Capitulo 18 Parte I

2 0 0
                                    




-¿Bella?- La voz de Dante logra regresarme a la realidad, sin pensarlo mucho giro sobre mis talones en un acto reflejo. – ¿Qué haces aquí?- Inmediatamente recuerdo a Nora.- ¿Pasa algo? ¿Por qué tienes esa cara?- Me siento mareada y tengo sed. ¿Qué se supone que le diga?

Sin darme tiempo a contestar, Nora aparece detrás de Dante con una sonrisa de medio lado que solo logra confundirme más de lo que ya estoy. Al parecer Dante no nota su presencia; pero yo si. Me indica con el dedo índice que mantenga la boca cerrada. Como si fuera un juego. No se supone que deba mentirle a mi mangata, lo sabría en un instante. Sin embargo lo hago de todos modos.- No, nada; simplemente me perdí. Creí haber visto algo. – En serio no sé cómo se hace pero espero haber logrado desviar sus pensamientos.

-No te culpo, estamos en la casa de un ojo.- Rie, al parecer lo convencí. Se acerca mas con algo entre las manos. Volteo a ver y Nora ya no está. Que chica más rara.- Drigoro me dio esto.- Dice dejando ver un frasco de pastillas.- Dice que es para ayudarte con los sueños y a controlar tus poderes. La verdad es que hubiera sido bueno saber que tienes recurrentes pesadillas, de lo contrario...

-¿De lo contrario que?

-¡Pues a mi me gusta dormir!

-Bobo- Dejo al chistosito ese hablando solo, lo único que quería era salir de ese lugar. No me traía buena espina.

El viaje de regreso transcurrió igual de callado. En lo único que podía pensar era en lo raro que había sido el encuentro con Nora. Toda la escena había sido tan irreal, como si me viera obligada a responder todo lo que preguntaba. Miro el frasco de pastillas y pienso en lo que dijo. Aunque hubiera preguntado cosas sin sentido en un momento desprevenido; Nora había acertado. Tenía un argumento válido. Pero a estas alturas de mi vida ya no sabía que era real o no.

Cuando llegamos a mi apartamento Dante me recuerda de nuestro entrenamiento en el bosque; me asegura que está protegido y se despide con una cálida sonrisa. Entro al apartamento y un silencio sepulcral me invade.

-No te demores- Sonrio como boba al escuchar la voz de Dante en mi cabeza.- Vengo a recogerte en 10.

-Si papa- Le respondo rodando los ojos.

-¿Y esa sonrisa?- La voz de Alex  logra pegarme un susto.- No..... ya perdimos a la niña señores. ¿Tan enamorada de mi estas?

-Oigan a este....- Rio por el comentario de Dante. Alex me mira ya preocupado.

-¿Tu estas bien?¿ Te dieron de tomar denuevo?

-Nah- Digo y me dirijo a mi habitación dando saltitos. Al llegar a la misma me cambio a un conjunto deportivo negro, como todo lo que usan aquí. Giro y me encuentro a Alex en el marco de la puerta.- ¿Se puede saber desde hace cuánto estas ahí?- El mismo simplemente alza los hombros sin darle mucha importancia y se acerca con pasos decididos hasta estar a unos pocos centímetros de distancia.

-No es nada que ya no haya visto.- Me mira de arriba abajo y se muerde el labio. Se acerca a mi oído y susurra de forma divertida.- Y la verdad es que no estoy impresionado pequeña.- Se retira de mi habitación sin más y me deja sola con una creciente ira. Si, es que su ego me caía terrible. No sé que le pasaba últimamente.

Sin más que meter en la bolsa que había arreglado, me dirijo a la puerta un poco apurada solo para notar que la misma estaba trancada. Usualmente la tarjeta está alado de la puerta pero no estaba. Furiosa busco al causante de este acto sentado muy cómodamente en el sofá; sin camisa, e inmerso en un libro que para la bajada era mio. Sin pensarlo demasiado le tiro mi zapato en la cabeza, logrando que el pobre libro también le diera a la misma. Lo siento libro...

- ¡Que loca!- Logra decir al momento en que exagera un dolor minimo.- ¡No entiendo porque estas molesta si lo único que quiero es tiempo con mi novia! ¿O es que me engañas?

-¿Te engaño?- Le pego- Deja- Le pego otra vez- ¡De comportarte como un niño!¡Yo no soy tu novia!

-¿A pero la de Dante si, no?- Lo miro incrédula

-¿A ti que te pasa?

-¿Me vas a decir que no te vas con ese tal Dante?- No me deja contestar.- ¿Que no te mueres por besarlo?- Creador mio...- ¿Que secretamente ya están planeando la noche de bodas? Pues déjame decirte que no vas a ningún lado, ese tipo me cae mal. Y como yo mando en esta casa, se hará lo que yo diga porque soy el alfa y... ya le dije a Sam que le dijera que estas en tus días-Ya, eso es todo.- Ayyyyyy!!! Loca! Para que solo hago mi deber! Cuando nos casemos más vale que mis hijos no saquen tu temperamento!

Parecemos dos niños mientras corremos por todo el apartamento y le lanzo todo lo que vea a mi paso. De a momento alguien toca a la puerta y Alex se desconcentra y logro derribarlo. No sirve de nada puesto que un chorro de agua me impacta como respuesta. Caminamos hacia la puerta; yo con el cabello mojado y el... pues sin camisa. Al llegar, veo como la tarjeta se materializa justo en el lugar donde se supone debería estar. Abre la puerta y Dante cambia la sonrisa que llevaba por una mirada fría. No para de mirar entre Alex y yo. Mayormente por mi cabello mojado y el torso expuesto de mi compañero de apartamento.

-No ira contigo.- Dice Alex seco y cierra inmediatamente la puerta. Antes siquiera de quejarme por una actitud tan inmadura, la puerta se abre sin más y Dante entra con aire de superioridad. No puedo con estos dos. Mientras los dos tienen una pequeña batalla de miradas, yo salgo del apartamento. Alex toma mi mano y me mira... ¿Aterrado? Dante solo observa el agarre de Alex, examinando la situación y se sitúa en el pasillo, un escalofrió me invade por completo. Trago duro y me zafo de Alex. La mirada en sus ojos lo delata. Sus ojos llenos de ira hacia Dante, quien sin mover ni un solo musculo de su cuerpo cierra la puerta y empieza a caminar. No dice nada y yo no sé qué hacer. Sin pensarlo tomo su mano y siento como sus músculos se relajan. Un gesto que me incomoda pero por alguna razón libera cierta tensión en mi.

-Estas mojada.- Es lo único que dice y yo rio. Me acerco más, casi abrazando su brazo. En el pasillo veo a Sam. Quien no hace más que mirar. Jonathan, alado, también lo hace. Paso de ellos  y llegamos al elevador. Bajamos hasta creo el último piso. Un túnel inmenso hecho de tierra nos recibe, esta todo oscuro. El elevador se cierra y todo queda negro. No tengo miedo. Damos el primer paso y unas antorchas se encienden. Por acto reflejo me separo de Dante quien espera a que camine primero. Hasta ahora no había notado que el no llevaba precisamente la vestimenta apropiada para mi supuesto entrenamiento. Llevaba un saco negro y zapatos elegantes. En cambio yo llevaba el pelo mal secado y una ropa deportiva. – Yo no me quedare, y tampoco te entrenare.

-Entonces...-

-Significa que solo vendré cuando estés lista. De lo contrario no creo que sobrevivas.- Lo que había dicho me había dolido pero era cierto.- Eres fuerte, pero no lo suficiente.- Poco a poco el túnel se iba iluminando más hasta divisar un bosque precioso al final de este. La luz de sol resplandecía con fuerza y una figura nos esperaba con los brazos cruzados por detrás de la espalda. – Bella, este es Kylon; un amigo de la familia, el mejor guerrero Luna, y el que será tu entrenador.

-Mucho gusto.- Le había inclinado la cabeza y sonreído pero el susodicho no se movio en lo absoluto.

-No habla mucho.- El mismo me miró de arriba abajo y puso una mueca. Genial.- Los dejo entonces.- Kylon me parecía familiar.

-¿No planeas dejarme con este verdugo o si?

-Es por tu bien Bella.- Hizo una pausa.- Me entrenó a mi.- Y con esta última frase su cuerpo se mezcla con la oscura sombra del túnel.

-Y bueno Ky  ¿qué haremos hoy?- El mismo no dice nada y se limita a seguir caminando. Esta iba a ser una larga tarde.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 08, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Defensorem. La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora