«Capítulo seis»

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Para cuando Leah se desperto a la mañana siguiente, en la amplia cama que reconocio al instante. Estaba en la habitación de invitados de Godfrey.

Echo un vistazo alrededor solo para darse cuenta de que a pies de la cama tenía un poco de ropa para que se vistiera.

Logro reconocer una larga camiseta oscura, que seguramente le quedaría como un vestido corto. No era la primera vez que usaba ropa de Roman. Pues paso muchas noches en esta casa mientras ayudaba a Roman con Nadia, pues la niña necesitaba una habitación normal además de que en los meses de terapia física Roman no podía controlar por completo su cuerpo y necesitaba un poco de ayuda, además de que si quería mejorar algo como persona lo sería como padre. Nunca había bañado a la niña y Leah le enseño tras una larga batalla con la pequeña quien chapoteaba el agua y mojaba a ambos.

Parte de ella, estaba eternamente agradecido por eso; mientras que la otra mitad de ella se sentía un poco decepcionada por alguna razón en la que no podía explicar exactamente.

Cuando movio su brazo izquierdo para apartar las sábanas negras de su cuerpo dejo escapar un  doloroso quejido. Reacciono y se miro el brazo el cual estaba vendado con una gaza. Su mente no se esforzo en saber que Roman debio haber limpiado la herida al traerla.

Estirando los brazos noto que las cortinas oscuras estaban casi cerradas pero por lo que pudo ver ya era de día y no estaba tan oscuro por lo que eran más de las nueve am.

Miro hacia la mesita de noche, donde habia una lampara y nada mas, estaba vez había un vaso de agua y dos pastillas para aliviar el dolor, junto con una nota.

Curiosa estiro el brazo derecho para tomar la nota.

Buenos días preciosa.
Lamento el que me excediera con lo de tu sangre pero tenías razón, la necesitaba.
Surgió una emergencia en el trabajo y tuve que ir a la Torre.
No puedo decirte cuánto lo siento ... Si necesitas algo solo tómalo.
PD: A las dos estaré en casa, Nadia esta con Shelley así que no te preocupes.

Me quedaría todo el día en cama —Murmuró para si misma al sentirse cansada. Y como no, Roman debio tomar entre quinientos y setecientos mililitros de sangre.

Se quedo unos minutos de ese modo para después darse el ánimo de quitarse las sábanas de su cuerpo, alargo la mano y recogio las pastillas y el vaso con agua.

Se levanto de la cama para ir al baño y darse una ducha que la despertara de una buena vez.

Dejo el agua helada para estar fresca como lechuga, claro si que evito que la venda tocará el agua en la gran parte. Tras unos pocos minutos se seco con la toalla que había y se vistió con la ropa de Roman.

Ya al momento de bajar la escalera al piso principal fue a la cocina para preparar un té y algo para comer. Al poner el agua en el hervidor eléctrico noto que su teléfono estaba con el cien por ciento de bateria gracias al cargador de Roman. Reviso que tenía unos tantos mensajes.

Le envio un texto rápido para informarle que se encontraba bien, además de ponerse en contacto con su tía para hablar sobre el tema de las bolsas de sangre donadas de la clínica.

Una vez que termino de prepar un desayuno liviano empezó a hablar por textos con su tía quien hizo saber que podía conseguir hoy mismo ocho bolsas de sangre, puesto que unas llegaron  donaciones recientes. Pero que debido al riesgo, ya que era fresca, quería un pago de mil dólares por las ocho bolsas.

Leah le envio un mensaje a Roman para informarle sobre las bolsas de sangre. Al minuto contesto y respondió que estaba  de acuerdo, y que en la segunda cajonera de su habitación habían fajos de dinero que serian más que suficiente para que pagará la transacción y para que ella viera que hacer con el resto.

𝐌𝐚𝐲𝐛𝐞 𝐈𝐭'𝐬 𝐧𝐨𝐭 𝐟𝐨𝐫 𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora