La princesa y el caballero [Rin x Len]

Rin

La chica lloraba... llevaba al menos 20 minutos de gritos y sollozos. Me sentía culpable.

Al poco rato sacaron a mi madre y la chica, llamada Rin, a la sala de espera, dejándome con un doctor.

- Bienvenido de vuelta pequeño.- me sonrió.- Dime... ¿Sabes cuánto tiempo has dormido?

- ¿Dos, quizás ocho horas?.- dije dudoso.

El doctor anoto en una hoja y volvió a mirarme.

- ¿Sabes tu nombre?

- Len Kagamine Sakine.

Asintio.

- ¿Sabes tu edad?

- 12 años

- Excelente.- me revolvió el pelo.- ¿Sabes quienes son tus padres?

- León Kagamine y Meiko Sakine de Kagamine.

- ¿Hermanos?

- No tengo, soy hijo único.

- ¿Y la chica de antes... sabes quien es?

- Rin...- el doctor sonrió por un momento.- o creo que así dijo que se llamaba.

La sonrisa del doctor desapareció.

- ¿recuerdas lo que te paso?

Comencé a hacer esfuerzo, pero no... no recordaba nada, no recuerdo nada de antes de llegar aquí.

- No...- apreté las sabanas con mi puño.- Sólo recuerdo haber despertado aquí.

El doctor asintió melancólico, se despidió de mi y se fue, pero antes de que saliera por la puerta le pedí que llamará a la chica rubia.

- Adelante.- dije al escuchar la puerta.

La chica entró con los ojos cristalizados e hinchados,e dieron ganas de abrazarla... cosa que hice.

- Lo siento...- susurraba ella.

- No entiendo porque lo lamentas.- dije.

- Fue por mi culpa.- dijo comenzando a sollozar de nuevo.

- Hey.- dije tomandole las mejillas con ambas manos, obligando a que me mirara.- No te ves como alguien que quiciera hacerme daño.- sonreí.- saldremos de esta...

- Pero...

- Ha ha.- dijo yo.- nada de peros Rin.

Rin sonrió.

De la nada el recuerdo se quedo congelado y pude volver a ser mi yo actual, sabía perfectamente quien era Rin.

- Ahora es tu turno.- dijo la voz del enano.- Debes seguir el recuerdo por tu cuenta, dijo
aciertas podrás salir del baúl y continuar tu camino... pero si fallas... quedarás atrapado y nunca más podrás salir.

Antes de que pudiera rechistar el recuerdo se descongelo y puede moverme y hablar libremente.

- ¿No recuerdas nada de nosotros?.- pregunto bajando la mirada.

- No, lo siento.- dije triste.- pero según el doctor hay cosas que me pueden volver a hacer funcionar los recuerdos.

- ¿Enserio?.- dijo con timidez.- quizás tenga algo que te pueda ayudar.

Hablo bajito, más bajo que un susurro.

Pensé bien lo que tenía que decir... hice un esfuerzo y al fin... recordé que pasaba aquí...hay por dios.

- ¿Y que cosa puede ser esa?.- dije aparentando inocensia.

- Está.

Sentí unos tibios labios sobre los míos... fue corto, pero significativo.

Y ahí flash back de mi y de ella más pequeños comenzaron a llegar y a pasar como una película.

- Funcionó.- dije con emoción.

Rin estaba roja y no dejaba de mirarme y yo estaba feliz, pero al ver sus ojos celestes y sus mejillas carmesí mi corazón latio tan rápido que me dejé llevar por mis impulsos y la bese de nuevo, pero esta vez más largo y pausado.

- Te quiero mucho...Rin.