«Capítulo cinco»

3K 232 28
                                    

Leah tras verlo en ese estado, sudando y casi mendigando por otra gota de sangre de su pulgar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Leah tras verlo en ese estado, sudando y casi mendigando por otra gota de sangre de su pulgar. Supo que no aguantaría hasta mañana o unas horas más para obtener las bolsas con sangre. Roman no tenía una gran fuerza de voluntad para aguantar tanto. Después de todo llevaba días ocultando su sed.

Mientras tanto —Hablo acercándose a él. Se inclinó sobre la punta de sus sandalias de tacon y quedando casi a la misma altura de Roman.

No, no —Comenzó Roman, mientras se alejaba de ella casi a rastras. Pues bien conocía a los demonios en su interior para saber que la dejaría sin una gota de sangre en el cuerpo. Por lo menos necesitaba entre medio litro o poco más para permanecer un tanto cuerdo.

No tienes opción; necesitas contener la sed o eventualmente me atacarás a mí o a alguien más —Hablo teniendo la razón. Pues si no se satisfacía un poco seria una máquina para matar a quien se cruzará en su camino —Roman, por favor escúchame —Pidió al ver como este se lamia los colmillos, abría los labios un poco para volver a cerrar la boca con fuerza —¿Recuerdas cómo eras antes de descubrir que Pryce tenía una alternativa?

Leah subió la manga de su abrigo, y le acerco su antebrazo a los labios de Roman.

Ella sabia que en el momento en que su sangre saliera a la superficie y manchara su piel, sus ojos se oscurecierian y la actitud propia de Roman se vería opacada por una sed que dominaria su mente.

No tienes idea de cuán peligroso es esto —Espetó mientras miraba el antebrazo en donde unas venas al inico de la muñeca resaltaban. Con un toque de temor por ver tan apetitoso banquete se lamió los labios.

Conozco los peligros bastante bien; yo te diré cuando pares ¿Bien? —Negocio con su mirada ya que discutir sobre algo que claramente era necesario hacer para que el siguiera bien.

Roman era demasiado terco para incluso su propio bien.

Roman tomo el brazo de ella y dio una ligera mordida. Solo clavando los colmillos para hacer dos agujeros para que fluyera la sangre.

El olor y sabor de la sangre de ella debe haberlo convencido, porque antes de darse cuenta, el se había acercado más a ella y sujeto con fuerza del antebrazo de ella para guiarla hacia su boca.

Leah podía sentir el cálido aliento de Roman, soplando sobre la herida abierta antes de que él se pusiera tenso y comenzara a devorar la sangre. Su lengua se arremolinó a través de la herida, cuando sus mejillas se hundieron en su rostro al sentir los colmillos de Roman clavarse aun más en su piel y carne. Incluso dio un grito al sentir sus nervios a medio rasgarse.

Roman... solo succiona... no muerdas —Pidió entre quejidos y lagrimas manchando sus mejillas.

No podía mentir, en ese momento, la sensación de su boca ardiente y húmeda sobre su piel fue bastante gratificante pero el sentir el dolor bramante por que Roman no estaba bebiendo simple sangre, estaba disfrutando el morder su carne. Debe ser la misma sensación que los de los bebes a los cuales les están saliendo los dientes y necesita morder para aliviar un poco.

𝐌𝐚𝐲𝐛𝐞 𝐈𝐭'𝐬 𝐧𝐨𝐭 𝐟𝐨𝐫 𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora