Mi Hermanastro - One Direction| Z.M

Capitulo 48

-La verdad si –dijo, esa persona que estaba ahí era la otra parte para que yo fuera posible, mi padre.
-Era la persona mas maravillosa del mundo –dije riendo por lo bajo al recordarla sonreír, con esos hoyuelos únicos.
-Quiero que sepas que nunca lo olvidare cariño –dijo el tomándome para abrazarme.
-Nadie nunca lo hará –dije sintiendo su beso en mi cabeza-. ¿Qué haces aquí?
-Vine por unos negocios que tengo pendientes, y a ver lo de la casa al parecer hay una persona interesada –dijo este moviendo sus manos al hablar.
-Saldremos para San Clemente hoy –conté mirando rápido el cuarto por dentro.
-Lo sé, Trisha los estará esperando –dijo mi papá.
-De acuerdo –respondí con un leve movimiento de cabeza de arriba abajo.
-Entonces nos vemos mañana por allá, me voy tengo una cita en un rato mas –dijo él abrazándome nuevamente.
-Okay, cuídate –dije abrazándolo.

Entre al cuarto de mi madre por las toallas, y camine con mi cabeza clavada al suelo, cuando mi mirada se elevo mire a Zayn verme desde su habitación.
-Tenemos que arreglarnos tenemos que salir a San Clemente, tienes cita con el doctor –le dije a Zayn antes de entrar a mi cuarto.
-De acuerdo –dijo él entrando a su cuarto.

Me desprendí de mi ropa y me metí a una ducha caliente y relajante, pensar en lo que había pasado la noche anterior era imposible de no hacerlo, de dos cosas estaba segura, la primera amaba a Zayn mas que a mi vida y la segunda Zayn no me recordaba ni un poco. Me analice en el espejo una última vez y luego abrí la puerta para finalmente salir, con mi maleta en mano, baje las escaleras y fui en busca de Zayn.
-¿Listo? –quise saber mirándolo.
-Listo –dijo con una sonrisa.
-De acuerdo, vámonos de paso pasamos por algo de desayunar –dije tomando las llaves del auto.
-Okay –musito tomando su maleta.

Subimos al auto poniendo las maletas en la cajuela, calenté un rato el motor y luego partimos dejando mi viejo hogar abandonado, mis tripas rogaban por algo de comer así que pasamos a ‘McDonald’ y ordenamos algo para el camino. Íbamos en completo e incomodo silencio, no sabía cómo portarme con Zayn después de haberle confesado que es el amor de mi vida, y que soy su novia ¡Maldición! ¿Qué carajos debo hacer? Me pregunte.

Trisha abrazo y beso a Zayn hasta el cansancio, este se miraba agotado y se fue a dormir a su habitación, luego de platicar con Trisha un rato, fui hasta la casa de Harold tenía ya un buen rato que no lo miraba y tenía mucho que platicar con él.
-Hola linda –dijo luego de darme un beso en la mejilla.
-¿Cómo va eso? –pregunte burlando un poco apuntando su pierna.
-Bien, solo unas semanas mas y me lo quitan –dijo mirando el yeso.
-Que bueno, y Lucia ¿Dónde está? –pregunte poniéndome cómoda en el sofá.
-Ahorita viene, fui por Niall –contesto este con una sonrisa.
-Oye perdón por irme sin despedirme de nuevo –me disculpe mirándolo.
-Esta bien, ya me estoy acostumbrando –dijo riendo por lo bajo.
-Torpe –dije dándole un golpe en el hombro-. Le confesé a Zayn que es mi novio.
-Y ¿Qué paso? –cuestiono con interés.
-Solo te puedo decir que sigue completamente enamorado de Madison, su ex novia –explique poniendo mis codos sobre mis rodillas.
-Seamos pacientes, tal vez cuando menos lo esperemos recuerde quien eres –dijo Harold con tranquilidad.
-Pero ¿Qué tal si no? –pregunte ya sintiéndome mareada con el hecho de que siempre hablaba de mis problemas.
-Ya lo hará, y si no entonces tendrás que ser fuerte –dijo dándome ánimos sobando mi hombro.
-Quiero dejar de hablar de esto, siento que enfado a todos con mis problemas, dejare que esto resuelva solo –dije recargando mi peso en el sofá.
-Como quieras –dijo con una sonrisa.
-Y tu papá ¿Cómo le va? Supe que trabaja con mi padre –dije acomodando mis manos en mis piernas.
-Si, tu padre le dio trabajo para que pudiese saldar la cuenta –dijo este echando su cabeza de lado.
-Pues me alegro –dije feliz.
-Pero solo será mientras paga la cuenta –dijo este negando con la cabeza.
-Hablare con papá, se que necesita el trabajo –dije moviendo ligeramente mi cabeza de arriba abajo.
-Seria muy bueno, quiero ir a la universidad –dijo él sin mirarme.
-Yo también, pero tendrá que ser cuando ya camines –dije entre una carcajada.
-Deja de burlarte ya lo sé –inquirió fusilándome con la mirada.
-Tonto –dije riendo.
-¡Maya! –exclamo Lucia al verme.
-Lucia hola –dije parándome para ir a sus brazos extendidos.
-¿Cómo estas hermosa? –pregunto mirándome de frente.
-Bien gracias ¿Cómo estas tu? –pregunte con una sonrisa.
-Bien, bien gracias –dijo y luego se acerco a besar a Harold.
-Hola guapa –menciono Niall abriéndome sus brazos.
-Hola –dije con un rubor ligero en mis mejillas.
-Ya escuche que estas bien, yo estoy bien gracias –rio.
-Me alegro –dije riendo por lo bajo.

Pasamos un buen rato, comimos y nos relajamos, como me hacía falta. 
Mi padre había llegado de su no tan largo viaje, cuando lo mire entrar a su despacho, me quede pensando un poco y me decidí por ir a pedirle que el padre de Harold se quedase con el trabajo permanentemente.
-Papá –dije al entrar.
-Hola hija, pasa, pasa –dijo acomodando unos papeles.
-Solo quería hablar contigo sobre el caso del padre de Harold –dije recargando mis manos en una de las sillas.
-Dime…
-Deberías dejarlo trabajar ahí contigo, es decir, aun que ya allá terminado de pagarte –dije torciendo el gesto.
-¿Cómo te puedes preocupar por todo? –cuestiono este mirándome entre cerrando los ojos.
-Tengo un corazón enorme supongo –dije con una sonrisa enorme y encogiendo los hombros.
-Si que lo tienes –dijo este entre una risa-. Quiero que estemos bien, odio que estés molesta conmigo y quiero recuperar el tiempo perdido contigo.
-Yo también, y me alegra que lo digas –en ese momento sentí un enorme impulso por abrazarlo, así que corrí hasta él y me senté en sus piernas como una pequeña, como no amarlo si sea lo que sea era mi padre, por que no me importaba el tiempo que no pasamos juntos, me importaban mas el tiempo que pasábamos juntos, el siempre seria mi padre, hasta la eternidad.
-Te amo hija, nunca deje de hacerlo –dijo con la voz entrecortada.
-Oh por Dios, el gran John Morrison quiere llorar –dije acurrucándome mas a él.
-Solo di que me amas también –pidió entre una risa.
-Te amo papi –dije sonando una niña de cinco.
-Y respecto a Des, rompamos el contrato juntos –dijo buscándolo, menos mal que lo tenía a la mano.
-Gracias –dije con una sonrisa, tomamos el papel, cada quien de un extremo y lo estiramos hasta partirlo a la mitad, después tome ambas mitades y las partí en mis pedacitos dejándolas caer en el suelo.
-Me encanta verte feliz –dijo mirándome.
-Parece que todo comienza a acomodarse, lo único que me falta ahora para ser completamente feliz es que Zayn me recuerde.
-Mandare traer el mejor medico si es necesario –musito con voz firme.
-Como desearía que hiciera milagros –dije dejándome caer en la silla.

Estaba feliz de haber arreglado las cosas con mi padre, al fin, me había quitado un peso de encima. Dormí realmente bien esa noche, tranquila. Para cuando desperté, a causa de un beso en la frente mira a mi padre frente a mí.
-Ya está el desayuno pequeña –aviso acariciando mi mejilla.
-Gracias, enseguida bajo –asegure con mi voz ronca.
Me levante en cuanto mi padre salió de la habitación, me lave la cara y cepille los dientes y baje corriendo las escaleras, por alguna extraña razón desperté con mucha hambre.

Baje y Zayn ya estaba sentado en su asiento, sonreí y me senté junto a él como solía hacerlo, el timbre de la casa se escucho vibrante y María corrió hasta la puerta a abrir, cuando mire a quien había entrado, me moleste un poco, no podía seguir con esto, tenía que huir, me daba por vencida, si soy una cobarde, dije para mis adentros, no podía seguir haciéndome daño de esa manera, así que solo me concentraría en buscar una universidad, y hacer una carrera, ser alguien en la vida y luego ya el tiempo dirá, si, estaría muy herida es cierto por mucho tiempo, pero así es el amor, doloroso. ¿Cómo la gente sobrevive al amor? Me pregunte, ¿de verdad me jodera la vida de nuevo? ¡Basta! Si vas a huir solo hazlo Maya, no lo pienses solo ¡hazlo! Huye, no lo dudes mas, ya no te hagas mas daño, ¿pero que demonios? Las malditas voces en mi cabeza no paraban.