Capítulo 5

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Hoy ya es domingo, los domingos son mis días de descanso ya que me la paso encerrada en mi habitación y tirada en la cama, unos que otros domingos del mes hago una visita a la iglesia, y en las tardes voy al centro comercial a comprar ropa y comerme un helado o alguna comida chatarra; es un poco raro que una chica de 17 años se pase una tarde en un centro comercial de comprar y devorando comida totalmente sola pero no era raro si esa acción la hacía yo.

Este domingo decidí pasarme por la librería a ver si me compró el libro que he querido desde hace ya un mes, pero eso lo haré después que coma y termine de hacer la tarea de gramática la cual era un poco larga ya que era la práctica semanal que vale 5 puntos.

Al terminar la práctica me di un baño y rebusque entre mi ropa de la cual agarre unos pantalones jeans y una sudadera la cual en su parte delantera tenía las palabras GAP para mis zapatos elegí mis típicas y adoradas vans classic recojo mi pelo en un moño suelto y un poco despeinado tan solo me pongo vaselina labial y entro mi dinero junto con el celular en mi bolso. Mientras voy bajando la escalera escucho a mi madre llamandome.

-April, ven aquí por favor- dice ella sin siquiera decirme en que parte de la casa se encuentra.

-Tal vez si me dijeras en donde estás, iría sin problema-deje salir las palabras de mi boca.

-Espero que no haya sido a mi a quien le hayas hablado así-dice ella de mala manera.

-Contigo es con quien estoy hablando- le devuelvo su mal genio.

-Trae tu trasero hacia el comedor y deja de estar con tu mal comportamiento- gritó mi madre.

Al llegar al comedor estaba ella sentada en la mesa familiar pero lo peor de todo era que estaba sola en una mesa tan grande, lo primero que pensé fue en que mi padre no amaneció en casa y no ha llegado aún.

-¿Para qué me llamabas?- pregunté.

-Quería decirte que ya está lista la comida y que si gustas puedes sentarte en la mesa conmigo- dice ella terminando la frase prácticamente con un suspiro.

-Claro que si- dije sin pensarlo dos veces, tan solo de ver su mirada de vulnerabilidad en ese momento me destrozó el corazón.

El momento fue un poco incomodo ya que la mayor parte del tiempo se paso en silencio, cuando acabe con mi plato le hice saber que iba a por un libro en la librería y que si demoraba mucho era que estaba viendo algunas ropas. Aunque no lo crean soy el tipo de chicas que les gusta ir de compras y ver lo que esta a la moda, el problema está en que cuando lo compro no se en que momento usarlo y lo guardo en mi armario.

Cuando voy caminando por la calle que me conlleva hacia la librería veo a Jayden entrando por la puerta de la librería, santa mierda pero este chico y yo coincidimos en cada lugar, fue lo primero que pensé en verlo ahí adentro; cuando llego al frente de la puerta de la librería me quedó mirando como tonta a aquél chico que iba vestido de negro por completo y llevaba su pelo completamente despeinado pero se veía ardiente como el infierno, santos de todos los santos que está pasando por tu cabeza April, cuando alguien choca conmigo vuelvo a la realidad y recuerdo que estoy parada en medio de la acera haciendo nada y pareciendo una demente mirando hacia el interior de una librería, la persona la cual chocó conmigo siquiera se detuvo para pedir perdón o algo por el estilo. Decido por fin empujar la puerta de la librería para así entrar al recinto, camine hacia el mostrador donde se encontraba la señora con la cara mas amargada que haya podido ver en toda mi vida.

-Hola,quiero el libro de Federico Moccia, titulado Carolina se enamora- dije cuando la señora alzó su vista justo con su cabeza.

-Puedes buscarlo en uno de los estantes que están en el lado derecho, ahí lo encontrarás- dijo la señora sin ninguna expresión en su rostro.

-Ok, gracias- me alejo caminando hacia el estante que ella me había dicho. Empienzo a mover los ojos como loca tratando de tan siquiera ver el nombre del libro que andaba buscando y al fin lo encontré, en la parte inferior del estante. Me acerco hacia el mostrador donde estaba la señora para pagar por el libro y justo antes de mi esta Jayden, yo tan solo me colocó detrás de él y finjo no darme cuenta de su presencia.

-Son 15,50€- dice la señora.

-Aquí están-saca su billetera del bolsillo derecho d el a parte trasera de su pantalón y por lo que alcanzo a ver paga con un billete de 20€. Y le extiende la mano para pagar por su libro.

-Aquí esta tu devuelta, guapo- dice la señora, entregándole su libro en una bolsa plástica blanca.

-Ok- se limita a contestar.

-Siguiente- dice la señora. Justo en ese instante él da la vuelta para salir de la fila y cruza su mirada con la mia, lo cual fue un tanto incómodo para mi y puedo decir que para ambos.

-17€- dice la señora cuando le extiendo el libro hasta sus manos.

-Tome- le paso un billete de 50€. Me  devuelve el libro en una bolsa plástica blanca junto con mi devuelta.

Cuando voy camino hacia la puerta para salir de la librería Jayden esta recostado del marco de la puerta, cuando diviso a través del cristal de dicha puerta veo que esta lloviendo a cantaros ahí afuera.

-Genial- deje salir esa palabra de mi boca haciendo una pequeña mueca con la mano en señal d el a puerta. Momento en el cual Jayden alza si cabeza y me mira con esos grandes ojos color avellana que te penetran el alma como un dardo venenoso, pero en este caso este dardo no llevava consigo ninguna partícula de maldad.

-¿No te gusta la lluvia?- preguntó con sus ojos abiertos como platos, los cuales parecían que estaban esperando una respuesta inmediatamente.

-Claro que sí, pero no cuando estoy encerrada en una librería con gente que no conozco- deje salir las palabras como balas de mi boca.

-Bueno tampoco es que sea un desconocido para ti- tan solo dijo volviendo su cabeza hacia la puerta para contemplar la lluvia.

-¿Entonces que eres?- pregunté sin más ni menos.

-Un simple compañero de clases, supongo- se limitó a contestar sin mover su vista de la lluvia.

Almas Gemelas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora