El camino a casa de Erik fue muy tranquilo, fuimos todo el viaje en silencio escuchando la música que Erik llevaba en el reproductor, la verdad es que su música era buena.
-Ya estamos llegando, espero que te gusten los perros –me dijo.
-Oh sí, me encantan los perros. Siempre he querido tener un pastor alemán pero a mi padre no le gustan además que mi madre decía que no se podía tener un perro en un piso –le dije apenada.
-Mis padres decían lo mismo asique cuando vine a Dortmund y me independice me compre un perro –dijo sonriendo con orgullo.
-Eso es lo que yo hare, cuando deje de vivir con Denis, porque en lo del piso le doy la razón a mi madre –reí mientras recordaba como me decía eso cuando era pequeña.
Volvimos a quedarnos en silencio cuando empezó a sonar una canción muy popular ahora pero que era odiosa, mire a Erik y este se puso colorado.
-En verdad no sé cómo esa canción llego hasta ahí, debió de ser culpa de Marco o alguno de los chicos, no volveré a dejarles mi coche.
-Yo yo yo me pare el taxi yo yo yo me pare el taxi –me puse a cantar al son de la canción haciendo que Erik se riera y se pusiera más colorado –tranquilo Erik, es una canción muy tonta pero bueno no hay fiesta últimamente en la que no aparezca esta canción –dije y me reí mientras seguía haciendo movimientos raros al compás de la canción.
Llegamos a casa de Erik y la verdad es que era grande pero a la vez bastante sencilla, bajamos del coche y Erik cargo mis maletas, este chico era muy amable y vergonzoso cosa que me gustaba porque yo también lo soy. Entramos en su casa y me llevo a una habitación que supuse que sería la de invitados, era una habitación amplia, sus paredes era blancas al igual que todos los muebles que habían y solo tenía algunos pequeños detalles en azul claro, era una habitación muy bonita.
-De verdad Erik, no hace falta que hagas todo esto por mí, yo estaba bien alojándome en un hotel –le dije.
-Pero para que vas a ir a un hotel teniendo mi casa –me dijo.
-Gracias de verdad –dije abrazándole. Él me estrecho entre sus brazos y era una sensación agradable, justo eso era lo que necesitaba en ese momento.
-Venga Caro descansa que mañana será un día muy largo –me dijo.
-¿Y eso por qué señorito? –le pregunte.
-Porque no voy a dejar que te quedes en casa llorando, te voy a enseñar la ciudad y te llevare a un lugar especial que te hará olvidarte de todo –me dijo, después de eso me dio un beso en la frente y se fue.
Todo lo que me había dicho Erik me dejo sin palabras, era un buen chico. Decidí dejar de darle vueltas al asunto y me puse mi pijama, me tumbe en la cómoda y gran cama que había en la habitación y de un momento a otro las lágrimas comenzaron a inundar mis mejillas, no sé cuanto tiempo estuve llorando pero me quede dormida así.
Me desperté y me asuste porque me di cuenta que no era ninguna de las habitaciones que conozco, recordé todo lo que había pasado en Turín con Álvaro, note como mi corazón se volvía a romper en mil pedazos y las lágrimas volvieron a salir. Cogí mi móvil para ver la hora y vi que eran las cinco de la mañana. No quería dormir más por lo que me levante de la cama y fui hacia el baño que había en la habitación, me metí en la ducha, espero que a Erik no le molestara.
Cuando salí del baño me dirigí hacia mi maleta para coger la ropa que usaría hoy, me vestí y me arregle. Volví a la cama y me tumbe encima, vi que tenía un mensaje de Álvaro pero lo borre sin siquiera abrirlo. También tenía algunas llamadas de Denis y de Nacho pero una me llamo mucho la atención ya que era de Oliver, decidí llamarle más tarde pues a estas horas estaría durmiendo. Baje a la cocina y decidí hacer el desayuno para Erik y para mi pues quería agradecerle su hospedaje de alguna manera.
ESTÁS LEYENDO
Las vueltas que da la vida.
FanfictionMe llamo Caroline y tengo 18 años, estudio periodismo en la universidad Rey Juan Carlos de Madrid, tengo una larga historia detrás de mí que jamás he contado a nadie aunque eso podría cambiar después de que me mandaran de práctica de carrera ir a un...