Capítulo 3

240 13 0
                                    

Otro día más en mi larga vida, esta vez puse el despertador antes para no tener que andar corriendo, con el tiempo justo. Me duché, me vestí y decidí desayunar en la cafetería.

Estaba esperando el autobús mientras pensaba en lo que pasó ayer con Rubén, ¿sería él el cliente habitual? ¿gritaría yo tanto como para que se escucharan los gritos fuera? ¿debería llamarle y quedar con él? Tantas preguntas para tan pocas respuestas. Metí la mano en el bolsillo para sacar el móvil y me encontré un papel arrugado, era el número de Rubén. Iba a llamarle cuando llegó el bus, entonces decidí que lo haría en la hora del descanso y metí el papel en la funda del móvil para no perderlo. Subí al autobús pero Rubén no estaba, le pregunté al conductor sobre él, pero no sabía nada.

Llegué al trabajo y me serví un café, me senté en una mesa y me puse a desayunar. Escuché que se abría la puerta, me giré y vi a alguien con una gorra negra y verde y con la capucha de una sudadera muy llamativa de cuadros puesta, me llamó la atención pero me volví a girar y seguí desayunando tranquilamente. Alguien se acercó a mi, era Rubén, muy decidido se sentó conmigo y tras un momento de silencio me dice:

Rubén: Esta vez estoy aquí desde por la mañana para que no te pase nada.

Me sonrojé y sonreí tímidamente.

Rubén: ¿Perdiste mi número? Estuve esperando alguna llamada.

Colocó su mano sobre la mía.

Miku: Ya es que...

Pedro: Miku mujer cuanto tiempo, ya es hora de que vayas al almacén, tienes que cambiarte para trabajar.

Rubén me suelta la mano al verlo venir y yo se la vuelvo a agarrar.

Miku: Pedro no ves que estás estorbando. ¡FUERA!

Pedro: Lo dices de broma ¿verdad? En realidad me deseas y lo sabes. Disculpe caballero (refiriéndose a Rubén) no ve que está estorbando.

Rubén se levanta y pega su cara con la de él.

Rubén: Yo no soy el que estorba, haz el favor de hacer lo que ella dice o si no...

Pedro: ¿O si no qué? ¿Qué me vas a hacer tú? ¿Eh?

Los interrumpí y los separé, sabía que ganaría Rubén, pero no queía que la cosa llegara más lejos porque tenía miedo de que me perjudicara en el trabajo. Pedro se fue sin decir una palabra, Rubén se giró hacia mí y me dijo suavemente en el oído:

Rubén: No quiero que te pase nada.

Miku: Si he aguantado estos días, hoy también. Me encantaría seguir hablando pero lamentablemente me tengo que ir a trabajar.

Rubén: Vale, volveré más tarde a ver como te va.

Miku: Es mejor que no vengas, Pedro le dirá a mi jefe que me he puesto tarde a trabajar y me quitarán el descanso de hoy.

Rubén: ¿Tienes mi número verdad? Espero una llamada tuya.

Miku: La tendrás.

Le di un fuerte abrazo y me fui a trabajar.

Paola estaba observando todo sin cortarse un pelo, al verla me empecé a poner toja y ella me empezó a vacilar, con el tema de los ligues y eso siempre me vacila, aunque yo a ella también. Actualmente la considero un gran apoyo para mí.

50 sombras de Doblas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora