Capitulo 8

13 0 0
                                        

Corría por una pradera sin control, no se que seguía pero no me detuve hasta llegar a un completo vacío. A donde girara una pared oscura me rodeara. Se sentía asfixiante que no contuve mi grito de desesperación.

-Hola?

-Debe ser destruida...

-Hola?!

-Es una amenaza....

-Quien anda ahí?!

Mi madre apareció en medio del vacío con una cara preocupada.

- Mamá?

-Bella! Estas en peligro! Te matará!

-Quien?! Quien me matará?!

-Para mi es demasiado tarde Bella, no confíes en nadie.- Mi madre quitó sus manos de su estómago y pude ver un gran circulo color rojo intenso. Calló al suelo y corrí a su encuentro, pero no parecía moverme en lo absoluto sino alejarme.

-Madre!- Grité entre la desesperación.-Madre!- Volvía a repetir y lagrimar se deslizaban por mi mejilla.

-Bella!

-Madre!- Giré a mi otro lado. Encontrándome a mi madre más pálida, dándome un buen susto.

-Yo se que puedes Bella, eres una Drevock.- Y desapareció dejando me en la confusión.

-Bella!

-Bella!- Los ojos de Bella se abrieron de abrupto, un amarillo que luego se torno a un marrón oscuro se reflejó en los ojos de la muchacha. Estaba completamente sudada y la zona donde estaba lo que le había dado su madre, ardía. Bella no tardo mucho en regular la respiración y darse cuenta de que no estaba en su amada enfermería. Estaba sobre una superficie muy cómoda, en una habitación amplia e impecable. Parecía que estaba en una de las habitaciones de una cabaña muy refinada. Y no estaba sola; los ojos jade de Alexander no podían pasar desapercibidos. La miraban expectante, curioso pero preocupado, no parecía Alexander, el no se preocupaba por nadie; y solo cuando Bella se sintió bien por ser una de las pocas personas que lo había visto tan vulnerable... Su comentario sacó toda esperanza y deseo tirarlo por la ventana. Su cara preocupada se esfumó como si nada y una cara vacilante se abrió paso mostrando sus impecables dientes blancos.

- Deberías hacer más actividad física y entrenamiento. Solo hiciste un par de cosas y te desmayaste. En serio novata haz entrenado siquiera?

-Eres un completo idiota. Pero hablándole al Alexander racional y no un completo Neanderthal... Y aunque me gustaría que no fueses tú al que tratar de compañero e batalla...

-Al punto Bella!

-De eso hablo. Y no hagas como si no supieras nada de lo que pasó en la cueva.

-Haaa... Que te desmayaste como una completa débil e insignificante renegada sin habilidades?- Lo miré mal y el suspiró.- Bien... Que hacemos? O...podríamos dejarlo pasar?

- No.

- Ok pero calma fiera, no es para tanto; solo les darás ventaja y dirás el responsable. Y por mucho que no me guste dejar todo el trabajo de héroe a una chica que no puedo con su propia vida...- Le dedique una mirada asesina. Y el se acercó más a mi, podía sentir su respiración y nuestros labios estaban a solo unos pocos centímetros. Tragué y su mirada se deslizó por todo mi cuello hasta desaparecer. Me miró a los ojos con esa mirada intensa y sonrío; pero no de broma o la sonrisa normal, está aunque se notaba que jugaba conmigo estaba nervioso. Era una preocupada, nerviosa pero perspicaz y juguetona a la vez. Se acercó a mi oído y alejo los mechones de cabello que estaban ocultándolo. Lo puso  detrás de mi oído deslizando su dedo índice por la parte descubierta de mi cuello.
Dejó de mirarme. Dirigió su mirada a sus manos que ahora ladina en su muslo y luego se apoyó en la enorme cama inclinándose para decirme algo.- Ahora que gatita?- Se dignó a decir con una voz ronca.- Me vas a decir que no es verdad que eres débil?

Defensorem. La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora