LXXXIV

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Este mundo es falso, las personas, las palabras, todo. Todo lo que crea este mundo es completa y absolutamente falso, recuerdos, sueños, historias, amores, todo. Todo lo que nos rodea, nos abraza, nos ama es falso.

Vivimos años y años engañados por palabras que creemos comprender, perdidos en historias de fantasía, de mundos perfectos, de finales felices. Historias que esperamos vivir, con las que soñamos y que nos engañan y torturan hasta marchitarnos.

Nos enseñan como debemos ser, que debemos, hacer, decir, pensar. Nos dicen como vivir, incluso como amar. Nos engañan, dicen que chicos y chicas se deben amar, nos dicen que las guerras no llegan a ningún lugar, que debemos ser buenos y generosos, que todos somos iguales y debemos respetarlos. Falsos. Mentirosos.

Pero después he sentido amor por chicos y chicas, he visto como lanzaban bombas por religión, por dinero y por poder, he vivido luchas por tener más y más, robándoselo todo a los que menos tienen y he visto como dejaban de lado amigos, amantes, conocidos y desconocidos por el simple hecho de ser como son, color, raza, idioma, sexo, sexualidad o religión; cualquier razón es buena para despreciar a una persona.

Juegan con nosotros, con nuestras palabras, con nuestros sentimientos. Tiran una diana y nos marcan como si no fuéramos nada.

 Me han juzgado muchas veces por ser como soy, mientras me decían que debía ser yo misma. Han rechazado a mis amigos por su apariencia, por su pasado, por su familia. He visto cosas que me han asombrado, y que aún no llego a comprender. ¿Cómo podemos matarnos unos a otros? ¿Cómo podemos ser tan falsos e hipócritas? ¿Cómo me pueden juzgar así? ¿Cómo puedo hacer algo mal si lo deseo de verdad? ¿Cómo puede ser tan malo si es amor verdadero, sea con quien sea? ¿Cómo podemos ser tan estúpidos?

La humanidad es falsa, y los humanos somos falsos. Nos enseñan como ser, unos robots diseñados para obedecer. Debes estudiar, crecer, estudiar, ser bueno, amar a la persona que elijan, juntarte con las personas que quieran, sus sueños deben ir antes que los tuyos, sus preferencias son las correctas, debes obedecer, estar en casa antes de las diez, encontrar un trabajo, futuro, casa, hijos, debes ser como quieran que seas. ¿Y dónde me quedo yo? ¿Y mi vida? ¿Y mis gustos? ¿Y mis deseos, sueños y fantasías?

Puede que mi vida no me pertenezca, pero no pienso dejársela a esta estúpida sociedad, me niego. Prefiero ser rechazada, y perderme en la memoria de los pocos que me llegaron a conocer.


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