«Capítulo doce»

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Dias después de lo ocurrido en hemlock grove en esas noches de fin de junio, Roman se encontraba arreglando unos papeles bebiendo un poco de whisky. Hay cosas que no puede cambiar y necesitaba relajarse.

Leah se encontraba estudiando en casa, le habían dado días de reposo tras ver la mordida en su brazo que ella se en excusó diciendo que un perro salvaje la mordió tras irse a su casa. Ya la mordida no dolia, estaba curada y solo dejaba una marca blanca adolorida.

Para el momento que la puerta de la casa sonó un tanto fuerte cerca de las diez de la madrugada Roman no debió siquiera preguntarse quien era para abrir la puerta y abrazar a su hermana quien tenia a Nadia en brazos. La pequeña al ver a su papá se lanzó a sus brazos sin siquiera pensarlo. Roman la atrapo y la abrazo mucho, lo cual para ser una acción de él causo sorpresa en mas de uno.

Te extrañe tanto Hablo abrazando a su niñita quien reía suavemente al escucharlo ¿Fueron cuanto? ¿Doce, trece días?

Fueron diez días y tres horas Corrigió abrazandolo con fuerza hasta quedar colgada del cuello de su padre quien se levanto y dejo un brazo como apoyo para ella ¿Ya resolviste las cosas?

—Si, todo bien. ¿Y ustedes? Pregunto mirando a ambas quienes sonrieron.

Shelley sonrió dulcemente y señaló la casa rodante en donde su novio bajaba el bolso de Nadia junto a una bolsa de cartón llena de recuerdos. Desde un frasco con una mariposa anaranjada con negro, un frasco con arena y agua del mar como recuerdo de las costas del Atlántico hasta premios de ferias.

Estupendo Hablo Shelley mirando a su sobrina que había extrañado tanto a Roman.

Le alegro ver que Roman estaba teniendo un corazón sin tantos demonios al ver a su pequeñita. Hasta mucho tiempo después del nacimiento de Nadia ella supo de su existencia.

Horas después y de que Roman tuviera a Nadia sobre sus piernas mientras veían una película de niños. El ni siquiera puso atención a la pelicula, no sabia ni cual era pero Nadia parecía ser lo suficientemente feliz para que ese detalle importará.

Al lado tenían los recuerdos de Nadia que tanto le gustaban, la mariposa en el frasco que revoloteaba intentando escapar.
Arena con pequeñas conchitas y un cintillo con decoraciones, algo tan común en las ferias.

Ella se lo puso a su papá quien rodo los ojos al sentirse humillado por usar aquella cosa.

¿Por qué me torturas? Pregunto tranquilamente mirando a Nadia reír de forma traviesa.

No es tortura, es divertido Respondió quedando junto a él y ver la televisión La gane en una feria en donde había un carrusel Hablo de repente Pero no pude subir, habían muchos niños.

Roman hizo una mueca al escuchar ello.

¿Quieres subir al carrusel? Pregunto al verla asentir animada mente Vamos, conozco un lugar, seria aburrido ir nosotros solos ¿Te parece si invitamos a Leah? Hablo apagando la televisión y tomando a Nadia en brazos quien asintio feliz a esa propuesta.

El cerro la puerta y subio a Nadia al vehículo. Le puso el cinturón de seguridad y partió a la casa de Leah para llevarla con ellos. Tras unos minutos llegaron a la casa de Leah en donde Roman le hizo una seña a su hija para que guardará silencio para que asustara a Leah quien se veia estaba con audífonos sobre el sofá y un montón de libros.

𝐌𝐚𝐲𝐛𝐞 𝐈𝐭'𝐬 𝐧𝐨𝐭 𝐟𝐨𝐫 𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora