Conociendo París.

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Sigo en Francia, ya es martes y la pérdida de mi abuela la voy superando con el pasar de las horas, no es fácil pero tampoco es imposible.
- Mia, tu móvil no deja de sonar en la habitación. Me dice mi hermana.
- Gracias. Salgo corriendo de la piscina y me dirijo a la habitación.
Reviso el historial de llamadas y hay 3 llamadas de Patrick, 1 de Abbie y 2 de David. De inmediato llamo a Patrick.
- Mía, como estas, como sigues. Dice Patrick.
- Bien y tu? Respondo.
- Bien, Abbie me contó todo. Dice.
- ¿Que es todo? Pregunto.
- Lo de tu abuela y a penas me doy cuenta del viaje, ¿por que no me dijiste? Pregunta.
- No tenia cabeza, todo fue muy rápido. Digo.
- Lo entiendo, como es París, cuéntamelo todo, París es la ciudad de mis sueños. Dice.
- Es muy chulo, lo poco que he visto, ya sabes, no he salido mucho, solo a un restaurante, el aeropuerto, la casa de mi abuelo, que es divina, no te imaginas, tiene piscina, gimnasio, sala de yoga, masajes, lo tiene todo. Digo.
- Muero, me hubieras llevado. Dice.
- ¿como vas con aquel chico? Pregunto.
- Normal, sigo soltero, se acabo el año y nada. Dice.
- Que fuerte. Digo.
- No digas eso, tu no sabes, como tu tienes mil hombres atrás tuyo. Dice.
- Que va, no hay nada. Digo y me río.
- Malagradecida jaja. Dice
- Voy a llamar a Abbie, tengo llamadas perdidas de ella. Digo.
- Hablamos luego, besos. Dice Patrick.
Corto la llamada, reviso tumblr y me dirijo a la ducha, me baño, me visto, arreglo mi cabello y llamo a Abbie.
- Hola, ¿que tal todo? Me pregunta.
- Bien, aquí terminando de alistarme. Digo.
- ¿y eso? Pregunta.
- Vamos a conocer la ciudad. Digo.
- Que bueno, me trae ropa francesa. Dice.
- Esta bien, ¿como que quieres? Pregunto.
- unos 3 tops puede ser. Dice.
- Abbie la abusadora. Digo.
- Si, ya tengo que cortar, estoy en un cine y ya sabes. Dice.
- Esta bien, hablamos luego. Digo.
Cuelgo y llamo a David.
- Mía ¿como sigues? Me pregunta.
- Bien, vi tus llamadas perdidas. Digo.
- Creí que ya me extrañabas. Dice.
- ¿A ti no se te quitara nunca lo convencido? Digo.
- Estoy bien gracias por preguntar. Dice.
- sé que estas bien, por eso no te pregunte. Digo.
- Eh, ¿como es Francia? Pregunta.
- Lo poco que he visto es lindo, ya casi salgo a conocer la ciudad. Digo.
- ¿En cual estas? Pregunta.
- En París. Digo.
- Menos mal no saliste con otra ciudad, porque ya se me olvidaron los nombres de las ciudades de Francia, solo recuerdo París. Dice.
- Si, jaja. Digo.
- Ya que tu no me extrañas, pues yo a ti si y mucho. Dice.
- Eso esta bien. Digo.
- Maldita cortante. Dice.
Me río.
- No te rías. Dice.
- Vale, ya me voy hablamos después. Digo.
- Si quieres me escribes, estaré en el trabajo. Dice.
- Vale. Digo.
- Cuidate. Dice.
Cuelgo la llamada.
Salí de la habitación y me dirigí al auto donde me estaban esperando para ir a pasear por la ciudad.
- Mía, rápido! Me grita Alice y me mira mal.
- Ya estoy aquí no me grite. Digo.
Mis padres solo se quedaron viendo y mi abuelo ni atención prestaba, estaba perdido en su cabeza.
En el camino estuvo todo muy callado, Alice seguía mirándome mal por haberme demorado en subir al auto.
Llegamos a la orilla sur del río serna y no lo podía creer, tenia en frente mio la torre eiffel, es muy grande y perfecta, una obra de arte fascinante.
- Abuelo, quién puede explicarme el origen y todo de ella? Pregunto.
- Acompañame. Dice mi abuelo.
Caminamos hacia donde habían muchos turistas reunidos y escuché al guía que hablaba inglés.
Su charla fue de dos horas, a pesar de todo ese tiempo que pasó, no sentí que fuera como una clase de historia, porque no me aburrí como suelo hacerlo, al contrario, fue fantástico escuchar todas esas cosas que no sabia y ver la torre, todo era como una película.
- Fantástico abuelo, no crees? Digo.
- Si mi niña. Responde.
- Dos años, dos meses y cinco días, tardaron mucho al construirla. Digo.
- Si, no te dijeron que los artistas de esa época la veían como un monstruo de hierro, por eso formó controversia. Dice mi abuelo.
Quedé sorprendida, tantas cosas que me faltan por aprender.
Nos dirigimos a donde estaba Alice con mis papas para volver a la casa.
- Que tal estuvo? Pregunta mi papá.
- Genial, subí a la torre, desde ahí se ve toda la ciudad. Digo.
Alice me miró mal, no se que le pasa.
Mi familia es muy amargada, mis padres y Alice no subieron a la torre por miedo a las alturas y viven en grandes edificios, que irónico.
Entramos al auto y nos dirigimos a casa, y de nuevo, en todo el camino ni una sola palabra.
Comencé a pensar en mi relación con Alice, no se que he hecho mal para que esté así conmigo, después de una media hora hice la suposición de que Alice estaba así conmigo porque extraña tener sexo con Ben. No se por que diablos pienso en eso, pero así soy yo, imagino cosas muy raras.
Mi siguiente pensamiento eran preguntas que me hacía a mi misma, no entendía por que habían retirado en junio de este año 45 toneladas de candados del "puente de las artes" que visité hoy también acá en Francia, la gracia de ese puente es la costumbre que tienen las parejas de poner candados en él y tirar la llave al río, (para sellar su amor) pero el alcalde prefiere que París siga siendo conocida como la ciudad del amor no porque las parejas pongan candados en un puente, prefiere que las personas se tomen selfies o cosas así, lo se, es muy extraño, ese puente es turístico por la arquitectura, pero es conocido justamente por los candados y ya no dejan colocar más.
Al llegar a la casa del abuelo, todos estaban aburridos, no hablaban de nada, entonces me dirigí a la habitación y comencé a ver las fotos que tomé en la torre, en el río y en el puente, de verdad que me encantaron, luego busqué mi tarjeta de ahorros para comprarle regalos a Abbie y a Patrick, pensaba que la había perdido porque no la encontraba en mi bolso. Fueron pasando las horas y estaba cansada, me puse la pijama para dormir, pues al otro día era el viaje, estaba tarde y tenia que comprar los regalos.

Escribe sobre mí alguna vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora