Problemas de vestuario

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Habían ido a pasear a las tiendas.  Jonathan había comprado dulces y algunas decoraciones para su casa, lo que jamás había hecho para esas fechas, pero el espíritu de Sock lo había contagiado. 

Sus padres se habían quedado boquiabiertos al verlo entrar  a la casa con tanta bolsas, pero no preguntaron, la relación que tenían con el chico no era muy buena, como para entablar conversaciones casuales, preferían dejarlo hacer lo que quisiera, y como saldrían toda la noche tampoco tendrían muchos problemas.

- ¿Como me veo? - Preguntó Sock por séptima vez en el día, posando con un disfraz de vampiro.

Jonathan comenzaba a pensar que esto no había sido una buena idea. El demonio lo había tenido sentado en la cama toda una tarde, mientras que él se probaba trajes y le preguntaba su opinión. Trajes que seguramente había robado, por que el rubio no sabía donde y cuando los había conseguido.

"Peor que una mujer" Pensó.

- Jonathan- Le llamó.

- Si, si te queda- Respondió aburrido.

- Has dicho lo mismo con los últimos cinco- Dijo inflando las mejillas molestó.

- No sé porque insistes en cambiarte, solo yo te puedo ver.

Sock levantó el dedo para protestar, pero se quedo pensativo, tenía razón. 

- Ese no es el punto.

- Si bueno, como sea, la cosa es que ningún traje te quedara bien si no te sacas eso- Apuntó a su cabeza.

- ¿Mi gorro?- Preguntó dudoso.

- Sí, no combina con ningún traje.

- Pero es mi favorito.

La frase despertó la curiosidad de Jonathan, es verdad, Sock jamás se sacaba aquel gorro.

- Es solo una sugerencia, tómala o déjala.

- ¿Si me lo quito no te reirás como la otra vez?

- ¿Cual otra vez? Ha... esa vez. No, no te preocupes, no lo haré.

- ¿Me lo prometes?

- Si, lo prometo.

-Bien- Dijo inseguro sacándoselo.

Su flequillo no dudó en aparecer, como una punta de un monte en su cabeza.

Jonathan se tapó la boca, había olvidado lo gracioso que era, hasta que llego el momento en el que no pudo más. La risa sofocada salió fuerte y clara.

- ¡Lo prometiste!- Exigió avergonzado el pelirrojo.

- Lo siento, lo siento- Repetía el rubio tratando de calmarse, pero solo hacía que su risa se oyera más fuerte- ¿Sabes lo que es una peineta verdad?

Sock se enojo al cabo de unos minutos. Y molestó  atravesó la puerta, escondiéndose en el baño.

Jonathan se dio cuenta de lo que había hecho cuando quedo solo en la habitación, de inmediato fue en busca del demonio.

- Sock- Llamó a la puerta- Sock perdóname, no era mi intención burlarme de tu pelo.

-¡Déjame tonto humano!- Se oyó del otro lado.

Estaba molestó.

Suspiró, no tenía ganas de pelear con él. Sobre todo después de descubrir ese matiz triste en su sonrisa cuando le había despertado aquella mañana.

"Halloween es genial, es mi fecha favorita del año, la única... la única, donde puedo ser yo mismo y que no me digan raro" Recordó. El sabía lo que era sentirse raro, él sabía lo que era estar solo, es por eso, que había decido que ese sería el mejor Halloween que tendría Sock, porque, aunque este fuera un demonio que solo lo acosaba para que se suicidara, también, por muy patético que sonara, era su mejor amigo.

- Sock si me abres yo... yo haré lo que me pidas.

- ¿Te suicidaras?

- Todo menos eso- Aclaró de inmediato.

- Entonces no quiero nada.

- Oh vamos Sock, ya es casi es la hora en que los niños salen a pedir dulces ¿No querías asustarlos?- Preguntó, pero solo recibió silencio como respuesta.

Después de unos minutos, Sock habló.

- Quizás hay algo que quiero, pero tienes que prometerme que no te negaras.

- Mientras que no sea nada respecto al suicidio está bien lo prometo.

La puerta se abrió, saliendo esta vez un demonio más ordenado, al parecer, había aprovechado la ocasión para peinarse un poco frente al espejo.

- Ten- Le entregó una bolsa.

- ¿Qué es esto?

- Pues tu traje tonto.

- ¿Eh? ¿Traje?

¿En que se había metido? 


welcome to hell Halloween [sockathan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora