Tengo miedo de estar solo

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Ya era la quinta vez en la noche que miraba el reloj. Eran las dos y media de la mañana y aun no podía quedarme dormido, con todo lo que había pasado no hacía más que darme vueltas en la cama sin poder dejar de pensar. Jack y yo nos habíamos besado, y no fue un simple roce de labios.

Ya rendido me paré de la cama, iba a bajar a la cocina por un vaso de agua cuando me distraje con una luz en el cielo. La lluvia no había parado en ningún momento, a eso de las dos había comenzado una tormenta que por lo visto no se iba a detener hasta la mañana siguiente. Era curioso pensar que las nubes en el cielo estaban tan revueltas como mis pensamientos en ese momento.

Solté un suspiro al tiempo de ponerme una sudadera sobre el pijama.

-¿Por qué estabas llorando Jack?- giré el pomo de la puerta y quedé frente al pasillo oscuro y silencioso. Solo escuchaba el viento chocando contra el tejado y por supuesto los truenos.

Avancé con los pies descalzos y estaba por bajar cuando un pensamiento fugaz cruzó por mi menté. Me giré para queda viendo la puerta junto a la mía, ¿Jack estaría durmiendo? Seguramente, debo ser el único loco que se anda paseando por la casa a oscuras en la madrugada.

Luego de que llegó hice que se diera una ducha y lo ayude a acostarse. No me había dicho ni una palabra después de besarme como tampoco me había soltado las manos. La última vez que lo vi estaba arropado hasta el cuello, con los labios apretados y la mirada perdida en algún lugar de la ventana.

-solo, le voy a echar un vistazo-. No había nada de malo en asegurarme de que seguía bien, una miradita y seguiría con mi insomnio sin molestar a nadie. Abrí la puerta de su habitación sin hacer ruido, si despertaba a Jack seria muy incomodo explicarle por qué estaba metiéndome en su habitación, creería que soy un acosador o algo peor. Todo el cuidado que había puesto en que la madera no rechinara había sido en vano, Jack estaba despierto y sentado en su cama con la espalda apoyada en la pared mientras veía los rayos en el cielo. Con ese resplandor azul eléctrico iluminando su rostro se veía aun más pálido de lo normal.

-Hiccup...- dijo al verme. Tenía las piernas dobladas y pegadas al pecho, en sus manos la sabana estaba siendo fuertemente apretada. -¿Qué haces aquí?

-estaba preocupado

-estoy bien. –entonces resonó un trueno haciéndolo saltar en su lugar

-¿aún le tienes miedo a las tormentas?

-no les tengo miedo, es solo que no me gustan. –me senté a su lado en la cama imitando su posición, de inmediato recargó su cabeza en mi hombro y tomó mi mano.

-¿Por qué no te gustan?-. Sentía la cabeza de Jack moviéndose para negar en mi cuello. -¿no quieres contarme?

-es complicado

-intentaré entender. Se hizo un silencio, aunque nada incomodo en el que seguramente Jack trataba de ordenar su cabeza. Luego de un rato tomó aire y empezó.

-mamá se fue de casa una noche de tormenta. Yo tenía seis años.- me apretó fuerte la mano. –estuve todo ese día fuera con Molly, me había llevado a la casa de su hija, su nieto y yo solíamos jugar juntos cuando éramos menores. Había empezado a llover muy temprano y para cuando llegamos a casa habían comenzado los truenos. Papa y mamá estaban discutiendo, lo hacían mucho ese último tiempo, sobre todo por mí. –le había temblado la voz y yo sentía que en cualquier momento mi corazón se rompería en mil pedazos.

-Jack... tranquilo, no quiero presionarte con esto

-está bien.- me dio una sonrisa tan falsa que me lastimaba. –quiero que seas el primero y el único en saberlo. –entonces prosiguió. –mamá era muy joven cuando quedó embarazada, nunca estuvo lista para tener un hijo. Nunca entendí por qué era tan distante conmigo, yo hacía de todo para ganarme su atención y su cariño. Tenía la esperanza de que algún día sería el tipo de hijo que la hiciera feliz, pero... todo termino esa noche. Recuerdo perfectamente cuando entramos a casa con Molly y ella estaba parada en el recibidor con sus maletas. Me gustaría pensar que miró atrás antes de partir en el taxi bajo la lluvia, pero no fue así. Salí corriendo a buscarla, empapándome con la lluvia y escuchando el horrible sonido de los truenos mezclados con mis gritos.

Una solitaria lágrima bajaba por su mejilla, la sequé con un beso y lo abracé.

-por eso cada vez que hay una tormenta recuerdo esa noche-

-lo siento mucho.

-desde que mamá nos dejó, he intentado ser lo que los demás quieren que sea. Porque no podría soportar que me abandonen otra vez-. Le había agarrado el rostro y con los pulgares le acariciaba las mejillas. Pegué su frente contra la mía para susurrarle

-ya eres perfecto Jack, no tienes que cambiar por nadie-. Lo besé muy despacio, el me correspondió al instante.

-tengo miedo de estar solo...

-nunca lo has estado...


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ay :C creo que se me pasó la mano con Jack... pobre tipo. ¿les gustó el capítulo? dejenme su opinión en los comentarios :DD . Jack admite que es un idiota y está arrepentido, pero tambien quiere una disculpa por todas sus amenazas de muerte

jack: ¬3¬

eso es todo :D dejenme una estrellita fugaz, recuerden que sus votos son mi sueldo (no es cierto, ojala me pagaran .___. ) Los amo!!! <3

Compañeros de camaroteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora