LXLVI

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Nadie puede verlo, nadie puede saberlo

Es nuestro mundo,

nuestro pequeño secreto.

En la mañana, cuando los pájaros cantan

nosotros volamos entre las sábanas de esta cama.

Es así como nos encontramos en la mañana.

Nadie puede sentirlo, como lo siento yo,

nadie entenderá lo que nuestro secreto marcó.

Eres el tesoro que guardo en mi pecho,

soy solo una gota entre tus dedos.

Nadie puede verlo, nadie puede saberlo

pues en nuestro pequeño mundo perfecto.

En la noche, cuando los besos calman mi pecho

sé que mi corazón encontró una razón 

para sentir amor y vivir de nuevo.

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