- Uno...- Dijo la anciana mientras se aproximaba hacia lo que parecía un armario donde un par de piesitos se asomaban.- Dos...- Se aproximó más y los piesitos se movieron con nerviosismo.- Me pregunto donde estará esa princesa....- Una ligera risa se hizo presente en la habitación.- Tres!- Y la anciana abrió el armario para darse cuenta de que no estaba allí.- Princesa traviesa, hiciste trampa!
- ¡Claro que no!- Río detrás de la misma encontrándose en el marco de la puerta.
- Pues si señorita, no ayuda mágica por parte de su hermana.- Dijo severa.- Luna...- Y la misma salió como un tomate de abajo de la cama.
- Si me permiten tengo deberes que atender.- Salió de la habitación como toda una aristócrata mientras la anciana le asentía con la cabeza.
Estando las dos solas la pequeña se acerca a la anciana y juntas cantan frente a la fogata. En un momento de silencio la primera se acerca a la anciana e inclina su cabeza plácidamente. - Abuela... ¿Me contarías la historia de los Defensorem otra vez?
- Pero si te la sabes de memoria.- La mira con ojos suplicantes.- Vale. Hace mucho mucho tiempo. Los grandes titanes del mundo carnal decidieron que no les bastaba con lo que tenían, querían más. Además de poder, muchas otras trifulcas se desataron. Las religiones se creían mas que otras... Unas naciones más poderosas e inició una guerra casi inevitable. Sabes? Tu padre solía decir que el ser humano está destinado a caer en lo mismo, esta en su sangre. Y entonces... Todo acabó. Verás princesa, todos somos iguales y tarde o temprano alguien tenía que hacernos captar eso. Y el creador nos destruyó, destruyó a cualquier alma envenenada que rondará el planeta y al planeta en si. No éramos nada. Unos cuantos lograron sobrevivir y le rogaron al creador que los perdonara. El lo hizo, pero las cosas debían cambiar. En un mundo devastado por innumerables guerras un mundo que se dejó llevar por la codicia, el poder , violencia y destrucción . En ese mundo estábamos y el CREADOR llevó a la esperanza de la humanidad a tierras sanas. Nos dividió en dos bandos, y nos llamó los Defensorem . Guerreros con habilidades sobrenaturales, capaces de hacer grandes hazañas. Están los Defensorem Luna y los Sol. El Creador nos dividió de ese modo para permanecer en Paz. Pero...El CREADOR- Y en ese momento la niña imitaba de forma graciosa a su abuela.-nos castigó por todo lo que habíamos echo, aunque nos hubiese perdonado teníamos que aprender. Lo que podíamos hacer según nuestro bando no era solo un don, teníamos que cambiar, dependemos el uno del otro. Soltó a temibles bestias de la noche, bestias que nos atormentarían para siempre.- Se fijó en la cara de asombro y admiración de la niña para luego seguir.- Nos dejó ir y desde entonces estamos bajo una jerarquía, solo los de la nobleza nacen con el don supremo. Se dice que el creador vio un alma pura de entre los carnales y a este y a toda su jerarquía les dio el poder de reinar. Solo el mas puro seria honrado con tan magnifico dote y ese, seria el gobernante.
Así pasaron las generaciones y poco a poco el número de almas puras y generosas disminuyó. Empezaron a tener una segunda opción, y el mas fuerte de todos reinaba. Pero nada comparado con los dotes del elegido.- ¿Y que hay de la reina?¿ Tiene el supremo dote?
- Esa mujer lo que tiene es falta de decencia y moral. No, mi princesa, ni ella ni sus hijos lo tienen.
- ¿Y que pasa si no hay nadie?
- Lo habrá mi princesa, lo habrá.- Y con esto la pequeña se quedó dormida en el regazo de su humilde abuela.
******** 7 años después********
* Suena la irritante alarma matutina*
- Ahhhh estúpida alarma...- Digo tirando a la muy soltera sin vida por la ventana.- Ándate y molesta al vecino.- Regreso a mi perfecto sueño donde soy un lindo ruiseñor libre y ambulante para luego recibir el impacto de un rifle.
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Defensorem. La Elegida
FantasyEl futuro... En su momento sonaba glorioso pero la verdad es que el dichoso futuro no es mas nada que el retroceso. Míranos ahora; nos creíamos Dioses, nadie podía contra nosotros, la soberbia y la codicia nos habían segado. Alguien tenía que pararl...