capitulo 28

501 14 0
                                    

Capitulo 28

"¿Por qué punza mi puta cabeza?"

Grito mi interior. Sentí la tela suave debajo de mis manos. Un picor en las sienes me hizo estremecer. No quise abrir los ojos, me dolía.

-¡buen día! –gritó una voz masculina.

-¿Qué puta? –Musculé -¿Qué haces? –exclamé sin saber quién era.

Me levanté un poco de la cama para tener una mejor visibilidad de lo que estaba pasando.

-¿papá? –pregunte sorprendida.

-no, un fantasma. Si dormilona, soy tu papá. Te levantarás de la cama para ir a desayunar y luego te darás una buena ducha –me ordeno.

-¡vamos! –grito.

Salió del cuarto y yo detrás de él.

Traía ropa que no era mía encima.

"¿Qué demonios pasa?"

Intenté recordar pero nada lleaba a mi cabeza, solo un dolor agundo en las sienes y un tremendo golpe en la boca del estómago. Cuando llegué a la cocina, el desayunon ya estaba preparado; unos panqueques de moras con un poco de jamón a un lado y un vasito de leche junto con un jugo de naranja.

-¿lo hiciste todo tú? -pregunté sorprendida.

-todo para mi hija. Hoy no tengo que trabajar y me siento de un humor excelente –sonrió.

Nos sentamos y empezamos a desayunar en silencio. Casi no había temas de conversación con el, nunca. Solo nos dabamos algunas miradas a escondidas, pero nunca hablamos directamente de algo, al menos que fuera la escuela.

-Y...¿Cómo van los chicos? –pregunto de repente.

-¿chicos? –pregunte mientras masticaba e panqueque dentro de mi boca.

-¿no tienes novio? –pregunto alzando la ceja.

Recordé a Robert y quise llorar.

-tuve uno –admití.

-¿ah si?

-Ajá.

-¿Cómo se llama? –pregunto interesado. Tomó su vaso de jugo y sorbió un poco.

-Robert –dije con voz ceca.

-Robert... -repitió entre dientes. –Y, ¿Qué paso? –me preguntó interesado.

-prefiero no hablar de eso ahora. apenas ayer terminó todo –pedí.

Sentí que mis ojos se humedecían y no podía contener mas sentimientos.

-¿has ido a gimnasia? –pregunto desviándose de tema.

-me salí hace año y medio papá.

Ahora solo corro por las mañanas.

-¿Y que seguimos haciendo aquí?

Ponte tu ropa deportiva y vamos a correr –me ofreció.

Lo miré con desconcierto y enarqué la ceja.

¿Estaba loco? A penas estaba entrando en la resaca.

-la verdad no tengo muchas ganas de ir a correr hoy. Tengo asco y nauseas.

Se detuvo en seco frente a mí.

-¿estas embarazada?

-¡NO! ¡Qué dices! –grite incomoda.

Mi instructor (Jarolina) ÑTERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora