El rubio miró al demonio desnudo, a su lado, una última vez antes de depositar un beso cariñoso en su frente y levantarse.
Fue a la cocina por algo de beber, su garganta estaba algo seca por las acciones que habían acontecido hace apenas unas horas atrás. No pasó mucho tiempo antes de que sus sentidos advirtieran una presencia desconocida en la habitación.
- ¿Vienes por tus esposas no? Están en el sillón de la sala principal, gracias por prestármelas- Habló el rubio en la oscuridad de la noche. Sabía perfectamente de quien se trataba.
El cuarto era apenas iluminado por los rayos plateados de la luna que se colaban por las desnudas ventanas.
-No vengo por ellas, vengo por ti, quiero proponerte un trato.
Los ojos dorados de la chica centellaron en la oscuridad.
- ¿Qué tipo de trato?- Preguntó Jonathan calmado, bebiendo un poco del agua que había venido a buscar en primer lugar.
- Se que te preocupa tu futuro con Sock, si te suicidas nada garantizara que estés con él y si no lo haces, él se quemara por las reglas del infierno. Yo puedo darte una tercera opción, donde estés junto a él.
- Alguien que ofrece algo así, no se iría sin pedir nada a cambio...
- Por eso los humanos me agradan, a veces pueden ser tan astutos, aunque la mayoría de las veces son unos idiotas.
- ¿Qué es lo qué quieres?
- Tu humanidad- Susurró.
Jonathan se quedó quieto unos segundos, pensando en la información resiente. Era una decisión difícil, pero hace tiempo ya, se había dado cuente de una cosa, no podía vivir sin Sock, y tampoco toleraría que este se quemara. Verlo convertido en una criatura sin sentimientos... no, definitivamente no quería eso.
- ¿Prometes que siempre estaré con Sock?- Preguntó al final el rubio con seriedad.
- Lo prometo.
- Trató hecho.
Los filosos dientes de Tessa se reflejaron en la oscuridad, formando una sonrisa indescifrable.
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A la mañana siguiente unos padres encontraron a su único hijo, solo, en la bañera, el agua se había teñido de rojo y sus muñecas se hallaban cortadas. Su madre cubrió su boca y se refugió en los brazos de su esposo ante tal visión. Él ya no respiraba.
No muy lejos de ahí, escuchando el llanto desconsolado de aquellos padres, un rubio y un pelirrojo se hallaban tomados de las manos, observando la escena con interés y sin ningún tipo de tristeza reflejada en sus rostros.
Quizás lo más interesante del suicidio de Jonathan Combs, era la sonrisa que adornaba su rostro, como si dejar de vivir le hubiera liberado, como si la muerte fuera un nuevo comienzo...
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welcome to hell Halloween [sockathan]
FanfictionHalloween la noche profana más divertida del año, sobre todo si eres un demonio que acosa a un humano para que se suicide. Sock x Jonathan. Nota de la autora: Hola esta es una de mis primeras historias por lo que le tengo mucho cariño, sin más q...