Las vueltas que da la vida.

Capítulo 16

Hacía ya un año desde que había descubierto que Morata me engañaba y que en vez de venirme a casa con los míos intente huir de todo y me fue a Dortmund a casa del rubio con el que había pasado una de las mejores noches de mi vida, recuerdo el momento en el que entre a casa de Nacho después de ese viaje, fue increíble saber que contaba con tanta gente que aunque no compartiéramos sangre me querían tanto.

Flashback

Después de que Nacho me soltara fuimos al salón donde todos se quedaron mirándome y ninguno reacciono hasta que la pequeña Alba vino corriendo hacia mí.

-Titaaa –dijo Alba cuando llego a mí y me tendió sus pequeños bracitos para que la cargara.

-Mi amooor –dije llenándola de besos y cargándola.

-Ey peque ¿Cuándo has llegado? ¿Cómo no nos dijiste nada? –pregunto Gareth tras espachurrarme después de su hija.

-Sorpresaaa –dije poniendo mi mejor sonrisa y todos comenzaron a reír.

Vuelta al tiempo actual

Hoy estoy bastante triste en verdad, Denis se va al Villareal a jugar y ya no vamos a compartir piso asique tendré que mudarme porque obviamente con el sueldo que yo tenía no me daba para pagar este piso a mi sola.

Además de que hoy me había enterado de que el fichaje de Asensio y Morata por el Real Madrid estaban casi confirmados.

Ayude a Denis a terminar su maleta y al rato llegaron los chicos que se iban a quedar a cenar, también venían María y Emma con las pequeñas. No lo he contado pero lo que más ilusión y lo que me llenaba de ánimo estos días eran sobre todo los más pequeños, el pequeño mini Nacho y la nueva princesita de gales, la pequeña Nava.

Mientras que los chicos jugaban al FIFA, Emma, María y yo estábamos con los más pequeños que estaban dormidos y Alba jugaba con Alejandra a las profesoras.

-¿Os habéis enterado de la nueva noticia? –nos preguntó Emma.

-¿Qué noticia Em? –pregunte.

-Dicen que el club va a fichar a Asensio, la verdad es que es un chico muy guapo –dijo Emma.

-Sí, yo también lo he oído y que si viene James se tendrá que ir porque no tendrá sitio en la plantilla –dijo María.

-Yo también y en verdad me agrada que vengan chicos próximos a mi edad-dije.

-¿Nos estas llamando viejos? –pregunto Denis indignado.

-Que va, tú no eres viejo cielito mío, solo que tú tienes 26 años y Asensio solo tiene uno más que yo.

Después todos se fueron a sus casas y yo cogí el ordenador para mirar pisos.

-¿Qué te pasa pequeña? –dijo Denis sentándose a mi lado en el sofá.

-Nada rusito mío, solo es que te voy a echar de menos, además de que me he enterado que el idiota de Morata vuelve al Madrid y con la estúpida de Alice.

-No te preocupes Caro, los chicos no dejaran que se te acerque y mucho menos que vuelva a hacerte algo y sino siempre puedes venirte conmigo al Villareal –dijo Denis abrazándome.

-Te quiero mucho Denis y me encantaría irme contigo pero sabes que tengo que terminar la carrera y aparte mi vida esta aquí –dije devolviéndole en abrazo y él sonrió.

Estuvimos un tiempo abrazados sin decir nada, hasta que el móvil de Denis sonó y se levantó a por el dándome una disculpa con la mirada. Denis se fue a su habitación y yo me quede un rato más en el sillón hasta que me quede dormida.

Al día siguiente me desperté y cuando abrí los ojos me di cuenta de que estaba en mi cama, Denis debió de verme dormida y me trajo hasta aquí, realmente lo voy a echar mucho de menos. Después de haberme empanada y quedarme casi media hora pensando en todo lo que tenía que hacer hoy me levante de la cama y fui al baño, después de ducharme y hacerme una coleta salí de la habitación y Denis estaba en la cocina preparándose el desayuno.

-Hola rusito –dije dándole un beso en la mejilla.

-Hola pequeña ¿qué tal has dormido? –me pregunto mientras se sentaba en los taburetes a desayunar.

-Muy bien y gracias por llevarme a la cama-

-No las des, me entristece que haya sido la última vez –dijo bajando la mirada.

-Eh eh eh, no va a ser la última vez, no te vas a librar de mi tan fácilmente. En menos de lo que te imaginas cojo el coche y me planto en tu nueva casa –dije y él sonrió.

El tiempo paso rápido, eran las cuatro de la tarde y ya estábamos cogiendo el coche para ir hasta el aeropuerto. No íbamos solos pues Nacho, María y los niños también venían y habíamos quedado con algunos chicos más allí en el aeropuerto.

La despedida fue muy dura y ahora me encontraba volviendo sola a casa, esa casa que ahora sin mi mejor amigo iba a estar mucho más vacía.

Emma me ofreció quedarme con ellos unos días pero prefería estar sola y ponerme a buscar ya un piso o me iba a quedar en la calle muy pronto.