V. Querida Lily

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Querida y pequeña Lily. Fueron tantos hermosos momentos juntos. No recuerdo cuando fue la última vez que te vi, te sentí y te escuche. No podría haber pedido una mejor compañera para vivir, eras la amiga perfecta. Nuestro amor iba más allá de una amistad, iba siendo lo más fantástico que existió para mí. ¿Cómo te podría yo olvidar? Desde la última vez que te vi, no he podido dejar de pensar en ti, no ha pasado un solo momento en que no extrañe tus caricias, esos besos de verdadero amor, esa sonrisa que siempre admire de ti y esa compañía tan acogedora. Estábamos juntos en esto, en esto de vivir. Sentíamos felicidad, tristeza, dolor y frío juntos, nuestras noches se basaban en abrazos hasta que te quedaras dormida.

Recuerdo claramente como a diario me decías "eres mi único amigo en el mundo", me parecía muy raro al saber lo dulce que eres. Siempre quise que esta amistad siguiera por siempre, pero por azares de la vida ya no pudo ser cierto nunca más. Cada vez que te veía se notaba mi emoción, cada vez que te perdía se me iba el corazón. Recuerdo esas veces que estabas jugando en el parque, te mirabas muy linda con tu chaqueta de lona que era tan representativa de ti.

Tenías el olor más exquisito que había olido jamás, quizás eran por el gran amor que te tenia, Éramos el uno para el otro, compartimos la vida entera hasta que te perdí. Vivíamos los dos solos en nuestro mundo, de todas maneras, ni tú ni yo conocíamos a alguien más. Sólo nos teníamos a los dos, no teníamos ni a mama ni a papa, éramos como hermanos, confidentes y siempre caminábamos al lado; te defendía de todos aquellos que buscan hacerte daño; la calle no era nada acogedor para dos huérfanos como nosotros. Si, la vida quizás nos había jugado un mal juego, pero nada importaba nada más si estábamos juntos. Era agradable tenernos el uno al otro, mientras yo te protegía, tú me dabas de los mejores guisos que podías encontrar

La verdad es muy triste lo que paso. Desde hacía unos días te mirabas un poco mareada, con hambre y enferma. Me decidí por ir al centro para tomar un poco de comida, algunas cobijas y dártelas para que te sintieras mejor. De corazón te digo que no sé qué fue lo que paso. Me fui como una persona que se dedica a pasear por todas las calles, las conoce de ida y de vuelta y admira cada esquina, piedra y ladrillo que se encuentra. Tomé comida y una cobija que encontré en buen estado y decidí regresar a tu lado. Cuando comencé a regresar, simplemente no pude encontrarte otra vez.

A decir verdad, creo que tome el camino equivocado para regresar contigo, pero desde ese día ya no te volví a ver. Estoy muy preocupado por ti, intente rastrear tu representativo olor, pero no pude encontrarlo. Te busqué por todas partes, me perdí un par de veces, también me apedrearon un par de veces, pero no pude regresar a ti. Lamento mucho no poder haber llegado a ti. Y aún me encuentro llorándote así. Quiero que sepas que un perro nunca olvida, nunca olvida a una gran compañera como tú, un perro ama a su dueño con su vida y con más. Amaba los gestos de ti, me dabas comida en lugar de comerla tú. Como mis costillas y columna resaltaban en mí, me alimentabas para que no pereciera. Te extraño demasiado Lily, te amo demasiado, ningún otro perro te ha amado como yo te amo a ti. No pude haber pedido una mejor dueña. Entonces estas son mis palabras de despedida. Te seguiré buscando por siempre, espero poder encontrarte. 

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