Capítulo 25
Ya en el baño, me quite la campera café y me quede solo con el tipo que llevaba debajo de esta.
Me acerque al espejo y vi como hasta el top estaba manchado de ese líquido rojo.
Tome una toalla para las manos y la humedecí con el agua del lavado.
Limpie mi rostro, mi cuello, mi escote y parte de mis brazos.
-¿estás bien caro? Pregunto Hellen cuando entro al baño.
-ah, sí solo fue una tontería de mi parte –dije regresando mi mirada al espejo para seguir limpiando las manchas rojas.
-pero, ¿Qué fue lo que paso? –pregunto con intriga.
-iba a tomar un trago de vino y Robert me espanto.
Salí corriendo porque me dio algo de vergüenza haberme asustado con tanta simpleza.
-oh –suspiro. –no debería darte vergüenza. Fue un accidente.
Le sonreí a través del espejo. Se acercó a mí y empezó a recoger mi cabello. Me recordó a mi madre, cuando a mi madre, cuando me había pasado algo malo en el colegio y veía que tenía una cara triste, desenredada mi cabello y lo trenzaba suavemente.
-Robert debe ser afortunado al tenerte, dulzura.
Ese chico era todo un... ah-, ¿Cómo decirlo? –seguía trenzando mi cabello. –era gordito, tenía problemas de acné.
...en teoría, no era nada atractivo.
-yo tampoco lo era.
-eso no lo puedo creer –exclamo sorprendida.
-e verdad. Usaba frenos y no me gustaba ser morena así que me hice guerra un tiempo hasta que empecé a cambiar.
-odas pasamos por eso.
Despides de un rato, Hallen le llamo a una chica y la mando a traer algo de ropa para mí. La mujer regreso con un vestido negro con escote en la espalda muy bonito. Me metí a un baño para cambiarme. Cuando Salí ya habían más de 5 mujeres esperadme con varias herramientas de belleza; maquillaje, planchas para el cabello, pinzas, etc.
-¿y esto? –les pregunte señalando los artefactos.
-Robert va a quedar impactado cuando terminemos contigo –dijo Eleonor.
Le sonreí y me senté en una silla rabada del conjunto de mesas de afuera.
Después de una hora más o menos, salimos todas.
Ellas me cubrían ya que me daba algo de pena salir. Me asome para ver a parejas bailando en la pista y unas cuantas mujeres que estaban sentadas platicando mientras que otra bolita de hombres fumaban unos cigarrillos lejos de las mesas.
Y ahí estaba Joaquín, besando a otra chica que no era yo, acariciando su cabello, sonriéndole de esa manera que solo el sabia. Y al otro extremo se encontraba Robert, solo, mirando al piso, enamorado de mi.
-vamos dulzura, tienes que darle una grata sorpresa a Robert.
-si, solo quiero que me lleven hasta el mientras me esconden. Tiene que ser una buena sorpresa –susurre.
Me obedecieron y me llevaron hasta el lugar en e que se encoraba mi querido Robert. Se detuvieron entrante de el y Robert solo les sonrió y les pregunto por mi.
Nadie contesto nada. Sali de entre ellas y me miro como si no fuera la octava maravilla del mundo.
-¿caro? –divago.
ESTÁS LEYENDO
Mi instructor (Jarolina) ÑTERMINADA
Roman d'amourMi instructor. Carolina domenech "la primer clase es gratis" decía el letrero que había llamado mi atención. Me acerque a la puerta negra de madera. Mucho no podía ver ya que el cristal estaba sucio y en pañoso. Agarré la manga de mi campera cubrié...