Jugar en el parque

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Las clases habían terminado, el verano comenzaba y con el daba inicio nuestra nueva vida. Esa mañana despertamos muy temprano y nos alistamos para salir al aeropuerto. Estaba nervioso, todos lo estábamos, nunca había subido a un avión y siempre pensé que sería la mejor experiencia de mi vida, nunca paso por mi mente que al volar iba a dejar atrás mi casa, a mis amigos mi historia y mi querida nana.

-mucha suerte en Nueva York, cielo-. Molly estaba arrodillada a la altura Hic, abrazándolo por última vez antes de subir a nuestros asientos. –te echaré de menos Hiccup

-y yo a ti Molly-. La mujer dejó un beso en su frente dejando libre al castaño, él se quedo muy quieto en su lugar con una pequeña sonrisa y lagrimas en los ojos. Ahora era mi turno...

-Jack...-. Se acercó a mí para peinarme el flequillo hacia atrás-. Prométeme que vas a ser un buen niño aunque no esté ahí para vigilarte.- asentí con labios y puños apretados, ella me sonrió y poco a poco las lagrimas comenzaron a salir. Molly, la mujer sargento que no me dejaba ver tele hasta tarde estaba llorando.

-no llores Molly-. Le sequé la mejilla con el puño de mi suéter. –nos veremos en vacaciones de navidad.

-para ese entonces estoy segura de que vas a ser todo un hombre-. Le sonreí. Ella me abrazó muy fuerte, le correspondí rodeándole la espalda y aferrándome a la tela de su chaleco. –te quiero muchísimo Jack.

-también te quiero Molly-. Nos quedamos así unos segundos hasta que escuchamos a través de los parlantes del aeropuerto la voz de una mujer anunciando los próximos vuelos. El nuestro saldría en cinco minutos. Papá estaba esperándonos al pie de la escalera eléctrica para abordar, nos hacía señas con la mano para apurarnos

-ya tienen que irse niños-. Molly se puso de pie enjutándose las lágrimas con el pañuelo. Le dimos una última sonrisa y partimos donde papá para subir al avión.

Todo allí era tan grande, tan lujoso y tan diferente. El vuelo había durado casi una hora en la que casi habíamos perdido a papá por los mareos que le habían venido, yo no entendía porque no simplemente se sentaba tranquilo a disfrutarlo, volar era fantástico. Hiccup y yo nos habíamos ido todo el camino con las narices pegadas a la ventana hasta que poco a poco comenzamos a ver montañas, luego enormes edificios y de un momento a otro ya habíamos llegado a la pista de aterrizaje. Oficialmente estábamos en Nueva York.

Nos subimos a un taxi junto a todo nuestro equipaje, el conductor tenía cara de pocos amigos y hablaba con un acento extraño. Papá nos había advertido a Hic y a mí que los neoyorkinos no eran amables, aunque si el tipo nos iba a llevar a nuestra nueva casa por mi estaba bien.

Las calles estaban atestadas de autos. Nuestra casa quedaba cerca de una de las avenidas centrales. No fueron más de quince minutos cuando ya estábamos en la puerta sacando las cosas de la maleta. Todo era tal y como papá lo había descrito, una enorme casa de dos pisos rodeada varios edificios con vista a un parque, en el dos niñas nos miraban con curiosidad mientras jugaban en los columpios. Éramos todos unos turistas en ese extraño y ruidoso lugar

-¿en que estas pensando?-. Hiccup había aparecido por detrás tomándome la mano y recargando su cabeza en mi hombro.

-solo pensaba en todas las cosas que haremos aquí.

-hey chicos!-. Papá grito desde dentro de la casa. No nos habíamos dado cuenta de que había llegado ya el camión de la mudanza. Dos hombres se habían bajado y habían comenzado a descargar algunos de los muebles. –tenemos mucho trabajo que hacer todavía, les aviso cuando esté listo, ¿Por qué no van a jugar?

No tenía que decirlo dos veces. Hiccup y yo cruzamos la calle hasta el parque y comenzamos a correr, teníamos mucho que explorar y todo el día por delante.

Estábamos tranquilos y éramos tan felices dentro de la pequeña burbuja que nos habíamos creado, cuidando de que nadie se metiera en nuestro mundo. Pero no sabíamos que detrás de los arbustos había quienes estaban dispuestos a romper nuestro cuento de hadas.

-¿ya viste que guapo es?

-¡no puedo creerlo! Su cabello es tan genial

-y sus ojos ¿ya viste lo lindos que son?

-¿están hablando del chico más alto?

-por supuesto, ¿de quién más iba a ser, tonta? El otro es un enano con dientes chuecos y tiene la cara llena de pecas.

Tal vez si hubiéramos sabido con quién nos encontraríamos nunca hubiéramos cruzado a jugar a ese parque.

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quieren lincharme, lo sé :C pero me es difícil escribir el fin de semana.

ahora empiezan los problemas en nueva york >.< quedense a leer! se va a poner bueno.

la pregunta de este cap!: ¿quien les gusta mas: Jack o Hiccup? yo no le sé .___. Siempre he pensado que hic seria mi mejor amigo, y con Jack tendriamos una relacion de bullying amistosa, ¿como seria con ustedes?

me nominaron para que escribiera 30 cosas sobre mi, las voy a subir dentro del dia C: por si quieren saber un poco mas de la loca que escribe estas cosas.

bueno, eso es todo por hoy, no se olviden de dejarme su sensual comentario y voto. los amo muchooo! <3


Compañeros de camaroteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora