Capitulo 17

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-Y cuál es tu color favorito?- Decía Dante mientras caminábamos por un largo túnel subterráneo. Ya me había dado por vencida en tratar de memorizar cada pasillo en este lugar. Simplemente era enorme. Tomaría años, quizá más.

- Negro.- Le respondí sin tomar mucha importancia a la conversación. Estaba concentrada en otras cosas. Nos dirigíamos a visitar a un viejo amigo de Dante, Drigoro, según el; es uno de los mejores ojos qué hay además de doctor e investigador. Nos iba a poder ayudar con el tema de Mangata y mi falta de control. Lo cierto es que yo tenía mis propios planes. Tenía que averiguar una forma de rastrear el brazalete. - El tuyo?- dije para que la conversación siguiera, no le había preguntado nada hasta ahora.

- Amarillo.- Dijo riendo.

- Amarillo?!- casi grité histérica.- A que clase de persona le gusta el amarillo?

- A mi.- Respondio con simpleza alzando los hombros.- Ahora deja tu discriminación por el amarillo, ya llegamos. Y a decir verdad... Drigoro no es del todo normal...

- Como todos los ojo.

- Se...- Me dirigía a tocar la puerta pero esta fue abierta antes de que siquiera la tocara.

- Bella!- Dijo un hombre de unos 40 años se podría decir. Yo estaba en shock, este hombre me resultaba familiar.- Pasa pasa, te estaba esperando. He preparado té, te gusta el té no?- Mire a Dante quien para mi sorpresa se encontraba más extrañado que yo. Drigoro notó nuestra incomodidad.- Dante!- y este ultimo pego un brinco y reaccionó. Para cuando yo hice lo mismo ya estábamos sentados frente a una muy acogedora sala de estar. Todo en este lugar me parecía familiar, pero me daba una sensación muy mala. Dante ya había dejado su momento raro de lado y se encontraba hablando muy cálidamente con Drigoro. Si Dante confiaba en el, yo también no?

- Asi que...- Dijo Drigoro mirándome de arriba abajo.- Con que Mangata eh?- Dante entrelazó nuestras manos y un brillo se reflejó en ellos. Estaba confundida.

- Si, no lo puedo creer, después de todo ya sabes.- Estaban hablando en códigos.

- Si,- Dijo con cierto pesar y no sabía por qué.- Pero bueno, el creador les sonríe a ambos no es así?- Dante estaba a más no caber, sin embargo; yo estaba mas concentrada en la chica que me miraba detrás de la única puerta en la sala. Me sonrió de manera siniestra y se fue. - Bella, se que tienes muchas preguntas respecto a que es Mangata.- Esto si que me interesaba, volví mi mirada a Drigoro. Y asentí.- Probablemente en tu familia nunca te hallan hablado de ello; no es de esperar, los Drevock casi ni tienen Mangatas. Verás- y al decir esto tocó mi mano haciéndome ver lo que yo creía eran unos defensorem en batalla.- En la antigüedad los mangatas eran muy conocidos, todos esperaban uno, pero solo los guerreros más fuertes mental y físicamente los obtenían.- Una pareja con la misma marca en e hombro se sonreían, estaban sincronizados; se notaba en sus movimientos,nadie podía contra ellos.- Eran imparables, imagínate si separados eran magníficos, qué hay de juntos?!- Dijo Drigoro emocionado.- El problema era que eran mas leales a ellos mismos que a la corona, no importa cuánto tratases, los Mangata siempre darían todo por el otro. Presentaban una amenaza. Si los ponías a elegir entre Mangata y reina, escogerían al Mangata.

- Quieres decir que la reina...

- Esta si, no la verdadera. La verdadera tenían un Mangata. Ella si entendía y era mejor tenerlos de aliados. Pero su hermana creía otra cosa y los mando a exterminar.- Dante y yo nos miramos y el me sonrió. - Bella, un Mangata es tu alma gemela, tu compañero inseparable. Ten por seguro que de ahora en adelante Dante dará todo por ti y tu todo por el. Porque así funciona. Tu Mangata es la persona en quien toda tu confianza debe estar. No lo dudes. Ahora son uno solo.- Trague duro.- En todos los sentidos.

Defensorem. La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora