Capítulo 14

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Después de salir de la tienda Marco, Erik y yo nos fuimos a casa e hice la cena para los tres. Cuando la cena estaba lista ellos pusieron la mesa.

-Marco –dijo Erik- ¿Qué tal vas con Mónica? –dijo y Marco hizo una mueca.

-Lo hemos dejado, bueno mejor dicho ella me ha dejado –dijo suspirando –dijo que había encontrado a un chico que la quería y que no se iba todos los fines de semana por ahí –dijo él.

-Marco, ella se lo pierde –dije –sino soporta que te vayas los fines de semana es tonta, si hubiera sido como lo mío con Álvaro que vivíamos en países diferentes lo entiendo pero eso es una tontería –dije y él me sonrió –y ahora vamos a brindar por nuestro mal de amores –dije levantando mi copa de vino.

-Chin chin –dijo Erik.

Los tres chocamos las copas para brindar y nos lo bebimos, lo malo es que después de esa copa, bebimos otra y cuando se acabó la botella Erik fue a por otra. Al final acabamos bebiéndonos tres botellas de vino y dos de vodka.

Marco se fue a medianoche y Erik y yo nos quedamos tumbados en el sillón.

-Erik, creo que será mejor que suba a dormir –dije.

-Yo también lo creo, vamos –dijo levantándose y tendiéndome la mano para ayudarme.

Al tomar su mano Erik se tambaleo y al final caímos los dos al suelo, yo encima de él, y empezamos a reír. Sin darme me topé con sus ojos, tenía unos ojos verdes muy bonitos, él paro de reír y también me miro y poco a poco sus ojos fueron bajando hasta mis labios, a lo que yo en un acto reflejo los humedecí. Cuando me quise dar cuenta estaba besando a Erik, él al principio se quedó estático pero luego me devolvió el beso con tanta ansia como yo lo hacía.

-Caro –dijo Erik entre beso y beso –esto no está bien, hemos bebido demasiado.

-Chss –dije posando mi dedo en sus labios –los dos estamos solteros, no nos va a pasar nada por disfrutar del sexo. Sé que tú también quieres Erik, no me hagas rogar –dije y acto seguido me beso apasionadamente.

-Vamos a la cama –dijo.

Nos levantamos del suelo y fuimos a su cuarto. Le quite la camiseta rápidamente y comencé a dar besos húmedos por todo su abdomen, lo tumbe en la cama y me senté a horcajadas sobre él y comencé a moverme lentamente pudiendo notar como su erección crecía cada vez más.

Erik me dio la vuelta y ahora era él quien estaba sobre mí. Arranco mi camiseta y se deshizo de mi sujetador y empezó a besar mi cuello de una manera enloquecedora.

-Erik –gemí – te necesito ya –dije.

Pero él siguió con su deliciosa tortura ahora con mis pezones, dios, la boca de este chico era maravillosa.

Le desabroche el pantalón y con mis piernas le baje el pantalón pudiendo ver su gran erección en el bóxer, solo ver eso hizo que me volviera a humedecer los labios y soltar un gemido.

Sin darme cuenta ya estaba completamente desnuda y tenía a Erik entre mis piernas, cuando antes dije que la boca de este chico hacia maravillas era cierto. Erik me torturaba con su lengua cuando dos de sus dedos se adentraron en mí, haciendo que arqueara mi espalda, cuando por fin podía notar que el orgasmo llegaba Erik aumento el ritmo y tuve el mejor orgasmo de mi vida. Erik se chupo los dedos y luego me beso otra vez.

-Ahora es mi turno –le dije mordiéndole el lóbulo de la oreja y agachándome hacia sus bóxer y bajándoselos dejándome a la vista su gran erección, me agache y la cogí con mi mano y lentamente empecé a moverla de arriba hacia abajo haciendo que Erik gimiera, eso hizo que me mojara otra vez por lo que me lleve su erección a la boca y comencé a succionar y aumente el ritmo.

-Caro para, me voy a correr –dijo.

Eso hizo que yo aumentara la velocidad con mi boca y al final se corrió en mi boca.

-Erik, necesito más, te necesito a ti dentro –dije.

Él me beso y se levantó de la cama dirigiéndose a la cómoda de enfrente y cogió un condón, se lo puso rápidamente y me volvió a tumbar en la cama, se colocó entre mis piernas y me penetro de una estocada haciéndome gemir como nunca antes.

-Maa mas rápido –dije entre gemidos y Erik hizo lo que le pedí.

Al final con nuestros gemidos que se escuchaban en toda la habitación, por no decir en toda la casa, los dos llegamos a un magnifico orgasmo y Erik se tumbó a mi lado.

-Mañana nos vamos a arrepentir de esto Caro –dijo.

-Erik, mañana me voy a Madrid –le confesé –si nos arrepentimos ten en cuenta que no nos volveremos a ver –dije –aunque quiero que sepas que ha sido el mejor orgasmo de mi vida.

-Ha sido el mejor sexo de mi vida también –dijo –y también la mejor mamada –dijo y me guiño un ojo, haciendo que le pegara en el hombro.

Después de eso me fui a mi habitación aunque Erik me dijo que durmiera con él pero no quería mezclar cosas, mañana volvería a Madrid y a mi casa, con los míos y esto quedaría en el pasado como un bonito recuerdo.


Las vueltas que da la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora