LXVIII

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La noche cae a mi alrededor, las nubes cubren los cielos y los árboles y arbustos me atrapan arañando mi cuerpo.
Las luces son nulas, el frío persistente y mi miedo cada vez más fuerte hace que mi corazón quiera correr sin detenerse.
Mis pies desnudos se van hundiendo en la tierra, fría y húmeda. Las ramas crugen a mi alrededor, asustandome. Escuchos risas, mi cuerpo tiembla. Los colores de mezclan, verdes, negros, blancos y azules, se entrelazan con finos rasgos de su rostro rojo.
Corro, sin mirar atrás, mi respiración agitada marca un compas y mis manos cortando el silencio te indican donde buscar.
Me paro sin pensar y caigo en la tierra que se amolda a mi pesar. Las raices se mueves y moldean mi túnica nupcial, me atrapan y rodean sin dejarme marchar.

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