«Capítulo ocho»

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Apenas salian los rayos del sol, Leah abrió los ojos al sentir el brazo de Roman sobre sus pechos y los rayos del sol en la ventana que ninguno de los dos cerraron. Ni la ventana ni la cortina estaba cerrada. Agradecía que al menos Roman no tenía vecinos metiches, o siquiera vecinos, para que se sintiera avergonzada por si alguien en la noche los vio tener sexo oral.

Volteo un poco para darse cuenta de que ya era de día  y que Roman estaba tras ella abrazándola y un su brazo izquierdo sobre sus senos casi de manera posesiva.

No era de extrañarse que estuviera sin ropa y que Roman solo con el pantalón de Pijama blanco.

Iba a levantarse pero Roman se acercó más a ella impidiendo ello, no fue hasta escuchar un grito o aullido sumamente fuerte que Roman abrió los ojos y miro a Leah preocupado de que ella estuviera herida.

No era misterio saber que nuevamente tuvo pesadillas y más con el lobo en su casa.

Roman beso rápidamente la mejilla de la castaña antes de huir de la habitación para ir a la que antiguamente fue la habitación de su hija para ver al lobo quien apenas lo vio gruñó con rabia. Su hocico goteaba sangre de la carne que le dejo. El upir noto que la mordida que le dio estaba mas o menos curada.

El vargulf iba a saltar sobre él para herirlo otra vez hasta detenerse al escuchar los pasos de la joven quien veía con la bata de Roman puesta y con un trozo de carne con unas hojas extrañas sobre la carne que goteaba poco a poco en el piso

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El vargulf iba a saltar sobre él para herirlo otra vez hasta detenerse al escuchar los pasos de la joven quien veía con la bata de Roman puesta y con un trozo de carne con unas hojas extrañas sobre la carne que goteaba poco a poco en el piso.

Miro a Roman antes de lanzarlo al lobo quien se lo comió de inmediato.

¿Tiene marihuana? —Pregunto mirando la carne que ya se hacía poca para semejante animal.

Nooo —Respondió alargando las palabras —Es... solo de mis cosas que tu no entiendes —Hablo avanzando por la orilla de la pared hasta llegar a la diminuta ventana que había para abrirla ya que estaba hasta con cortina y dejar que la luz solar llegará al lobo quien la miraba fijamente.

¿Y que haremos? ¿Ponerle correa y tenerlo de mascota? —Pregunto el upir mirando a su novia quien bostezo esperando que pasara algo. Según su libro que mágicamente tenía las respuestas a casi todo a medicina de demonios como Upirs, Hombres lobo, ninfas y otros.

Las constantes plantas que le dio a Roman para decorar el frío hogar y el patio trasero en donde tenia los juegos de Nadia eran de sus plantas. Principalmente las que usaba en su sustituto de sangre.

Es un lobo, tardará un rato en hacer efecto —Hablo calculando el efecto que hace en un humano promedio de setenta y cinco kilogramos —En una hora mas o menos tendrá un resultado, estará más dócil —Hablo tomando la mano de Roman quien al quedarse solo en la habitación con el animal este se volvía salvaje y gruñia con odio puro.

Leah llevo a Roman a la cocina en donde preparo algo rápido para  desayunar algo hasta que el sonido del teléfono de Roman lo saco del transe al saber que Nadia lo llamaba del teléfono de Shelley. Apenas contesto la video llamada vio a su pequeñita sonreír agitando su pequeña manito.

𝐌𝐚𝐲𝐛𝐞 𝐈𝐭'𝐬 𝐧𝐨𝐭 𝐟𝐨𝐫 𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora