LXL

56 7 0
                                    

Mis últimas palabras son siempre de odio y rencor.

No hacía una persona, no hacía mi mismo yo.

Son palabras que ladro a la humanidad,

deseando ser escuchada y ver un cambio en las críticas que son nombradas.

Pero nadie escucha,

vivimos en una burbuja.

Mis últimas palabras marcan lo que siento y veo.

Vidas marchitas por el odio que promueve este maldito mundo.

Vidas perdidas entre complejos y modelos de perfección.

Vidas ahogadas por el poder.

Y vidas olvidadas en su propio fin.

Mis últimas palabras lloran y gritan lo que nunca antes había sido capaz de expresar.

Me veía atada bajo miles de palabras que ahora me impulsan.

Palabras de odio, rencor, envidia, repugnancia y fatalidad.

Palabras que ya no me ahogan.

Palabras que me han hecho ver el mundo diferente. 

Y que ahora puedo ver tal y como es,

frío, marchito, lleno de odio y de humanos que solo saben pedir poder.


RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora