su esposa y su hijo.
En unos momentos enfrentarían a un ejército monstruoso y no sabía si volvería a ver a su amada familia. El luchaba por su pueblo, luchaba por el reino y por su gente, pero luchaba aún más por su amada mujer y por el bebe que ella sostenía en sus delicados brazos.
Pronto llego al jardín principal del palacio imperial y entre la multitud de gente que se desplazaba presurosa gritando en desesperación, fue capaz de ver a su bella esposa sentada en el arco de la fuente central sosteniendo en brazos a su hijo, el cual alzaba sus pequeñas manos tratando de alcanzar los rizos de su madre mientras reía animosamente.
Ella levanto su rostro para ver a su amado esposo abrirse paso entre la multitud hasta que por fin logro llegar a su destino. La mujer su puso de pie y le dedico una mirada dulce que apaciguo el tormento que lo carcomía por dentro.
-Te he estado buscando, quiero que la última imagen que se grave en mi mente antes del combate sea su dulce rostro. (Levanta su mano y acaricia la mejilla de su amada)
-Hablas como si no pensaras volver (lo mira preocupada)
-Que dices? Solo puedo pensar en volver a tu lado.
-Entonces ve, lucha y regresa vivo, te estaré esperando en este mismo lugar. Oculta ese miedo, que los hombres no lo vean jamás en tus ojos.
- El miedo desapareció en el momento en que te vi. Tú eres mi fuerza y mi valor, pero aún hay un temor en mi interior y no es por mi padre o mi madre, ni por la caída de nuestro reino. Temo por lo que ocurrirá contigo y nuestro hijo si llego a fracasar, no permitiré que se conviertan en esclavos, ni que se mofen de tu pureza señalándote como la mujer de un gran guerrero vencido, quiero que ustedes tengan lo mejor y luchare por eso hasta el final.
El hombre se inclinó ligeramente hacia el bebe, que al ver el brillante casco con crines de caballo que cubría su cabeza hizo una cara de susto y se refugió en el pecho de su madre. Ambos rieron divertidos, mientras el guerrero se quitaba su casco y lo depositaba en el piso del jardín. Tomo a su hijo en brazos y mirándolo con ternura le dedico unas palabras.
-Ruego a los dioses que velen por mi hijo, permítanle alcanzar la grandeza que su padre y su abuelo no pudieron saborear. Que sea el más valiente entre su gente y que su leyenda supere a la mía. Hoy luchare por tu futuro hijo mío y un día tú también lucharas por nuestra amada Troya.
Una espesa niebla opaco la escena y catapulto la mente de William de nuevo a la realidad. Se encontraba sentado en su cama, sudoroso y agotado por el sueño que había tenido. Se llevó una mano a la frente para comprobar que estaba empapada, fue entonces cuando reparo en la presencia de Raider quien se había materializado a un lado de su cama.
-Lo lamento maestro, no era mi intención que esto sucediera. Se lo importante que es un buen descanso antes del combate y no pude evitar que uno de mis recuerdos se trasladara a tu mente.
-No te preocupes Raider. Ahora se un poco más de ti y creo que tú sabes un poco más sobre mí no es así?
-Pude ver a su esposa. Reviví uno de sus recuerdos también, uno sobre la guerra anterior.
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Fate Stay Night : La Ultima Gran Guerra
FanfictionEl tiempo se ha cumplido y una vez mas el Santo Grial llamara a la batalla a 7 magos que considere estarán a la altura del desafió. Sangre, acero y Traición se mezclaran en las calles de Fuyuki que sera nuevamente el escenario de esta épica lucha y...