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Touya estaba nuevamente en la barra, solo. Gold había salido a quién sabe donde y Red fue a visitar a Green, aunque al principio éste se había negado rotundamente.

-No te volverás a quedar solo, Touya- había dicho Red-. ¿Y si te llega a pasar algo más?

-Yo estoy bien, en serio, Nii-san. No necesitas...

-Acompañarás a Gold- sentenció.

-¡Ah, no! Eso si que no. Él no vendrá conmigo, ¡me niego! ¡Objección!- negó Gold.

-Gold...- dijo Red.

-¡Vale ya!- Touya se había desesperado, no soportaba que discutieran por él. Cuando lo hacían se sentía un niño pequeño. Y no lo erá. Gold y Red se le quedaron viendo, sorprendidos porque hubiera gritado de esa manera. Touya se sonrojo al darse cuenta que lo observaban-. Ni-nii-san, no quiero que pierdas una cita con Green-san por mi culpa...

-¡Cita!- se bufó Gold, recibiendo un codazo por parte de un Red sonrojado.

-...y no quiero acompañar a Gold por el simple hecho de que la culpa de los desastres que haga recaeran en mí.

-¿Eh? ¿Cuándo te he echado la culpa de algo?- preguntó indignado Gold.

-¿No recuerdas aquella vez, hace un año, cuándo te pusiste ebrio a más no poder?- rió Touya.

-Ah, sí...- se sonrojo.

-¿Estás seguro, Touya?- Red no era tan fácil de convencer-. Si te vuelve a pasar algo, yo...

-Matarás a todos- Gold no ayudaba en nada.

-¡Estoy bien, estoy bien!- dijo, antes de que otra discusión tomará lugar-. No se... No. No te preocupes Nii-san. Además, desde ayer, los vecinos están más alerta.

Red suspiró pesadamente Gold tarareaba una canción mientras ponía sus manos atrás de su cabeza y Touya reía, nerviosamente.

Al final, tanto Red como Gold se había ido.

Era lunes así que no habría clientes durante la mañana. Estaba aburrido. Y no entraba al instituto hasta pasadas las 2 de la tarde, así que, despreocupadamente y soltandó un suspiro, se puso a leer. Era un pasamiento que lo mantenía ocupado cuando no debía hacer deberes o tareas. Empezó a llamarle la atención hacía dos años, cuando tenía 13. Cuando sus hermanos se dieron cuenta le regalaron un libro cada uno, por su cumpleaños, y él lo agradeció enormemente. Se sentía increíble el imaginar cosas que no podían pasar en la vida real, como el típico sueño de poder volar o ser un admirado rey.

Las campanillas sonaron. Dejo rápidamente su libro a un lado y se paró derecho.

-Bienvenido- dijo, automaticamente. Pareciera como que ñas campanillas fueran una alarma que lo activaban. Se estaba acostumbrando mucho al estar de servicio en la tieda.

-Eh, gracias- dijo el chico que había entrado. Llevaba puesta una gorra, su cabello era verde, largo y sujetado.

-¿Qué va a llevar?- preguntó Touya, y, aunque le costará negarlo, aquel chico era bastante lindo. En realidad, era como un niño.

-Una caja de Nanas, por favor.

-Vaya, es la primera vez que piden Nanas- soltó Touya. El chico de cabellos verdes lo miró fijamente. Touya se cubrió la boca con una mano y se sonrojo. Lo dijo de tal forma como si él y el peli-verde fueran amigos de toda la vida.-. Eh... Yo... E-en seguida le traigo la caja...

Cruzó el pasillo lo más rápido que pudo hasta la bodega. Seré idiota, se dijo.

-¿Algo más?- preguntó cuando regreso a la barra.

-Nop. ¿Cuánto es?

-50¥.

-Por cierto- comenzó a hablar-, no te había visto antes trabajando aquí.

-Oh, pues... Por lo general sólo ayudo si mis hermanos están fuera o muy ocupados.

-Vaya, entonces eres hermano de Gold, ¿no?

-Sí, ¿lo conoces?

Asintió con la cabeza.

-Síp. Podría decir que somos amigos. ¿Y cuál es tu nombre?

-Touya- respondió, nervioso.

-Natural. Bueno, dejo de entretenerte. Se veía que estabas muy ocupado con tu lectura- dijo señalando el libro-. ¿50, dijiste?

-S-sí...

Touya recibió el dinero.

Gold nunca había hablado de un tal "Natural", pero, claro. Nunca hablaba de su vida privada. Después de guardar el dinero, le dió la bolsa con la caja de Nanas a Natural.

-Aquí tiene- dijo.

-Muchas gracias, Touya.

Estaba a punto se irse, cuando dió media vuelta y preguntó:

-Dime, ¿no te aburres de estar aquí?

-A veces, sólo cuando no estoy haciendo algo.

-¿Podría quedarme aquí?- sonrió.

-¿Eh?- ¿Quedarse? ¿Qué quería decir?- Ah..

-Bueno, estoy un poco aburrido, igual. Además quisiera conocer al hermano de Gold. ¿Te molestaría se te hago compañía?

No sabía que decir, no quería ser grosero. Pero el que un chico al que apenas conoció le hiciera compañía lo ponía a piel de flor. Era extraño. Y sin embargo, Natural le inspiraba confianza, se sentía seguro.

-C-claro. Puedes quedarte...- susurró.

-¡Yeih! Gracias- dijo. Se acercó y se posó frente a Touya, recargandose en la barra.

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-G-Green- dijo Red, nervioso.

Estaba en la casa de Green, que era bastante acogedora pero un poco oscura.

Green hace unos instantes lo había besado, robandole el aire, y ahora estaba encima de él, tocando su rostro sonrojado.

-Red...- susurró Green-. Si aún no te sientes seguro, no te obligues hacer esto. Te he dicho muchas veces que no me molesta.

-Green... Y-yo quiero hacerlo, pero...- abrazó a Green y hundió su cabeza en el pecho del otro- es sólo que tengo miedo.

-No pasa nada, Red. Todo está bien.

-¡N-no está bien!- gritó Red, poniendo sus manos en el pecho de Green.

-¿Red?

-Lo has estado aguantando durante mucho tiempo, lo sé, aunque me digas que no pasa nada. En el fondo te molesta, ¿no es así? Que yo sea tan indeciso y torpe con este tema. ¿verdad? Sí, soy un idiota, tengo miedo, pero... Pero a la vez quiero que me toques más y más. Que me acaricies. Así que... por...

-Red... yo...

-Por favor...- tomó el rostro de Green y lo acerco al suyo, dandole un tierno beso-. Por favor... Hazme tuyo, Green..

sorry tarde mucho en subir lo por un problema o dos (dormir y comer :v) pero....se los traje!!! Bueno bye

La chocolateria pokemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora