capitulo 15

708 22 0
                                    

Capítulo 15

Robert y yo hicimos el amor no puedo decir que tuvimos sexo porque no fue así; Robert me hizo el amor. Lo hizo con cuidado, delicadamente, cuidando que las embestidas fueran lentas y suaves para no lastimarme, que sus agarres fueran limpios y delicados, yo acurrucada en su pecho y el abrazando mi cuerpo. Estaba como bebe, me sentí como nueva.

-¿Robert? -susurre.

-dime -susurro también.

-me has hecho sentir realmente bien -admití.

-tú también.

Nunca había sentido lo que sentí contigo, de verdad. Tu cuerpo es como un laberinto: no se sabe que esperar de el.

Sonreí. Cerré mis ojos y caí en la inconciencia.

En la tarde del día siguiente quede de verme con Robert de nuevo por la noche para ver un par de películas. Me llevo a casa para que mi madre no sospechara nada.

Antes de llegar a casa y me había duchado y me había arreglado para ver a Joaquín. Eran las cuatro. Horario perfecto para largarme al parque.

Tome un taxi y le pedí que me llevara al parque, cerca de la plaza central de los suburbios. Llegue y le pegue. Mire mi celular, el reloj marcada las 5:03.

"llegas tres minutos tarde. Joaquín", leí el mensaje de Joaquín.

Mire a mí alrededor en busca de Ochoa.

Corrí a las bancas amarillas y lo vi a lo lejos.

Llevaba puesto unos jeans y un abrigo negro que cubría la gran parte de su cuerpo. Su cabello estaba alborotado gracias al frio viento que golpeaba la ciudad y sus gafas negras estaban puestas en el lugar correcto.

Lo disfrute así, solitario, discreto, dulce.

Así me gustaba más. No lo conocía, peor haría todo lo que fuera por hacerlo, por saber todo de él, por saber a qué se dedica o por que imparte clases de sexo.

Tome una bocanada de aire y seguí caminado, no aparte mi mirada de él. Cuando llegue intente hacer el mínimo ruido.

-si llegaste. Pensé que no vendrías.

-¿Qué? ¿Acaso tienes ojos en la espalda? -dije en voz baja.

-es difícil no verte. Tienes ese tipo de presencia que es difícil de ignorar.

-¿desde dónde me viste?

-desde que bajaste del taxi.

Me senté a un lado de él. La tela de su abrigo se posó encima de mi muslo mientras más me acercaba.

-bueno, habla -me invitó.

Trague saliva. Su mano salió de su bolsillo y saco la mía de la campera. Acaricio mis dedos con la yema de los suyos y me miro a los ojos, esperando alguna oración o algo que pudiera decir.

-estoy saliendo con alguien -solté.

Joaquín me soltó los dedos y dio un suspiro.

-me alegra .acepto naturalmente. -te lo mereces. Haz aguantando muchísimas ofensas.

Enarco la ceja y asistió con la cabeza. Mire hacia el otro lado, me era imposible decirle lo que quería decirle viendo sus ojos miel.

Pestañe un pr de veces y regrese la mirada al hombre alto y guapo que estaba a lado mío.

-no puedo seguir teniendo sexo contigo mientras estoy con él.

Abrió los ojos como platos y sus labios se apretaron haciendo una mueca de disgusto, de asco.

Metió de nuevo su mano al abrigo y su cuerpo se tensó junto con el mío.

-¿fue decisión tuya?

¿Acaso estaba dudando? Nunca le diría a mi novio que tuve mi primera vez con alguien que ni siquiera conozco, solo se su nombre y a duras penas sé de dónde viene.

-no puedo negarlo. Eres un total desconocido para mí y...

-¿eso es? ¿Quieres saber cosas de mí? -Adelante, pregunta lo que quieras -me interrumpió.

Se acomodó de una manera excitante; abriendo las piernas con la cabeza ladeada hacia el lado derecho.

-ni siquiera sé por qué te enojas. Fuiste tú quien hizo las reglas.

-vamos, pregunta lo que quieras.

Pestañe y empecé con las preguntas.

-¿Qué edad tienes? ¿En que trabajas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu pasado? ¿Por qué das clases de este tipo?

-tengo 25 años. Soy empresario. Vengo de Canadá. Vivo en la ciudad de Philadelphia, a unas dos horas de aquí. Estoy seguro de que tendremos mucho más tiempo para que te cuente todo mi pasado y por qué me dedico esto, pero te apuesto a que si decides que te siga enseñando, tu novio no podrá dejarte jamás.

Apreté mis labios contra los suyos, el beso fue delicado y excitante, hacía que una descarga eléctrica recorriera todo mi cuerpo queriendo todavía más.

Joaquín me tomo de la cintura y me pego a él, me sentó en sus piernas quien sabe cómo y lamio mis labios recorriendo con su lengua la carnosa piel de estos. Me separe un poco tome su rostro entre mis manos, peque mi nariz contra la suya e intente respirar regularmente, aunque con solo sentir los músculos de sus piernas me hacía tener problemas para respirar. Lo mire a los ojos, a esos verdes y profundos ojos y bese de nuevo sus labios.

-¿entonces?

Lo pensé unos segundos. Quería a Robert, lo había deseado desde que entro a dar clases, me gusto desde el momento en que me vio con sus preciosos ojos verdes y me gusto desde la primera vez que lo hicimos. Pero este hombre era necio, no se daría por vencido aunque le dijera todo lo que le digiera, y en otra parte Joaquín también me gusta, me fascina su cuerpo, sus labios, sus músculos, sus tatuajes y sus ojos, me gusta la forma en que me hace sentir cuando me lleva a la cama.

-está bien. Lo intentaremos un tiempo.

Sonrió de oreja a oreja y me apretó contra su cuerpo. Acaricio mi trasero con una de sus manos y susurro en mi oído.

-te daré una clase más gratis.

-me has dado tres clases gratis, Joaquín. Rodee su cuello con mis brazos y me aleje un poco de su rostro.

-desde tu primera vez, siento que cobrarte me haría parecer un prostituto, y eso no me agrada para nada.

Hizo un mohín con los labios y yo le sonreí.

-entonces no me cobres y en cambio te daré sorpresas cada "clase".

-bueno, esa es una muy buena oferta, señorita Domenech.

-fue un placer hacer negocios con usted señor Ochoa.

Me levante de sus piernas y me di media vuelta para irme. Me tomo de la mano aun sentado y me jalo delicadamente.

-hey, ¿A dónde vas?-pregunto con gesto confundido.

-tengo novio y quede de verlo en treinta minutos.

Rodee los ojos y le sonreí. Me solté de su agarre y camine. Escuche como se levantó y casi me sigue.

-¿te veo a las nueve en tu casa? -exclamó.

-está bien, profesor. el sonrió de oreja a oreja.


Mi instructor (Jarolina) ÑTERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora