LXXV

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Te podías perder en sus pequeñas pecas

que decoraban su cara como las estrellas decoran el firmamento

Te podías perder en sus labios bañados

por el glos olor manzano

Te podías perder en sus ojos verdes

que eran extrañamente diferentes

Te podías perder en sus cabellos

de todos acaramelados

Te podías perder en su belleza

sin que ella se diera cuenta

pues ella se negaba a verla





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